El tiempo cambia y los años pasan, dejando atrás asombrosos pedazos de historia, pero lo que nunca cambia es el asombro por las joyas grandes e invaluables. Recién se ha vendido un suntuoso collar por millones de dólares que presumiblemente sería la pieza de joyería que enardeció aún más al pueblo francés en una época álgida y que mandó a la guillotina a María Antonieta en 1793.
El collar giorgiano de 500 diamantes
Se estimaba que la joya del siglo XVIII, que contenía alrededor de 300 quilates de diamantes, se vendería en la subasta Royal and Noble Jewels de Sotheby’s en una cifra inicial de 1,8 millones de dólares o 2,8 millones de dólares.
Pero un comprador anónimo rebasó todos los estimados al pagar 4,81 millones de dólares, una cifra impactante como la historia que hay detrás de él.
La pieza georgiana contiene alrededor de 500 diamantes y fue usada previamente por el marqués de Anglesey en la coronación del rey Jorge VI en 1937, y luego en la coronación de su hija, la reina Isabel II, en 1953.
Formó parte de la colección de joyas de la familia Anglesey durante aproximadamente 100 años antes de ser puesta a la venta a un coleccionista privado de procedencia asiática en 1960.
Por lo que esta fue su última aparición pública en 50 años, lo que sorprende a los expertos es que se encuentre intacta.
La casa de subastas Sotheby’s dijo en un comunicado que los diamantes del collar vendido el miércoles probablemente provengan de las legendarias minas de Golconda en la India. Aunque terminaron su actividad en el siglo XIX, en la actualidad, son consideradas como las minas que producían los diamantes más puros y deslumbrantes.
La historia del collar que mandó a la guillotina a María Antonieta
Sobre María Antonieta se cuentan muchas anécdotas en las páginas de la historia, desde sus gustos extravagantes, hasta la mítica frase “¡que coman pastel!”. Pero de entre todos los dichos, existe uno en particular que llama la atención, el del collar de diamantes.
No solo caldeó los ánimos ya de por sí encendidos del pueblo francés ante la complicada situación económica en la que vivían, se cree que las personas relacionadas con el collar de diamantes generaron tal escándalo que en una confusión provocó la caída de la ya condenada reina francesa.
De acuerdo con el Palacio de Versalles, María Antonieta redujo su círculo social, quedando fuera el cardenal Rohan. En un afán para recuperar su favor, pretendía regalarle un lujoso collar de diamantes, pero un impostor que se hizo pasar por la reina resultó ser más astuto robando el famoso collar.
Ese presunto ladrón era Juana de la Motte, una noble que pasaba por momentos difíciles y quien convenció al cardenal para ayudarle a hacerle un gran regalo a Su Majestad.
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