Fitness

Transforma tu cuerpo y mantén tu ánimo en alto en la pandemia

Por: Roxette Ramírez 10 agosto 2020 • 3 minutos de lectura

Con rutinas creativas y muy bien diseñadas, humor, playlists perfectos y frases motivantes para la mente y el alma, el movimiento 54D de Rodrigo Garduño y Rodrigo de Ovando puede ser una de tus grandes logros en el confinamiento.

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Antes que nada, en Central estamos felices de convertirnos en la mejor opción digital y de que ahora podamos estar aún más cerca de un número cada vez mayor de lectores de nuestra amada revista. Que este brinco a la modernidad nos permita conquistar más mentes brillantes, ¡que así sea!

Pero ahora sí, entrando en materia, y luego de cinco meses viviendo “pandémicamente”, quiero contarles sobre algo que parecía difícil en mí, pero que logré hacer en este tiempo especial e inusual; es más, me atrevo a confesar que de no haber sido por el coronavirus, nunca lo hubiera hecho.

El 8 de abril me integré a la Generación Q del movimiento 54D con Rodrigo Garduño y Rodrigo de Ovando. Ellos han sido mis entrenadores y acompañantes durante todo este tiempo. Me dieron clase a mí y a miles de personas que, todos los días a las 10 am, nos conectamos por Instagram live en la cuenta @ro54d. Hablé con mis hijas y les dije: “Le voy a entrar en serio a esto, así que diariamente solo les pido una hora y media para mí; después de eso, ya las ayudo con su homeschool”.

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Mis entrenadores son unos tipazos que resultaron ser no solo preparadores físicos, sino que además cada uno es un enorme showman. Así como nos llevaban por viajes musicales, nos regañaban, nos contaban chistes, nos platicaban sus planes y nos mantenían entretenidos como en un morning show de televisión. Y no faltaron las frases que se volvieron cotidianas como “cállese y métale”, “¿quiere llamarle a su mamá?”, “¿usted se siente las tortas de jamón?” y “hoy vamos a trabajar las muy redondas”, entre muchas más que soltaban mientras hacíamos entrenamientos cada día más duros, intensos y demandantes.


Ellos se convirtieron en los dueños del fitness online, no había nadie mejor que ellos o que sumara más seguidores. En verdad, cuando les cuento que era un movimiento es porque así lo vivimos todos los que, día a día, nos comprometimos a seguir.

En la recta final, aprovecharon para hacer labor social y juntamos dinero entre todas sus clases para donar a una buena causa. De parte de ellos hubo dirección y muchas ganas, ¿pero saben qué es lo que en realidad hubo todas esas mañanas? ¡Amor! Amor por nosotros mismos y por nuestra salud física y mental. Nos hicieron perseguir un objetivo, que es sentirnos bien y fortalecernos durante la época más rara de nuestras vidas y de nuestros hijos.

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En lo personal, mis cambios han sido muy notorios. Siempre he estado a dieta, me cuido mucho para caber en los estereotipos sociales por convicción y, en los últimos años, me había metido más a hacer ejercicios de bajo impacto tipo yoga. Pero de repente vino este movimiento a mi vida que todos los días me demandaba una fuerza que antes no tenía, una resistencia brutal, enorme coordinación y, en promedio, unas 500 calorías para cada clase.

Los días empezaron a pasar y eso que venía persiguiendo por años (ser más flaca) se fue a la borda, pues mi nuevo yo tiene músculos, definición, fuerza y energía. Algo que no había tenido jamás. Cambió mi paradigma de querer ser simplemente una flaquita a fuerza, que probaba diez mil quinientas dietas y hacía ejercicio sin la más mínima ilusión… porque la neta caminar una hora y quemar 200 calorías no es motivación para nadie.

Estoy aún adaptándome y encontrándome a mí misma en un lugar antes desconocido, pero en el que me siento muy a gusto, en el que estoy divertida y en el que hice de la disciplina una forma de vida, pues en total habré hecho unas 90 clases sin fallar ni dejar ninguna inconclusa, aun cuando un día se me dobló un pie entrenando. A este proyecto le puse empeño, sí, pero más que nada ¡le puse corazón! Controlé mis emociones y mi mente pudo más que yo cuando a veces ya no aguantaba. Los sábados, en los game-days (que eran durísimos), estaba muy fuerte y era capaz de hacer todo.

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Ahora me compré un nuevo programa: 54D-ON. ¡Empiezo mañana! Ya les contaré de qué va. Mientras tanto, este capítulo de la pandemia ha fluido extraordinariamente bien. Me gusta mucho y siempre estaré agradecida por estos meses de incertidumbre tan bien acompañada de mis amigos y entrenadores, el Ro y el Rorris. Gracias a ellos por su generosidad y su apoyo, por regalarnos sus conocimientos y su tiempo, y es que, ¿qué puede ser más importante que el tiempo de una persona? ¡Nada! Por eso, gracias miles.

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