Redacción: central
Cada que picamos cebolla es imposible no llorar. Es tan molesto que ya ni dan ganas de cocinar algo que tenga que ver con cebolla, ¡la odias!
Ni el más fuerte se libra de las lágrimas que te saca. Y bueno ¿Sabes por qué sucede esto? La cebolla posee una sustancia que contiene azufre y, que al cortarla, se dispersa a modo de gas. Éste irrita los ojos provocando la secreción de las incontenibles lágrimas. ¡Y esto sucede únicamente al picar la cebolla! Raro, ¿NO?
Así que para que ya no tengas que sufrir con esta molestia causada por la cebolla, métela al congelador sólo una media hora antes de picarla.
¡Verás que ya no chillarás por ellas!