Cultura

A 100 años del nacimiento del provocador poeta Charles Bukowski

Por: Carlos Betancourt Núñez 16 agosto 2020 • 3 minutos de lectura

Su manera única de ver la vida lo inspiró a producir miles de poemas, cientos de historias cortas y seis novelas, donde reflexiona principalmente sobre el acto de escribir y su relación con el alcohol y las mujeres. Fascinante como persona y artista, cuenta con una devota legión de admiradores en todo el mundo.

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Charles Bukowski
Charles Bukowski ( 1926-1994 ), American writer on TV show Apostrophes in september 1978. Credit: Ulf Andersen / Aurimages. / ULF ANDERSEN/Aurimages via AFP

Imaginemos que estás en el mejor consultorio de la ciudad y de pronto ves entrar a un sujeto desaliñado, de piel arrugada y sumamente enfermo, quien cruza la puerta junto a una superestrella de la pantalla grande como, no sé, digamos Robert Downey Jr., Johnny Deep o Leonardo DiCaprio. Los síntomas del viejo no son menores: una tos corrosiva acompañada de cansancio, pérdida de peso, fiebre, falta de apetito, etcétera… A pesar de este cuadro clínico desfavorable, el doctor a cargo —y muy posiblemente el acaudalado dueño del lugar— le dice con desdén a este hombre que nada grave le pasa, que con tomar vitaminas y reposo por algunos días es más que suficiente. Extrañado por el servilismo con que Downey, Deep o DiCaprio —el que prefieras— se deshace en atenciones por quien a primera vista parece ser un indigente, el galeno piensa que seguramente la superestrella estará haciendo algún acto de beneficencia con la intención de promover su imagen pública ante los medios y se olvida del viejo hasta algunas semanas después, cuando lo ve entrar repuesto y acompañado nuevamente del astro cinematográfico quien, palabras más palabras menos, lo increpa así: “Mi amigo escritor tuvo que llevar su gato al veterinario para saber que lo que tú le diagnosticaste como agotamiento es en realidad tuberculosis… ¡Un veterinario le salvó la vida a este hombre, no el mejor doctor de toda la ciudad!”.

Algunas personas nunca enloquecen. Qué vidas tan verdaderamente horribles deben vivir.
–Charles Bukowski

En tiempos de COVID-19 esta anécdota parecería imposible, pero a finales de los 80, en la ciudad de Los Ángeles, no fue así: Charles Bukowski le mencionó a su amigo Sean Penn sus molestias y este último no dudó en disponer de todos sus medios para ayudar a quien consideraba un artista genial, mas ninguno de los dos contaban que en Beverly Hills la tuberculosis, una enfermedad «para pobres», era desconocida por cualquier médico con altos honorarios pero baja vocación para sanar. Además de curioso, este acontecimiento nos sirve bien para ilustrar la vida de quien lo tenía todo para acabar como un perdedor y que en cambio terminó sus días como una leyenda viva, pues desde su infancia, juventud y edad adulta, Charles no las tuvo todas consigo: familia disfuncional, maltrato infantil, matrimonios fallidos, pobreza extrema y trabajos extenuantes consumieron la mayor parte de quien la revista TIME llamó “laureate of American lowlife”.

Fue así que, casi a punto de morir y con medio siglo a cuestas, la fortuna —aquella diosa voluble y caprichosa cuyas sendas son infalibles más que misteriosas—, decretó para él otra cosa que el olvido y lo puso frente al editor John Martin, quien empezó a publicar plaquettes de sus poemas y al poco tiempo le propuso dejar su trabajo como cartero para dedicarse por completo a la escritura. Ambos hicieron cuentas y para poder conseguirlo Charles necesitaba un total de cien dólares al mes: 35 de renta, 15 de pensión alimenticia, 3 para tabaco, 10 para bebida y otros 15 destinados a la comida, en palabras del propio John. El resto es historia.

Anécdotas “bukowskianas” abundan y podríamos ahondar en ellas, pero a cien años de su nacimiento (16 de agosto de 1920) preferimos recomendar las cinco novelas en las que su álter ego Henry Chinaski deambula entre la narrativa biográfica y la inventiva literaria. En orden vivencial, y no de aparición, serían: La senda del perdedor (1982), Factotum (1975), Cartero (1971), Mujeres (1978) y Hollywood (1989) en las cuales persiste una filosofía agresiva, inconforme pero a la vez serena, una amplia visión de quien supo vivir de nada y sacar partido de todo, tal como atender las indicaciones médicas de un veterinario y no del mejor doctor de todo Beverly Hills.

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Algunas de sus novelas que recomendamos.

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