Arte Abierto nos muestra su cuarta exposición, completamente impactante, y se trata de una videoinstalación multicanal con cinco pantallas que iluminan esculturas de cerámica, que nos revela directamente un viaje abstracto por las calles de Japón, México, la mitología griega y el subconsciente humano a través del talento de Erik Meyenberg en Things We Do For Love.
Things We do For Love es toda una oda existencial y abstracta a la vida, interconectando varios elementos, como el universo, el tiempo, la física, la naturaleza a lo urbano, con las ciudades y finalmente, las personas. La exposición está inspirada en la residencia artística de Meyenberg en Japón, la cual también fue un viaje de introspección para el artista para sanar una historia personal, y así, encontrando la belleza de la vida.
Cuando todo se ha roto, ¿cómo hacer para moverse en un mundo tan ajeno?, ¿cómo reconstruirlo?, ¿cómo pegar los pedazos que han quedado?
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Meyenberg vivió en Tokio, Kyoto, Kanazawa, Hiroshima y Naoshima durante su residencia en la Tierra del Sol Naciente, capturando momentos en la vida cotidiana sin una aparente relación entrelazada y asegura que, mientras tomaba estos momentos tan efímeros, resonaba en su mente la frase “things we do for love” o “las cosas que hacemos por amor”.
Pero la exposición visual no solo se limita a fragmentos captados en su residencia en Japón, pues también, tras regresar a México, capturó más momentos en Los Cabos, Valle de Bravo, Acapulco e Ixtapa.
Para el artista, esta acumulación de visuales representaban un mundo roto y sin articulaciones, y fue así como, inspirado en el proceso de restauración ancestral de Japón que se basa en reparar objetos rotos pegando los fragmentos con polvo de oro llamado Kintsugi, creó la metáfora perfecta para conformar la videoinstalación.
Algo que se combina a la perfección en la exposición de Meyenberg es la música, pues esta debía transmitir la misma fuerza que el contenido en video, además de aportar soporte emocional y abstracto para entretejer toda la experiencia en una propia para el espectador, pues Erick decidió no acompañar las escenas recopiladas con su sonido real, más bien quería experimentar con la abstracción emotiva y sugerente que llega a manos del músico Roderic.
Sumado a todo esto, las esculturas presentadas en Things We Do For Love están fabricadas de cerámica y representan una flor desmembrada, inspirada en un crisantemo sobre el suelo de un cementerio en Tokio después de un tifón.
La escultura debía surgir del suelo, así como Afrodita surgió de las aguas.
No te pierdas Things We Do For Love, que estará en Arte Abierto ubicado en Plaza Artz, al sur de CDMX.
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