Por: Nat Rivera
En La insoportable levedad del ser, Milan Kundera asegura que “Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más extravagantes del Creador”. Afortunadamente no todos los animales sufren del mismo mal: las luciérnagas sí saben de cachondeo. Las hembras prenden y apagan al ritmo que quieren. Y si un macho se siente atraído por la velocidad a la que prende y apaga la hembra, la imita; el equivalente a hacer match en Tinder, pero en lenguaje de bicho luminoso. Si la cosa sale bien, en lugar de pasarse el whats, uno puede ver a las luciérnagas prender y apagar al mismo tiempo mientras se acercan para copular.
Al verlas, resulta inevitable desear tener un foquito y prender y apagar sólo por ver si alguien entiende el código. Obvio que las probabilidades se inclinan más a ser infraccionados por violar el reglamento de tránsito y andar circulando con un foco en lugar de dos. Ésta sería una mala forma de encontrar el amor, porque para eso la persona a la que deseamos atraer tendría que ser: a) biólogo o b) haber ido al teatro Julio Prieto a ver la obra El amor de las luciérnagas.
El amor de las luciérnagas es una comedia romántica escrita por el dramaturgo rockstar del momento, Alejandro Ricaño, quien toma como pretexto la actividad sexual de estos bichos para presentarnos a María (Sonia Franco), una chica escritora que descubre que tiene una doble que, evidentemente, es una mejor versión de ella misma; las pruebas: no se echa pedos y no padece de las múltiples alergias que a ella la han convertido en una roncha gigante desde la pubertad. ¿Pero cuál es el problema? Pues la doble es una cuzca y se va de viaje con Rómulo, el eterno amor y novio de María. ¿Y qué se hace ante una lagartona baja novios? Llamar a la mejor amiga, en este caso Lola (Sara Pinet), para emprender un viaje e ir en busca del novio y de la golfa en cuestión. ¿Para qué? Bueno pues es que uno no puede planear toda la vida, pero viajar siempre es bueno para el alma, como lo comprueba María, y como disfrutará el espectador en una obra plagada de comedia y buenos momentos.
El amor de las luciérnagas invita no sólo a disfrutar la magia de cada instante sino a aprender a soltarla los momentos felices, porque paradójicamente volver con insistencia a los recuerdos en los que nos sentimos plenos nos impide disfrutar del presente tal y como es, sin exigirle que sea de otra manera, sin esperar. Como decía Víctor Hugo en Los miserables “El problema del hombre es que espera y no acepta”. La obra cuenta con las actuaciones de Sonia Franco, Ana Zavala, Sofía Sylwin, Sara Pinet, Hamlet Ramírez, Pablo Marín, Miguel Romero y Luis Eduardo Yee; juntos recrean un momento memorable para el espectador.
El amor de las luciérnagas se presenta del 17 de junio hasta el 27 de julio en el Teatro Julio Prieto, antes Xola, ubicado en Av. Xola 809, colonia Del Valle. Los boletos se pueden conseguir en Carteleradeteatro.mx, Ticketmaster.com.mx o en las taquillas del teatro.