1. Andrés de Inglaterra
El lodazal en el que está metido el hijo favorito de la reina de Inglaterra parece no tener fondo. Virginia Roberts Giuffre, una de las mujeres de las que supuestamente abusó cuando eran menores de edad (en las épocas en que el infame Jeffrey Epstein y la hoy presa Ghislaine Maxwell tenían una red de tráfico sexual para millonarios), está escribiendo un libro del cual han salido a la luz algunos extractos. El más reciente describe un encuentro con el príncipe en la mansión neoyorquina de Epstein, donde Andrés usó un títere de él mismo (que obtuvo de un show inglés llamado Spitting Image) para –a manera de “bromita”– manosear a Virginia y a Johanna Sjoberg, otra niña que estaba atrapada en esta red de prostitución.
Sin duda, cada detalle que surge relacionado con este delicadísimo asunto es más vergonzoso que el anterior para la Casa Real Inglesa, y recordemos que esto es una historia en desarrollo, porque el proceso legal contra Ghislaine Maxwell apenas comienza y los expertos coinciden en que el príncipe Andrés acabará siendo llamado a declarar ante alguna corte norteamericana.
2. Juan Carlos de España
/ Juan Carlos de España
El rey emérito está cerrando de una manera muy triste su leyenda como el monarca que llegó a ser considerado como un héroe por la manera pacífica en la que contuvo un intento de golpe de Estado en 1981, y por cómo logró sacar a España de un régimen dictatorial (impuesto por el general Francisco Franco) para restaurar la democracia de su país.
De ser receptor de los máximos honores por esta hazaña y recibir admiración internacional, tras una debacle en su imagen que inició en 2008 por un accidente que sufrió durante una cacería, acaba de tener que autoexiliarse de España debido a que se filtraron audios donde su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, le dice a un expolicía que Juan Carlos recibió sobornos por contratos comerciales de una carretera en Arabia Saudita, que el exmonarca guarda buena parte de su dinero en bancos suizos, que compró propiedades en Mónaco (pero que las puso a nombre de Corinna para ahorrarse los impuestos pues ella es residente de ese principado) y demás fechorías.
Son tantos actos de corrupción en los que Juan Carlos está involucrado, que en marzo pasado a su hijo, el rey Felipe VI de España, no le quedó de otra más que anunciar que renunciaba a cualquier tipo de herencia de parte de su padre y que, a partir de ese momento, Juan Carlos perdía la asignación económica que recibía de la Casa del Rey.
Está por verse cuál será el país donde el rey emérito elegirá pasar sus últimos años, alejado para siempre de su patria, y también está en el aire si será requerido por la ley para dar cuentas sobre sus andanzas.
3. Alberto de Mónaco
/ Alberto De Mónaco
Cada cierto tiempo, al líder de la familia real monegasca le aparecen descendientes varios. Del más reciente nos enteramos porque una mujer brasileña acaba de presentar otra demanda de paternidad, afirmando que su hija de 15 años es fruto de una relación con Alberto.
Aun cuando lleva años trabajando para construir una imagen sana de su Principado, su vida personal no deja de atraer los reflectores… casi siempre por las razones equivocadas. Pasó su juventud y buena parte de su vida adulta (actualmente tiene 62 años) ligando con medio mundo –entre sus conquistas famosas están Bo Derek, Kylie Minogue, Claudia Schiffer, Gabriela Sabatini, Brooke Shields, Naomi Campbell, Monica Bellucci y Sharon Stone–, siempre han existido rumores sobre su supuesta homosexualidad y, ya que por fin decidió casarse y estabilizarse (a los 52 años), pocos le creyeron que su unión con Charlene Wittstock estuviera basada en sentimientos reales, en especial porque la sudafricana intentó huir de Mónaco horas antes de su boda.
El príncipe ya tiene cuatro hijos: los mellizos Jacques y Gabriella, que nacieron en su matrimonio, y Jazmin Grace y Alexandre, a quienes tuvo que ir reconociendo cuando sus respectivas madres se lo exigieron. Al parecer, pronto habrá otra adolescente a la que deberá integrar a sus reuniones familiares.