Cultura

El día en que Alejandro Magno se convirtió en “el amo de Oriente”

Por: Emmanuel Cacho 20 julio 2022 • 3 minutos de lectura

Alejandro Magno está rodeado de una historia como pocas figuras de todos los tiempos, y lo más impresionante es todo lo que logró en su corta vida

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Alejandro Magno
Alejandro Magno fundando Alejandría / Dominio Público

Uno de los más grandes conquistadores de la historia sin duda alguna fue Alejandro Magno, quién desde muy joven llegó a la corona de Macedonia, a sus apenas 19 años, sin embargo, desde mucho antes demostró estar destinado a la grandeza en su corta, pero próspera vida, pues no solo sería rey absoluto de Macedonia, también se coronó hegemón de Grecia, faraón de Egipto (332 a. C) y Gran rey de Media y Persia (331 a. C). Sus campañas de conquista están llenas de mitos y hazañas que sin duda son dignas de contar y una de ellas gira alrededor de la profecía detrás del Nudo Gordiano en lo que ahora conocemos como Turquía, donde Alejandro III de Macedonia retó al mismísimo Zeus y triunfó.

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¿Quién fue Alejandro Magno?

Alejandro III de Macedonia nació en Pela, el 20 o 21 de julio de 356 antes de Cristo, hijo y sucesor de Olimpia de Epiro y Filipo II de Macedonia, quién desde muy joven lo preparó para tomar su lugar en el trono, encargando su formación intelectual al mismísimo Aristóteles, además de adoctrinarlo en el arte del combate y la guerra.

Tras su ascenso al trono de Macedonia, la primera labor de Alejandro el Grande fue la de imponer su autoridad sobre los pueblos conquistados por Filipo II, que habían decidido rebelarse tras la muerte del rey, lo que más tarde llevaría a Alejandro a continuar los objetivos de su padre conquistando Persia, donde se enfrenta y aplasta brutalmente al ejercito del Rey Darío III en venganza por todos los daños que les habían causado a los griegos por siglos.

Más tarde Egipto caería a manos de Alejandro Magno, donde fundaría la ciudad de Alejandría.

Alejandro Magno
Mosaico de Alejandro Magno / Dominio Público

¿Qué sucedió con el Nudo Gordiano?

Cuenta la leyenda que en la actual Anatolia en Turquía, que en aquel momento se conocía como Frigia, los pobladores estaban en busca de un rey, sin embargo, no encontraban algún candidato digno del trono, así que buscaron respuesta en el oráculo, quien predijo que el futuro gobernador debía ser elegido si fuera el primer hombre que cruzara la Puerta del Este, montado en un carruaje, el cual tendría posando un cuervo sobre de él. Ese hombre fue Gordias, quién se dedicaba a labrar el campo y su única riqueza era esta carreta y sus bueyes, fue así como, al ser elegido, fundó la ciudad de Gordio, ofreciendo su carreta al templo de Zeus, atando la lanza y el yugo, con un nudo cuyos cabos se escondían en el interior y resultó tan complicado que nadie pudo desatarlo. Según la leyenda, quién pudiera desatar este nudo se convertiría en el amo de toda Asia.

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Cuenta la historia que en 333 a.C, Alejandro marcharía con sus tropas en Gordio, donde encontraría este vagón con un nudo que más tarde un historiador romano describiría como “varios nudos, todos tan estrechamente enredados, que resultaba imposible discernir cómo fueron atados”.

Al enterarse de la leyenda, el conquistador de Macedonia pronto fue envuelto por un ardiente deseo de cumplir la profecía de desatar el llamado Nudo Gordiano y después de batallar con este por un buen rato, decidió mirar con otra perspectiva este reto, donde proclamó: “No hace gran diferencia como se suelte”, y de inmediato, Alejandro Magno desenvainó su espada, cortando el nudo y desatándolo.

Existe otra versión, que cuenta que Alejandro III simplemente sacó una clavija que atravesaba el yugo, lo que aflojó lo suficiente el nudo como para deshacerlo.

Ese mismo día, una tormenta de truenos, rayos y relámpagos azotaría la ciudad de Gordio. Este fenómeno natural sería interpretado por Alejandro Magno y sus hombres como señal de que Zeus estaba de acuerdo con la hazaña del gran conquistador.

Busto de Alejandro Magno
Busto de Alejandro Magno / Dominio Público

La profecía se cumpliría, pues efectivamente después de desatar el Nudo Gordiano, Alejando Magno se adueñaría de la mayor parte de Asia antes de su muerte en 323 a.C.

Alejandro el Grande murió a los 32 años de fiebre en Babilonia.

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