Cultura

Lo que debes saber sobre Madama Butterfly, la historia de una geisha atrapada por su destino

Por: Sergio Vela* 05 julio 2021 • 4 minutos de lectura

La ópera de Puccini es tan famosa como dramática e intensa, pues su trama se centra en una joven geisha que se aleja de su familia y sus raíces por amor, solo para terminar engañada por su esposo.

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Madama Butterfly Cartel original del estreno Puccini geisha
Cartel original del estreno

En la parte final del siglo XIX, hubo una tendencia en la ópera a explorar algunos temas exóticos. Fue el periodo en el que las potencias europeas desarrollaron una política colonialista, mientras el comercio con el Extremo Oriente recibió un gran impulso.
Durante ese momento histórico, abundaron las óperas que hacían referencia a culturas como la china, la japonesa o la de la India, y también a algunas civilizaciones africanas, pues había una verdadera fascinación por los códigos culturales distintos.

Dentro de dicha corriente artística y estética, se inscribe de manera particularmente destacada la ópera Madama Butterfly, compuesta por Giacomo Puccini y estrenada en el Teatro de La Scala de Milán en 1904.

Revisada y reescrita varias veces por Puccini, se trata de una obra que forma parte de los referentes culturales en múltiples latitudes. En el ámbito de la interpretación dramática, es una ópera extraordinariamente demandante. Debe ser considerada como una obra maestra, construida casi como si fuera una filigrana, y con un contenido que requiere una reinterpretación constante para que tenga plena elocuencia y vigencia.

madama butterfly giesha

Una tragedia que comenzó con esperanza e ilusión
La historia se desarrolla a principios del siglo XX en la ciudad de Nagasaki –fundada por navegantes portugueses en el sudoeste de Japón–, donde se prepara la boda entre el teniente Pinkerton, de la Armada de Estados Unidos, y la joven japonesa Cio-Cio San, una geisha de apenas 15 años conocida como Madama Butterfly. Cio-Cio es una transcripción italiana para chóchó, “mariposa” en japonés, y San es un honorífico nipón que podría traducirse como “señora”.


El casamentero, Goro, muestra a Pinkerton la casa donde habrá de celebrarse la boda. Llega el cónsul estadounidense, Sharpless, y Pinkerton le confiesa que en realidad no se toma la boda demasiado en serio. El cónsul le hace ver que, para casarse con él, Cio-Cio San ha renunciado al budismo, la religión de sus antepasados. Luego llega la novia con los invitados, y se lleva a cabo la ceremonia. Pero un tío de la novia que es sacerdote budista arremete contra su sobrina por haber abandonado la religión de su familia, por lo que el novio despide a los invitados y consuela a su esposa.
Tres años más tarde, vemos a Butterfly en su casa esperando el regreso de su esposo, quien ha estado ausente. Sharpless llega con una carta de Pinkerton anunciándole que se ha casado con una mujer estadounidense. Antes de que el cónsul pueda leerle la carta a Cio-Cio San, Goro el casamentero aparece acompañado del príncipe Yamadori, quien quiere a Madama Butterfly por esposa. Ella lo rechaza y le explica que su matrimonio con Pinkerton no puede romperse aunque lo quisiera. Sharpless intenta informar a Cio-Cio San del nuevo matrimonio de Pinkerton, pero ella no lo deja porque se resiste a creer que su esposo la ha abandonado. Cuando le pregunta qué haría si Pinkerton no regresa nunca, Butterfly responde que solo podría volver divertir a los demás con sus canciones, o bien morir.

La muerte con honor es mejor que la vida sin honor.

Un cañón del puerto anuncia la llegada del buque Abraham Lincoln, el barco de Pinkerton. Madama Butterfly adorna la casa con pétalos de flores, ayudada por su doncella Suzuki, para que el regreso de su esposo sea en primavera, como había prometido. Aquí tiene lugar una de las escenas operísticas más extraordinarias de todos los tiempos: el momento en que la esposa espera toda la noche la llegada de su marido. Amanece y Pinkerton aún no aparece en la casa, por lo que Cio-Cio San le pide a Suzuki que se vaya a descansar. Entra de nuevo el cónsul, quien anuncia la llegada de Pinkerton a la casa, pero acompañado por Kate, su esposa estadounidense.
Al ver todo decorado con flores, Pinkerton cae en la cuenta de que Madama Butterfly lo ama y que él le ha sido infiel. Angustiado, no se atreve a enfrentarse a ella y se aleja de la casa. Cuando aparece Cio-Cio San y ve a la dama estadounidense, comprende la terrible verdad, pero le desea felicidad a Kate y accede a entregar a su padre al hijo que tuvo con él si va a recogerlo. Entonces se queda sola y toma en sus manos la daga ceremonial de su padre, que tiene la inscripción “La muerte con honor es mejor que la vida sin honor”. Madama Butterfly se da muerte con la daga en presencia de su pequeño hijo y después de Pinkerton, quien llega para descubrir el drama.

La verdadera tragedia de Madama Butterfly como personaje consiste en el hecho de que ella se ha entregado a lo que considera que es la salvación, la escapatoria de su destino: renunciar a su religión y casarse con un extranjero para dejar de ser una geisha.

La verdadera tragedia de Madama Butterfly como personaje consiste en el hecho de que ella se ha entregado a lo que considera que es la salvación, la escapatoria de su destino: renunciar a su religión y casarse con un extranjero para dejar de ser una geisha. Sin embargo, el destino la vuelve a atrapar. En el primer cuadro del acto segundo, cuando Sharpless le plantea qué haría si Pinkerton no regresa, ella responde que tendría que volver a su oficio anterior, que como geisha consistía en entretener a la gente con sus canciones, o morir. La desilusión en Cio-Cio San es absoluta. Se derrumba, pero vuelve a levantarse para despedirse del mundo con una dignidad y determinación conmovedoras. En esta dignidad, está la esencia dramática de Madama Butterfly.

madama geisha.png
Madama Butterfly / Sidney Opera House

Para ver más:
- Aquí un trailer de una versión muy contemporánea que se hizo no hace mucho en Sidney.
- Aquí otra versión no clásica y reciente de Nationale Opera & Ballet.
- Este playlist de Spotify con una versión de MET.

* Sergio Vela es director general de Arte & Cultura Grupo Salinas

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