Viajes

Jamiltepec de las Flores: el lugar donde la tierra habla

Por: Alondra Mondragón 08–08–2025 • 2 minutos de lectura

Donde la tierra habla con voz ancestral, aún hay quienes escuchan con atención y respeto. Mientras esa escucha persista, Jamiltepec seguirá floreciendo, enraizado en la memoria, la danza, los diablos y la lluvia.

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Alondra Mondragón

En el corazón de la costa oaxaqueña, donde el viento acaricia las montañas y el mar susurra relatos ancestrales, florece un sitio que vive a través de ellos: Jamiltepec de las Flores. Esta tierra, profundamente enraizada en la memoria mixteca, se revela con el paso del tiempo, como los secretos que emergen de la tierra húmeda tras la lluvia.

Jamiltepec es un lugar de belleza viva y presente. Las flores crecen con la sabiduría del monte, resguardadas entre hojas que aguardan la mirada de quienes saben observar. En sus campos, las mariposas despliegan alas de colores vibrantes, casi irreales. Transportan mensajes del río y la montaña, atravesando el aire como danzantes de épocas remotas.

aspectos jamiltepec las flores
Alondra Mondragón

Las rocas custodias del paisaje se erigen majestuosas desde las alturas. Las cascadas refrescan el alma y hablan con la voz del pasado, ese murmullo apenas audible para quienes están dispuestos a entender.

Aquí, la danza es también palabra. Los danzantes se mueven para conectar. Cada paso sobre la tierra es una conversación con los ancestros, una invocación al origen. El calor del suelo asciende por los pies y se transmuta en ritmo, en ceremonia, en resistencia.

Cuando la lluvia toca la tierra, los niños perpetúan el legado espiritual. Salen a jugar como si el agua les recordara que forman parte del todo. Con cal y manos pequeñas, dibujan sobre el suelo húmedo símbolos nacidos del alma colectiva de su pueblo: espirales, animales, caminos, soles. Así hablan con la tierra. Así escriben la historia con inocencia y memoria.

niños dibujan con cal sobre la tierra mojada por la lluvia en Jamiltepec Las flores.
Alondra Mondragón

Jamiltepec de las Flores se habita con una intensidad profunda. Sus raíces laten en cada gesto cotidiano, emanando vida propia, sin necesidad de alardes ni ostentación. Como el río que nunca cesa su curso, la identidad del pueblo fluye constante, moldeando el presente con la fuerza del pasado. En tiempos en que muchas comunidades luchan por no ser borradas del mapa, Jamiltepec resiste, floreciendo en su dignidad y memoria.

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Alondra Mondragón

La verdadera fuerza de este lugar reside en sus paisajes y colores, pero, sobre todo, en su gente. Como las flores que aquí crecen, saben cuándo resguardarse y cuándo abrirse al mundo.

jamiltepec las flores
Alondra Mondragon

Donde la tierra habla con voz ancestral, aún hay quienes escuchan con atención y respeto. Mientras esa escucha persista, Jamiltepec seguirá floreciendo, enraizado en la memoria, la danza, los diablos y la lluvia.

Fotos: Alondra Mondragón.

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