Realeza

Hope: el diamante maldito

Por: Redacción CENTRAL 11 febrero 2017 • 4 minutos de lectura

Se ha culpado a esta gema de múltiples muertes y escalofriantes leyendas. ¡Aquí su historia!

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Evalyn Walsh McLean. Foto: Getty Images

Por: Brisa Granados

El diamante de color azul, también conocido como “el diamante de la corona”, “de la esperanza”, “azul” o “la joya del mar”, tiene sus orígenes en India. Fue extraído por un sacerdote de la tumba de la diosa hindú Sita, quien fue torturada hasta su muerte como castigo por su ambición. La joya fue encontrada muchos años después por el comerciante ruso Jean-Baptiste Tavernier. Desde entonces la mayoría de sus dueños han caído en desgracia.

Jean-Baptiste Tavernier
En 1668 este mercader vendió el diamante al rey Luis XIV de Francia. Pocos años después de recibir la paga, su cuerpo fue encontrado despedazado por perros salvajes.

Luis XIV
Mandó a restaurar la pieza con el joyero real, él lo redujo de 112 quilates a 67. El también conocido como rey Sol vio morir a prácticamente todos su hijos y falleció a causa de gangrena en 1715, pocos días antes de cumplir 77 años.

Madame de Montespan

Fue amante de Luis XIV y poseyó la joya por un tiempo, pero todos los regalos del jerarca le fueron retirados al ser acusada de usar brujería para ganarse su amor. Fue encerrada en un convento y murió poco después.

Luis XV
Fue el sucesor al trono de su bisabuelo, Luis XIV. Él obsequió el diamante a su esposa, María Antonieta de Austria. El rey y María Antonieta fueron juzgados y degollados durante la Revolución francesa.

La princesa de Lamballe

Fue amiga de María Antonieta y en varias ocasiones le pidió prestado el diamante azul para lucirlo en diferentes eventos. Fue linchada por una multitud enfurecida durante la Revolución francesa en 1792.

Cadete Guillot
Robó la joya a la muerte de los Reyes Luis XV y María Antonieta. Huyó con él a Londres para comercializarlo, pero fue asesinado cuatro años después cuando intentaba venderlo.

Wilhelm Fals
El diamantista holandés dividió la pieza en dos para que no fuera reconocida por las autoridades francesas. Una mitad la adquirió el duque de Brunswick, Carlos Federico Guillermo, quien perdió su fortuna en menos de dos meses. La otra mitad la conservó el tallador, pero su hijo se la robó para vendérsela a un francés llamado Beaulieu, y después se suicidó.

Beaulieu

Cuando se enteró de la tragedia anterior vendió la piedra a David Eliason, un traficante de piedras preciosas que temeroso de la leyenda quiso deshacerse rápidamente de él y se lo ofreció al rey Jorge IV de Inglaterra.

Jorge IV de Inglaterra

Incrustó el diamante en su corona. Perdió la razón y murió ocho años después, en 1830. La corte vendió el diamante para ayudar a cubrir las enormes deudas del rey.

Henry Philip Hope
No se volvió a saber nada de la gema hasta 1839, cuando llegó a manos de este coleccionista (de quien tomaría su nombre actual), el banquero, Henry Philip Hope, quien mandó a exorcizar la joya y la renombró como “el diamante de la esperanza”; pese a todo, de un momento a otro su familia quedó en bancarrota.

Jaques Celot

El joyero adquirió la pieza durante una subasta. Cuenta la leyenda que se obsesionó tanto con el diamante que enloqueció y se suicidó.

Kanitowski
Fue un príncipe ruso que compró la joya poco después de la muerte de Jaques Celot, y al igual que los otros poseedores murió de forma trágica: ¡apuñalado!

Simon Montharides

A la muerte de Kanitowski, el diamante pasó a manos de este comerciante, quien lo llevó a Turquía y lo vendió al Sultán Abdul Hamid II. Simon murió cuando su coche cayó a un precipicio mientras viajaba con su familia.

Subaya Hamid
Recibió la joya como regalo de su esposo Abdul Hamid II, rey de Turquía. Fue asesinada a manos de su marido.

Sultán Abdul Hamid II
El Rey perdió el trono turco a causa de una revolución y murió de desesperación en la cárcel.

Selim Habib
Este coleccionista turco fue el siguiente propietario del diamante. Murió ahogado durante un naufragio en Singapur en noviembre de 1909.

Evalyn Walsh McLean


Una de las primeras dueñas de la piedra en América, su hijo murió a los 9 años en un accidente automovilístico; su hija se suicidó a los 25 años y su marido fue encerrado en una institución mental después de ser declarado demente.

ADIÓS TRAGEDIAS

El joyero Harry Winston adquirió el diamante Hope en 1949 y lo donó para su exhibición en el Museo Nacional de Historia del Instituto Smithsoniano de Washington. Hope está expuesto en el pabellón Harry Winston, donde es admirado por 7 millones de personas al año. También ha sido exhibido en el Museo del Louvre y en Sudáfrica. Hasta ahora Hope no ha vuelto a hacer de las suyas, o bueno, no nos hemos enterado.

INSPIRACIÓN CINEMATOGRÁFICA
En 1997 se estrenó una de las películas más taquilleras de todos los tiempos: Titanic. Dentro de la historia, el protagonista, Jack Dawson (Leonardo DiCaprio), pinta a Rose DeWitt (Kate Winslet) desnuda y portando en el cuello un diamante denominado “Corazón del mar”. James Cameron se inspiró en Hope para crear la pieza de color azul y en forma de corazón que, al final de la película, Rose, antes de morir, decide arrojar al mar.

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