Todos hemos llegado a tener esas enfermedades molestas que, con los remedios caseros de la abuela se llegan a curar, pero eso es cosa antigua, ya que bajo el lema de “lo similar cura lo similar” resurge la medicina homeopática.
La medicina homeopática se refiere a un grupo de recursos basado en la obra de Samuel Hahnemann, médico alemán que se considera el padre de la homeopatía.
Por ejemplo, en las personas sanas, cortar una cebolla les provoca una respuesta que implica una nariz que moquea y lágrimas. Para esto, el homeópata usaría una preparación homeopática de la cebolla a pesar de que los síntomas pueden ser causados por una alergia leve o afección respiratoria.
La homeopatía se puede clasificar en dos:
La homeopatía clásica, es sólo un remedio de un solo componente. Se determinará, a la vez, en una dosis ajustada específicamente para el paciente; el médico espera a ver los resultados antes de recetar algo más. La homeopatía compleja es una receta que puede implicar la administración de múltiples sustancias a la vez.
¿En qué se diferencia la homeopatía a la medicina herbal?
Los medicamentos homeopáticos a menudo usan una hierba como material de partida, pero algunos remedios también utilizan un mineral u otra sustancia como el material de partida. A diferencia de la medicina herbal, la planta en verdad es la medicina. Para hacer un medicamento herbal, la planta se puede identificar, medir y analizar en la preparación a base de hierbas.
Cuatro tratamientos que son esenciales para el hogar y que debes tener en tu botiquín:
1.- Resfriado
2.- Hinchazón y irritación
3.- Calambres y Dolor
5.- Dolor estomacal