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La bodega vinícola mexicana que celebra la vida con cada una de sus creaciones

Monte Xanic no solo transformó el vino mexicano al elaborar el primer vino premium y dar pie al reconocimiento de regiones como el Valle de Guadalupe, también ha logrado que disfrutar sus botellas sea una experiencia mágica.

Fotografía por: Cortesía Monte Xanic
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Los años y las copas de vino nunca deben ser contados. –Anónimo

El calor y el aroma que nos ofrece el vino es muestra de su gentileza, de la innegable perfección que lo ha convertido en compañero de la humanidad a lo largo de los siglos. Una copa de vino comparte la calidez obtenida de la tierra y del sol con nuestros sentidos, llevándonos de ser simples seres humanos a un nivel divino.

Fotografía por: Cortesía Monte Xanic
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Un sueño que cambió la historia

En 1987, cinco amigos –Hans, Ricardo, Erick, Manuel y Tomás– compartieron un sueño en común: crear una empresa de vinos mexicanos de alta calidad. Todos ellos grandes amantes del vino, se lanzaron a la aventura y se volcaron en su proyecto para realizar un vino que se pudiera “servir y compartir”.

Con cariño, perseverancia y trabajo consolidaron una marca que hoy es referente indiscutible de la industria vitivinícola mexicana. Su idea excedió todas sus expectativas, al convertir a Monte Xanic en la bodega pionera, impulsora de la industria de vinos premium en México.

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Los vinos de esta emblemática bodega han estado presentes en eventos significativos de la historia de México, como la firma del Tratado de Libre Comercio en los años 90, y las visitas de los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

Xanic con x de México es un reflejo de su joven y exuberante personalidad, similar al lugar de origen de sus vinos: El Valle de Guadalupe y el Valle de Ojos Negros.

Fineza y distinción desde su origen

El nombre “Xanic” proviene de los indios Cora, quienes todavía habitan regiones de Nayarit, en la costa del Pacífico de México, y quiere decir “flor que nace después de la primera lluvia”. Xanic con x de México es un reflejo de su joven y exuberante personalidad, similar al lugar de origen de sus vinos: El Valle de Guadalupe y el Valle de Ojos Negros.

Fotografía por: Cortesía Monte Xanic
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El Valle de Guadalupe es una región vitivinícola de Baja California, establecida gracias a la misión de los franciscanos. Abarca varias comunidades, como Ejido El Porvenir, Francisco Zarco y San Antonio De las Minas.

Cada una de sus botellas es como una lámpara mágica que, al descorcharse, libera una historia fantástica, formada con todas las manos que estuvieron involucradas en todos los pasos del proceso de producción.

El carácter de estas tierras define el estilo de los vinos de Monte Xanic, y las variedades bordolesas expresan el terruño del Valle con fineza y distinción. Por tal motivo las principales variedades en la propiedad son cabernet sauvignon, merlot, petit verdot, malbec y sauvignon blanc. El Valle de Guadalupe equivale en extensión a dos tercios de Napa Valley, y sus condiciones climáticas son muy similares a las del suroeste francés.

Gracias a todos estos elementos y características, Monte Xanic es una celebración de la vida. Cada una de sus botellas es como una lámpara mágica que, al descorcharse, libera una historia fantástica, formada con todas las manos que estuvieron involucradas en todos los pasos del proceso de producción, desde la poda de las hojas, pasando por la vendimia, el ingenio del enólogo que pensó en la mezcla de uvas y el envasado, hasta su llegada a la mesa.

Fotografía por: Cortesía de Monte Xanic
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