Hannia Novell es reportera y conductora de “Es noticia con Hannia Novell” en adn40, corresponsal y también escritora. Además, es columnista en PolíticoMx y en El Economista.
En el marco del Día de la libertad de prensa en México Hannia reflexiona sobre la libertad de prensa en México y algunos retos a los que se ha enfrentado:
“En México, el derecho a la libertad de prensa enfrenta serios desafíos que ponen en riesgo no solo el ejercicio del periodismo, sino también la misma esencia de la democracia.
En cualquier sociedad democrática, la libertad de prensa es un pilar fundamental porque garantiza que la información circule libremente para exhibir las injusticias y, sobre todo, para vigilar a las mujeres y hombres que están en el poder.
La democracia no se queda en las urnas. No sólo se trata de votar por tal o cual político o partido para que sea presidente, senador, diputado, gobernador. No. Se trata de vigilar al poder político y económico, para que haya consecuencias.
¿Y cómo se entera la gente de los errores, las corruptelas, los abusos, la negligencia, la omisión, el desinterés y la incapacidad? A través de los medios de comunicación.
Un medio de comunicación independiente puede investigar, criticar y poner en evidencia las acciones de aquellos en el poder. Sin esta libertad, los ciudadanos no tienen elementos para tomar decisiones informadas y para exigir responsabilidades.
Al reflexionar sobre si uno puede considerarse un periodista totalmente libre en México, la respuesta es dolorosamente clara: NO. Las amenazas y agresiones son una constante en la vida de muchos periodistas.
Si bien ha habido épocas de mayor apertura y libertad, actualmente, el entorno está marcado por el riesgo para quienes deciden informar sobre corrupción, narcotráfico y otros temas sensibles.
De hecho, la complicidad frecuentemente reportada entre delincuentes, políticos corruptos y ciertas fuerzas del orden, borra las pocas líneas que deberían separar a los criminales de los guardianes de la ley. Esta realidad genera un ambiente de miedo que es difícil de superar y restringe severamente la libertad de los medios para actuar con independencia.
México es uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión. De 2000 a la fecha, Artículo 19 ha documentado 171 asesinatos de periodistas en México, en posible relación con su labor. Durante el sexenio de Vicente Fox se registraron 13 homicidios, 50 con Felipe Calderon, 47 con Enrique Peña Nieto, otros 47 ocurrieron durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador y van cuatro en el actual gobierno de Claudia Sheinbaum.
Lamentablemente, el acto de autocensurarse es una dolorosa, pero a menudo necesaria, estrategia de defensa. Muchos periodistas se han visto obligados a omitir detalles o evitar ciertos temas debido al temor por su seguridad personal, la de sus colegas o incluso la de sus familias.
Esta autocensura, aunque protege al individuo, al periodista, lastima a la sociedad entera, porque el público no recibe la información completa, objetiva y, por lo tanto, no tienen los elementos necesarios para tomar una decisión informada.
Para defender la libertad de prensa, es esencial construir un entorno donde el Estado actúe con responsabilidad, protegiendo y garantizando los derechos de los periodistas. Se deben crear y reforzar mecanismos de protección efectiva, acompañados de una clara voluntad política para combatir la impunidad.
Desde luego, la sociedad civil tiene un papel crucial para exigir y responsabilizar a las autoridades por la seguridad de las y los periodistas. La prensa libre fomenta una sociedad bien informada, empoderada para participar activamente en el proceso democrático.
Que se oiga bien y claro: los periodistas no queremos privilegios, exigimos nuestro derecho a una prensa libre. Que informar no se convierta en un riesgo para nuestras vidas ni la integridad de nuestras familias”.
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