Al pensar en alta relojería, existen muchas características que pueden rondar por nuestra mente cuando queremos señalar una pieza de la mejor calidad, más allá de la joyería tradicional, pues finalmente, un reloj puede ser una gran inversión en muchos sentidos. Una opción que resulta increíble de analizar son los Casio G-Shock, cuya ingeniería es muy distinta a la relojería tradicional, implementando la habilidad y conocimiento japonés a cada pieza que lanzan al mercado.
Desde 1957, Casio se ha coronado como uno de los grandes en la industria de la tecnología, adentrándose en la industria de la medición del tiempo a partir de 1974, innovando con el ahora clásico Casiotron, primer reloj digital de la corporación nipona. Pero esta no fue la única ocasión en la que la multinacional desafió los límites de la alta relojería, pues en 1983 Casio lanza una de sus líneas más icónicas: Casio G-Shock.
El desarrollo del G-Shock comenzó con un momento de eureka, en el momento en el que a Ibe Kikuo se le cayó un reloj, y este quedó completamente destruido, lo que lo impulsó a desarrollar una pieza indestructible. La idea de G-Shock es que pueda resistir una caída de 10 metros, poderse sumergir 100 metros de profundidad y tener una batería que dure por 10 años.
En el proceso de creación de esta línea, el proceso de prueba fue más rudimentario, debido a que Kikuo no tenía un laboratorio a su disposición, por lo que probaban la resistencia de los prototipos lanzándolos desde el segundo piso del edificio de Casio.
El segundo momento de iluminación sucedió cuando Kikuo estaba de vacaciones, derrotado y a punto de tirar la toalla, mientras tomaba aire fresco en un parque, pensó que, en vez de implementar un material más resistente, haría cada pieza menos susceptible a los golpes. Esto se tradujo a una estructura hueca, donde el módulo se apoya en cada punto de la caja como si este flotara en el aire.
Dicha creación fue un parteaguas, no solo en cuestión de relojería, en cuestión de ingeniería japonesa, con el nacimiento del DW-5000C-1, primer modelo de G-Shock lanzado al mercado. Con el paso de los años, cada elemento ha sido mejorado, tanto en los relojes digitales, como en los analógicos, utilizando engranajes de minucioso desarrollo y tamaño pequeño.
Un claro ejemplo está en el corazón del reloj, llamado en realidad rotor, cuya función es la de generar el movimiento de cada pieza, cuyo tamaño es de apenas 1.1 milímetros, que además de moverse con gran precisión, minimiza la fricción, prolongando la vida útil de cada modelo.
Así mismo, en la actualidad, cada pieza de la sublínea de G-Shock, MR-G, cuenta con un sistema llamado Tough Solar, que genera señales de impulsos a la bobina mediante un oscilador de cuarzo y convirtiendo la fuerza magnética al rotor para generar una mayor precisión al momento de medir el tiempo.
Cuando se fabrica uno de estos relojes, cada detalle es cuidado con muchísima atención meticulosa, eligiendo cada componente desde el momento en el que se inicia el procedimiento. Al final, se obtiene un diseño resistente y preciso, que garantiza una vida práctica de uso sumamente prolongada.
Finalmente, cada pieza de la línea G-Shock de Casio es sometida a pruebas de resistencia impresionantes, como presión al vacío, sumergibilidad bajo el agua, resistencia de caída o, incluso, golpes de todo tipo.
En la actualidad, G-Shock tiene el Récord Guinness del automóvil más pesado que ha atropellado un reloj sin causarle daño, destacando que el vehículo tenía un peso de 24.97 toneladas métricas. En la prueba, es notable que, a pesar de que el reloj es arrollado en varias ocasiones por esta camioneta, tan solo presenta marcas de polvo, sin siquiera algún rasguño.
Esto es debido a la poderosa ingeniería desarrollada en Japón, que hacen del Casio G-Shock mucho más que una pieza de alta relojería.
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