El terror muchas veces toma las cosas más sencillas y las transforma en una pesadilla para el espectador, quien debe salir de la sala de cine temiendo hasta de su propia sombra, tal es el secreto detrás de la genialidad de grandes autores, cuyo más grande ejemplo es Stephen King, que ha aterrorizado a sus lectores con lo más cotidiano, y en este espíritu, Blumhouse nos ha entregado Aguas Siniestras, la película sobre una piscina asesina.
Titulada en inglés Night Swim, esta cinta es producida por James Wan, reconocido por dirigir películas como Saw, El Conjuro, Aquaman y La Noche del Demonio, en conjunto con Jason Blum, CEO de la productora Blumhouse, reconocida por producciones como Actividad Paranormal, Halloween (2018), Get Out o M3GAN, tomando como punto de partida el cortometraje del mismo nombre realizado por Bryce McGuire (disponible gratis en YouTube), que también dirigió la versión para pantalla grande.
De este modo, McGuire expande el corto de 5 minutos a un poco más de una hora y media, donde nos presenta a la familia Waller, quienes se han mudado a una nueva casa con alberca, después de que a Ray (Wyatt Russell), quien era un exitoso beisbolista de ligas mayores, le detectaron esclerosis múltiple, pues la terapia acuática podría ayudarle con los síntomas.
Mientras que Ray parece tener una recuperación casi milagrosa, extraños sucesos comienzan a suceder alrededor de su esposa, Eve (Kerry Condon), y de sus hijos, Izzy (Amélie Hoeferle) y Elliot (Gavin Warren), cada que se sumergen en esta piscina, que años antes acabó con la vida de una pequeña niña, llamada Rebecca Summers (Ayazhan Dalabayeva).
Aunque el concepto de una alberca asesina parezca simplón, la cinta explora la codicia y el egoísmo humano, convirtiendo lo cotidiano en algo aterrador, mientras nos hace preguntarnos que es lo que sucede detrás de esta piscina maldita, tocando fibras de miedos de la niñez, tales como el agua profunda y lo que podría esconderse en ella.
Encima de esto, conforme avanza la trama, empezamos a cuestionar el concepto de sacrificio en sus distintas formas, especialmente alrededor del personaje de Ray Waller, a quien podemos encontrar en varias situaciones dónde deberá dejar ir algunas cosas para obtener lo que quiere.
Cabe destacar que las actuaciones de cada uno de los miembros del elenco es excelente durante toda la película, haciendo bastante creíbles a cada uno de los personajes, al punto de generar una verdadera empatía de la audiencia por cada uno de ellos.
Sin embargo, no todo es positivo en Aguas Siniestras, y es que la película excede los jump scares, haciendo la espera de estos lo único realmente aterrador de cada escena, sacrificando otros recursos, y debilitando lentamente cada secuencia que podría presentarnos más de esta piscina embrujada.
Así mismo, una de las partes más interesantes de la trama está en descubrir el trasfondo de la piscina y lo que sucedió con las familias de las víctimas de este estanque artificial, alimentado por un manantial natural, pero esto es abordado de una forma superficial en una escena que dura escasos minutos.
Un gran problema con el que también se enfrenta Night Swim es que puede llegar a volverse predecible, especialmente para la gente que ha visto las suficientes películas de terror como para imaginarse lo que va a suceder, pues esta “toma prestados” varios elementos de películas reconocidas como Terror en Amityville, Tiburón o Juegos Diabólicos.
Aunque son muy notorios los aspectos negativos de Aguas Siniestras, la cinta es bastante entretenida y nos presenta personajes bien elaborados, además que está dirigida para el público de 13 años o más, por lo que es una película ideal para pasar tiempo de calidad con los más pequeños, a sabiendas de que verán un terror bastante “amable” para ellos, sin dejar detrás los sustos.
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