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Rebecca Jones, ¿qué hay detrás de la mala de las novelas?

Por: Redacción Central 22 marzo 2023 • 8 minutos de lectura

Recordamos a la actriz Rebecca Jones con esta entrevista para Revista Central, publicada en 2017.

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Rebecca Jones, ¿qué hay detrás de la mala de las novelas?
David Franco para 13 producciones

La mañana de este miércoles 22 de marzo se confirmó el fallecimiento de Rebecca Jones, famosa actriz de cine, teatro y televisión, quien en 2019 venció al cáncer de ovario.

La terrible noticia fue dada por Prensa Danna, quien en un comunicado señaló que Jones se fue en paz y estuvo acompañada en todo momento.

“Con profunda tristeza queremos informar el fallecimiento de nuestra querida y admirada REBECCA ANNE JONES FUENTES (21 de Mayo 1957- 22 de Marzo 2023)”.

“Rebecca estuvo acompañada en todo momento por sus seres queridos, se fue en paz y con un profundo agradecimiento a su público para el que trabajó toda su vida”.

“En próximos días nos uniremos a despedirla tal como fue su deseo. Gracias a todos los que estuvieron pendientes de la salud de Rebecca en todo momento”.

“La historia nunca dice adiós. Lo que dice siempre es un hasta luego”.

Tras esta terrible noticia, en Revista Central recordamos a la gran actriz Rebecca Jones con una entrevista publicada en 2017, de la edición 63 de la revista.

¿Qué hay detrás de la mala de las novelas?


En 2017, la actriz nos abrió las puertas de su departamento, ubicado al poniente de la CDMX.

Lo primero que nos llega a la cabeza al escuchar el nombre “Rebecca Jones” es glamour, seguridad y elegancia, y sí, ésas son características innegables de la actriz, pero de ella hay mucho más que decir: es muy simpática, ama el arte, la moda y sobre todas las cosas a su hijo, Maximiliano. Está abierta al amor, pero no le quita el sueño.

Platicamos con Rebecca en la sala de su departamento, decorado con orquídeas blancas, piezas de arte y varios cuadros, todos hechos por su padre, Gordon Jones, quien murió en el 2007 a los 89 años.

“Compré este departamento después de divorciarme de Alejandro. Dios me puso en el lugar y hora correctos. Estoy feliz aquí, amo mi casa, y me parece que aquí voy a morir”

La actriz tiene ojos enormes, expresivos y de un marrón intenso, una piel lisa, como de porcelana, y un porte que cimbra. Enciende un cigarro y comenta que no entiende a aquellas mujeres que tienen miedo a envejecer.

“¿Por qué se preocupan por eso? Somos privilegiados de vivir y poder llegar a esa etapa”.

Y aunque tiene razón, para mis adentros pienso que tal vez ese miedo puede radicar en que no todas lucimos como ella a sus 60 años, bueno, ni siquiera a los 30, que se sigue viendo como cuando actuó en Cuna de lobos, ¡y no exagero!

Rebecca Jones
David Franco para 13 producciones

Desde su infancia ha estado involucrada con el arte, pues su padre fue pintor. “Nos educaron con un sentido de la estética, de apreciación al arte”.

Su pasión por la actuación comenzó desde niña: “Me gustaba mucho el show, mis fiestas eran obras de teatro que yo escribía. Mis papás me llevaban al teatro y me sudaban las manos por querer estar sobre el escenario”.

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Huyendo de México

Siendo Rebecca adolescente, los Jones Fuentes vivían en Chimalistac, y durante esa época fueron víctimas de un atentado: hicieron explotar una bomba casera en la puerta de su casa; dicho artefacto hirió a su papá.

“Nunca supimos porqué sucedió, él se dedicaba a la pintura y a la publicidad; la única razón podría ser que a la vuelta vivía un político, Javier García Paniagua, y siempre había patrullas custodiando su casa, tal vez quisieron llamar la atención de los policías. No nos auxiliaron y los superiores que llegaron, acompañados de 60 personas antibombas, los regañaron muchísimo”.

Ése fue motivo suficiente para que la familia se mudara a Estados Unidos, país del padre de Rebecca. Luis Echeverría era presidente de México y no había una buena relación con los estadounidenses, algo similar a lo que se vive actualmente con Trump.

Al llegar a Laguna Beach Rebecca llamó mucho la atención: todos vestían ropa de playa y ella, con 14 años, usaba muchísimo maquillaje y lentes oscuros, grandes y de colores.

“Fue un shock cultural fuerte, mis compañeros del colegio me alucinaban un poco: ahí el glamour no existía, era como una loquita, pero me fui adaptando hasta convertirme en una beach girl: aprendí a surfear y aproveché ese cambio que me convirtió en una persona con un criterio más amplio del mundo”.

Y con la seguridad que la caracteriza, hizo una pequeña trampa para no revalidar materias.

“Mi boleta tenía puros N/A (no aprobada), el director de la escuela me preguntó qué significaba, y no dudé en decirle ‘notable alumna’. Él contestó: ‘¿Y por qué está escrito con tinta roja?’. Sin titubear comenté que en México nos gusta resaltar lo bueno, y lo creyó”.

Y esa seguridad ha marcado a Rebecca toda su vida.

“Siempre he tenido mucha confianza en mí y creo que tener talento es un cheque al portador.”

“Mi mamá me dijo: ‘Tú eres la mejor y nunca debes perder la dignidad’. Y mi papá: ‘No digas voy a ver si puedo, porque siempre podrás si quieres’. Y eso tiene mucho que ver con que tenga una autoestima fuerte, a veces demasiado. Muchos han de decir ‘¿Ésta qué se cree?’ Pero si tú no crees en ti misma, ¿quién?”.

Entrevista a Rebecca Jones
David Franco para 13 producciones

Cuatro década en la actuación

A los 20 años Rebecca decidió volver a México pues deseaba consolidar una carrera en nuestro país.

“Le hablé a mi tía, Fernanda Villeli, ella escribió la primera telenovela de todas en 1958, se llamó Senda prohibida, y otras como El maleficio y El derecho de nacer. Le pregunté si me podía ayudar y al día siguiente me llevó con Víctor Hugo O’Farrill quien dirigía el Centro de Capacitación de Actores, entré a la primera generación y me fue muy bien”.

“Me establecí en donde debía y al año siguiente debuté en El maleficio; después vinieron varias telenovelas más de Don Ernesto Alonso: él me dio mi primera oportunidad, y mi primer estelar en El ángel caído”.

Alguna vez Rebecca habló con él porque quitaron su crédito en una novela. Y él le comentó: “No te preocupes mijita. Tú no vas a ser un meteoro, vas a ser una estrella, ¡grábate eso que te estoy diciendo!”

Su trabajo más retador llegó en el 2009 con la obra Retrato de una artista desempleada: “Un proyecto que trabajé muchísimo junto a Francisco Franco, el director. Hicimos la traducción, adaptación y trabajamos a conciencia 36 personajes. El resultado final fue de una filigrana teatral increíble. Bajaba dos kilos con cada función aunque luego me los reponía en la cena”, risas.

Otro reto se le presentó hace cuatro años en la obra El curioso incidente del perro a medianoche, también dirigida por Franco. Ahí interpretaba a Judy, la mamá de Christopher, el protagonista, un niño de 15 años con síndrome de Asperger, a quien abandona.

“Debía lograr que el público me amara y me diera la razón por dejar al niño, y aunque fue super difícil creo que lo logré porque la gente se conmovía muchísimo, lloraban con mi personaje”.

“Y en televisión creo que ahora estoy haciendo el papel más complejo: a Catalina Basurto de Las malcriadas. Le he tenido que trabajar mucho porque es muy contradictoria, ¡una psicópata con todas sus letras! No siente remordimiento, ni distingue la bondad de la maldad; es perversa y al mismo tiempo sufre; dice cosas muy fuertes pero con mucha ternura, me ha costado interpretarlo”, confesó.

Rebecca Jones muerte
David Franco para 13 producciones

Para no llegar a casa con toda esa carga emocional que le deja interpretar papeles tan fuertes como el de Catalina, antes hace un poco de yoga o toma una copa de whisky.

“Si no tu cuerpo se va a la cama diciendo ‘qué mal me la pasé’. El trabajo de actor de por sí es muy tenso, trabajas con la mente, la memoria, la imaginación, la concentración, en un set lleno de luces y ruido: debes desconectarte”.

Con 40 años de trayectoria Jones recuerda que antes las actrices debían trabajar muy duro para alcanzar un protagónico e iniciar desde abajo.

“Cuando yo empecé tenía 21 años y todas las protagonistas más de 40, yo sólo podía aspirar a ser la dama joven. Logré ir entrando por ahí y por acá, y no creía todo lo que me decían: que si era muy guapa, elegante, hubiera perdido el piso. Siento que a los jóvenes ahora les falta querer pagar por actuar, traen esta cosa de ‘yo me merezco todo porque soy una estrellita marinera’. Yo veía a divas como Maricruz Olivier o Ana Martín que eran actrices hechas y derechas, y tenían una carrera que las respaldaba”.

“Hay una perspectiva muy diferente ahora”.

Y ¿cómo lidia la actriz con este cambio generacional? “Una de las cosas que debemos hacer para evolucionar y no envejecer de la mente es estar al pendiente de lo que hacen los jóvenes: no puedo dejar de escucharlos y trato de entenderlos”.

Y aunque la Jones siempre se preocupa por estar a la vanguardia, hay un tema que no la convence del todo: las redes sociales.

“No creo mucho en ellas, aunque no me puedo negar al boom que están teniendo. Las uso para mi trabajo, pero no considero necesario que la gente sepa cosas personales de mí".

“Las estrellas debemos ser inalcanzables para que la gente aspire a un ídolo, porque si no te vuelves parte de ellos”.

“Estoy segura que en algún momento la gente no va a querer tener nada que ver con ellas. Al igual que creo que los libros jamás van a desaparecer, ni el teatro, a pesar de que virtualmente ya puedes tener todo, hasta un novio robotito si quieres”.

Falleció Rebecca Jones
David Franco para 13 producciones

De carne y hueso

Se convirtió en mamá de su único hijo, Maximiliano, hace 28 años, y decidió alejarse de los reflectores para disfrutar de él.

“Alejandro Camacho, mi exesposo, y yo perdimos un bebé antes de Max y cuando nació la vida me dio dos años para dedicarme completamente a él. Estuve feliz, me puse gordísima, subí 25 kilos, y me valió todo, pero pasado ese tiempo ya andaba arañando las paredes y regresé con La sonrisa del diablo”.

“Después fueron muchos años de culpas, como todas las mamás, porque tienes que trabajar. Ahora lo veo con algunas compañeras que son mamás jóvenes y se preocupan, pero les digo que se relajen... Mi hijo creció en sets de televisión y no hay bronca, no es un desadaptado social”.

Max Jones, el nombre artístico del hijo de Rebecca, toca en el grupo Los Mekanikos, es dj y compositor.

“Hay veces que viene a la casa, pasamos toda la tarde viendo películas y comiendo comida chatarra”, compartió.

Hace seis años Rebecca se divorció de Alejandro Camacho, después de formar una de las parejas más atractivas y consolidadas del espectáculo, ¿qué relación tiene ahora con él?

“Buena, de lejos, pero buena. Cuando nos vemos es con cariño y respeto. Claro que nos queremos mucho, pues es el padre de mi hijo”.

Y no está cerrada al amor. “Me he vuelto a enamorar como dos veces pero pasajeramente. No me cierro a esa posibilidad, pero tampoco vivo para ello. Si llega a suceder, qué bueno; si no, también. Puedo morir tranquila, no me iría triste. Veo muy difícil dejar entrar alguien a mi vida para vivir con él, y sí me gustaría un compañero para pasar los últimos días de mi vida, pero si no se da, también estoy preparada para eso”.

Actualmente Rebecca se siente plena. “Sí, aunque suene a cliché: Dios me ha bendecido con los mejores trabajos; el público me quiere y respeta; tengo un prestigio que sólo se logra después de muchos años y trabajo.

Y tengo la misma hambre que tenía cuando arranqué mi carrera. Trato de ser mejor persona cada día, de eso se trata la vida, de ir madurando y eso sólo te lo dan los fracasos, las equivocaciones. Me siento muy feliz y creo que se me nota”. Con esas palabras y una gran sonrisa concluyó la entrevista para Central.

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Entrevista: Brisa Granados
Fotos: David Franco Para 13 Producciones
Maquillaje: Lalo Arias
Peinado: Yuniet Jaime
Moda: Luz María Carrera
Asistente de moda: Montserrat Domínguez

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