Cultura

Pintura de Botticelli se convierte en fenómeno viral y récord en subasta

Por: Kristina Velfu 09 febrero 2021 • 8 minutos de lectura

En medio de la pandemia, el retrato “Hombre joven sujetando un medallón”, se vendió por 92 millones de dólares 550 años después de ser pintada. Este interesante caso demuestra todo lo que se puede lograr cuando el arte y las nuevas tecnologías se conjugan.

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Sandro Botticelli

Las nuevas tecnologías están tomando un rol fundamental en el destino de algunas de las creaciones artísticas más emblemáticas de la humanidad, pues permiten estudiar y entender las obras, además de difundir su belleza e importancia entre todo aquel que tenga acceso a un smartphone. En esta ocasión, la casa de subastas Sotheby’s, en Nueva York, vendió una de las obras más célebres del pintor renacentista Sandro Botticelli (1445-1510) en 92 millones de dólares, lo que la convirtió en la segunda pintura renacentista más cara de la historia, solo por detrás del Salvator Mundi, adjudicada a Leonardo da Vinci y vendida por 450 millones de dólares en 2017.

Botticelli
Instagram: @sothebys

Los especialistas valuaron la obra en un precio de salida de 70 millones de dólares y en apenas un minuto, alcanzó su precio final. El cuadro de Botticelli pertenecía a un coleccionista privado que hace 39 años, en 1982, la adquirió por lo equivalente a poco más de un millón de dólares. Esa cifra fue multiplicada casi por 10 en la subasta, lo que demuestra que el arte es una buena inversión.

Los especialistas valuaron la obra en un precio de salida de 70 millones de dólares y en apenas un minuto, alcanzó su precio final.

Botticelli solo pintó retratos en el principio de su carrera como artista, y de estos se conservan apenas una docena. Todos coinciden en su patrón: un medio busto de una persona, en su mayoría hombres, que sostienen un medallón con una imagen.

La pintura que la rompió en 2021

El joven retratado por el pintor para este cuadro aparece galante y sereno, de frente amplia y barba partida, con largo cabello dorado, peinado con partido al centro.

Sandro Botticelli
El personaje del medallón es un santo con una larga barba gris, sin pelo y con una túnica naranja.

Es interesante la presencia del medallón en esta pintura, porque se trata de una obra de arte más antigua que se integra a la obra final. Este fragmento es de la autoría de Bartolomeo Bulgarini, un artista de Siena del siglo XIV, de refinada técnica, que según los estudios de la casa de subastas, fue recortado de un panel vertical más grande, tal y como lo revelaron las imágenes de rayos X tomadas a la pieza, previo a su venta.

El personaje del medallón es un santo representado de medio cuerpo con una larga barba gris, sin pelo y con una túnica naranja. Está sobre un fondo dorado, rodeado por una red de perforaciones geométricas que sirven para enmarcar su figura de una manera no muy diferente del marco arquitectónico pintado detrás del joven. El santo carece de atributos iconográficos identificables y solo se ve su mano derecha, levantada en un aparente gesto de bendición.

Así pues, el medallón es una obra de arte separada que se coloca en el lienzo de Botticelli, de 58.4 centímetros por 39.4 centímetros en su totalidad. Al ras de la superficie, se sostiene en un marco pintado y se balancea sobre una ventana de piedra.

Los dedos de su mano izquierda y las sombras que proyectan sobre la piedra de abajo aumentan aún más el ilusionismo de la obra, mientras que la intensidad de su mirada, su expresión tranquila y su calidad realista, dan testimonio elocuente de las prodigiosas habilidades y la mente innovadora de Botticelli.

Los expertos fechan la pintura entre finales de la década de 1470 y principios de la de 1480, cuando el pintor florentino estaba entrando en la plenitud de su carrera. La mayoría de sus retratos pertenecen a sus primeras etapas como artista, ya que, a partir de la década de 1480, Botticelli los dejaría de lado en favor de sus grandes lienzos de temática mitológica, como “La primavera” y “El nacimiento de Venus”.

Se desconoce quién es el sujeto del cuadro, aunque algunos estudiosos sostienen que se trata de un miembro de la familia Medici, los grandes mecenas de Botticelli. Se piensa esto porque existe un gran parecido de este cuadro con “Retrato de hombre con una medalla de Cosme el Viejo”, conservado en la Galería de los Uffizi de Florencia. Algunos van más lejos al proponer un nombre: el de Lorenzo de Pierfrancesco de Medici, primo de Lorenzo el Magnífico, familia que se convertiría en Grandes Duques de Toscana al cabo de pocas décadas.

Sandro Botticelli
Probable autorretrato de Botticelli en su obra “Adoración de los magos” (1475).

Radiografía de una obra maestra

Previo a su venta, esta pintura fue sometida a estudios que la tecnología actual permite. Se le aplicaron radiografías, reflectografías infrarrojas, escaneo de fluorescencia de rayos macro X (XRF), espectroscopía y un examen minucioso bajo el microscopio.

Las conclusiones de este estudio demuestran las excelentes condiciones de conservación con las que cuenta la obra y revelan por primera vez más información sobre la mente de Botticelli y su proceso creativo, a través de la tecnología de la imagen moderna.

Por ejemplo, en el primer intento de Botticelli sobre el retrato, el cabello del joven era más corto y fue alargado hasta el cuello para su versión final. La reflectografía infrarroja revela un dibujo subyacente ejecutado libremente en partes de la imagen, el cual muestran que el pintor florentino realizó ajustes a la composición. También se notan cambios en la posición de las manos y la ubicación de su hombro izquierdo, así como la posición de la fila de botones de su atuendo.

La ciencia permite tener mayor información, por primera vez, de una obra maestra como esta. Es interesante destacar la labor, en términos de investigación y conocimiento, que la casa de subastas invirtió en la obra.

En el estudio reportado por Matthew Hayes y Karen E. Thomas, de la casa de subastas, se revela que el soporte de la pintura se trata de madera de álamo, utilizada típicamente en Italia en el Renacimiento. Incluso se dejan ver algunas reparaciones e imperfecciones, que posiblemente realizó el propio Botticelli.

Gracias a este estudio, se puede saber hasta la proporción de azul que invirtió Botticelli para lograr el color gris evidente.

La ciencia permite tener mayor información, por primera vez, de una obra maestra como esta. Es interesante destacar la labor, en términos de investigación y conocimiento, que la casa de subastas invirtió en la obra.

Realidad aumentada y viralidad en Instagram

Por si fuera poco, Sotheby’s decidió crear un filtro de Instagram que permitía superponer la pintura “Hombre joven sujetando un medallón” en cualquier lugar de tu espacio personal, lo que generó un fenómeno viral sin precedentes.

Con la llamada “realidad aumentada”, todo el mundo colocó la pieza, literalmente hablando, en las paredes de su casa (ahora que todos estamos en esta más tiempo).

Sotheby’s decidió crear un filtro de Instagram que permitía superponer la pintura ‘Hombre joven sujetando un medallón’ en cualquier lugar de tu espacio personal, lo que generó un fenómeno viral sin precedentes.

El acto permitió sentir por un momento a los entusiastas del arte lo que significa tener en tu cotidianidad una obra, incentivando el coleccionismo en el público más joven y la expectación por la venta de la pintura.

Por otro lado, es interesante destacar que el personal de la casa de subastas se mostró involucrado en la emoción de tener frente a ellos una obra de este calibre, así como la desbordada adrenalina que les causó su venta, que en un minuto alcanzó el precio final de más de 92 millones de dólares, rebasando su precio de salida de 70 millones de dólares.

Todos los involucrados hicieron publicaciones al respecto en sus perfiles personales, lo que permitió observar “desde dentro” la operación que hoy por hoy forma parte de la historia de la pieza, la cual se ha vendido solo cuatro veces en los últimos 200 años.

Si Botticelli hubiera tenido noticias sobre todo lo que despertaría su obra, no habría podido creerlo. Imaginen que alguien le dijera: ‘En 550 años habrá algo llamado Instagram, que permitirá mostrar tu obra en todos los rincones del planeta; se podrá superponer una imagen de esta en los espacios íntimos de la gente y todos estarán expectantes de la venta de la pieza en una subasta en línea, sin público, en medio de una pandemia’.

Si Botticelli hubiera tenido noticias sobre todo lo que despertaría su obra, no habría podido creerlo. Imaginen que alguien le dijera: “En 550 años habrá algo llamado Instagram, que permitirá mostrar tu obra en todos los rincones del planeta; se podrá superponer una imagen de esta en los espacios íntimos de la gente y todos estarán expectantes de la venta de la pieza en una subasta en línea, sin público, en medio de una pandemia”. ¿Qué hubiera dicho? Todo parece todo una ficción.

Con esto, podemos darnos cuenta de que la tecnología permite nuevas formas de apreciación, investigación y difusión del arte.

Sandro Botticelli El nacimiento de venus
“El nacimiento de Venus” es una de las obras cumbre del maestro florentino Sandro Botticelli. El lienzo mide 278.5 cm de ancho por 172.5 cm de alto. Se conserva en la Galería Uffizi, en Florencia.

La vida de Botticelli

El nombre real de Sandro Botticelli era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi. El nombre por el que se le conoce al pintor proviene del apodo de su hermano mayor Giovanni. Él tenía 25 años cuando Botticelli nació, y lo adoptó y lo educó.

A Giovanni le apodaban Botticello, como se le decía en la Toscana a los bebedores o glotones. Ambos eran hijos de un curtidor de piel en Florencia. Sandro nació alrededor de 1444-1445.

Sus pinturas son sinónimo de los logros artísticos de la ciudad. Los considerables talentos de Botticelli fueron reconocidos a una edad temprana. Es posible que se haya formado como orfebre antes de ingresar –alrededor de 1461-1462–, al estudio de Fra Filippo Lippi, donde aprendió la importancia de la línea, la perspectiva y la elegancia compositiva general.

Botticelli también fue aprendiz de Andrea del Verrocchio alrededor de 1467, el año en que Lippi había establecido su propio taller independiente en su casa familiar en la Via del Porcellana.

Como artista consumado, sus obras más reconocidas son “La primavera” y “El nacimiento de Venus”. El gran prestigio que logró durante su vida disminuyó después de su muerte en 1510, ya que su estilo se consideró anticuado, junto con el de Rafael y Miguel Ángel.

Su trabajo se reposicionó hasta finales del siglo XIX, ya que los estudiosos llegaron a la conclusión de que Botticelli reasumió su legítima posición como uno de los artistas más admirados y queridos del Renacimiento, y fue considerado un pintor poético.

Sandro Botticelli
Botticelli nunca se casó, solo tuvo una estrecha relación con Simonetta Vespucci, quien se dice que es la modelo de “El nacimiento de Venus”.

Botticelli nunca se casó; tenía horror al matrimonio. Sin embargo, su obra deja ver la admiración por la belleza femenina. De hecho, se le atribuye la creación del tipo florentino de mujer, una especie de ideal de belleza italiana. Pero no se conoce amor concreto de Botticelli ni alusión a excesos sentimentales.

Solo se tiene referencia de haber tenido una estrecha relación con Simonetta Vespucci, quien se dice que es la modelo de la famosísima obra “El nacimiento de Venus”.

Al final de su vida, cayó en pobreza y salió adelante gracias al apoyo caritativo de sus primeros benefactores. Nunca dejó de pintar y su tumba en Florencia se encuentra en la iglesia de Ognissanti, pero casi nadie lo sabe, porque en la lápida figura su verdadero nombre.

De lo que se tiene absoluta certeza es que no ha nacido un genio equiparable a Sandro Botticelli, pilar del Renacimiento y expresión de sus ideas de humanismo, belleza y armonía.

* Kristina Velfu es periodista especializada en la difusión del arte y la cultura (Ig y Tw: @velfu)

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