El convertirte en cuidador de la noche a la mañana puede parecer una tarea abrumadora, pero con las herramientas correctas esta se puede convertir en una experiencia gratificante y enriquecedora. Esto puede pasar con una persona de la tercera edad o un paciente de alguna enfermedad o trastorno, como apoyar a un ser querido con Alzheimer, donde podemos notar como poco a poco se va perdiendo la memoria de nuestro ser querido.
¿Cuáles son las etapas del Alzheimer?
En el caso del Alzheimer en específico, debemos de empezar por entender las distintas etapas de esta enfermedad y como es que se va desarrollando en nuestro paciente, al mismo tiempo que debemos tener presente como es que esto puede afectarnos a nosotros como cuidadores. Este trastorno se divide en tres etapas: leve, moderada y severa.
Etapa leve
Durante la etapa inicial de Alzheimer, podemos captar pérdidas de memoria esporádicas en nuestros pacientes, además de ligeros cambios de personalidad. Esto puede incluir sucesos recientes, u olvidar el nombre de objetos cotidianos, o el nombre de una persona conocida.
Etapa moderada
La pérdida de memoria se hace más evidente, además que se presentan episodios de confusión, y esto es notorio al intentar hacer planes, seguir instrucciones u organizarse, además que algunas tareas cotidianas, como vestirse o bañarse, pueden ser mucho más complicadas y requerir tu ayuda. Aquí, pueden aparecer señales de incontinencia, además de dificultad para reconocer a sus seres queridos.
Entre algunos momentos que se pueden presentar, el paciente podría comenzar a actuar fuera de su juicio, existe la posibilidad de que comience a insultar a las personas, decir palabras altisonantes o acusar a personas de robo. Debemos ser precavidos, pues en estos episodios, nuestro paciente se puede tornar violento de forma involuntaria.
Etapa severa
Esta es la etapa terminal del Alzheimer, y es notoria porque el paciente ya es dependiente de su cuidador casi por completo, e incluso pueden perder habilidades motrices como caminar o sentarse de forma recta por sí mismos. Aquí existe la posibilidad de que las personas pierdan el habla, imposibilidad de tragar y comer, además de ya no reconocer a sus seres queridos, familiares y amigos.
¿Cómo apoyar a una persona que sufre de Alzheimer?
Para tratar a una persona con Alzheimer, entender la comunicación con ellos es clave, manteniendo contacto visual para captar su atención, además de llamarlos por su nombre, para facilitar la comprensión del mensaje que queremos dar. Otro punto para tener en cuenta está en el tono de voz que utilizamos, utilizando un volumen moderado y una dicción clara, cordial y paciente.
Del mismo modo, debemos prestar mucha atención en el lenguaje corporal del paciente, pues este da señales de lo que muchas veces puede sentir y tal vez no pueda comunicar, como los gestos que hace cuando se siente tenso, o una expresión de dolor, enojo o frustración. Procurar la interacción durante las conversaciones es clave, pues esto ayudará a levantar los ánimos de la persona que padece Alzheimer.
En este mismo tema, utilizar formas de comunicación alternas es crucial para la comunicación, ya sea con señas descriptivas, e incluso, tocar al paciente para guiarlo o tomarle la mano mientras le habla. En el caso de que se presente un episodio donde la comunicación sea problemática, podemos recurrir a actividades entretenidas para el paciente, como un paseo en el parque.
¿Qué comportamientos evitar con un paciente de Alzheimer?
Aunque hay ciertos comportamientos que parecen evidentes de omitir al momento de tratar con una persona con Alzheimer, algunos de estos pueden parecernos bastante intuitivos, o incluso, resultar inevitables en momentos de crisis.
Una de ellas está en el tono de voz, que es sumamente importante evitar hablarle de forma infantil o de lástima, además de procurar no darle por su lado, y que sea notorio que le estás prestando atención. Así mismo, debemos evitar hablar del paciente como si no estuviera presente, algo que puede presentarse especialmente en momentos de suma frustración.
En este mismo tema, si sientes que la paciencia se te está acabando, tómate un momento para tranquilizarte, saliendo de la habitación donde se encuentra el paciente de forma discreta, toma 5 minutos para distraerte e intenta retomar la comunicación. Es importante evitar a toda costa remarcar las fallas de memoria del paciente, y nunca utilizar frases como “ya te había dicho” o “¿no te acuerdas?”.
Parte fundamental de dar lo mejor de nosotros cuando estamos aprendiendo como apoyar a un ser querido con Alzheimer es el cuidado personal, buscando formas en las que podamos tomarnos un tiempo diariamente, además de evitar descuidar nuestro aspecto e higiene.
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