Cuatrociénegas es uno de los paraísos naturales más bellos que México tiene que ofrecer –ojo, no escribo esto a la ligera, este lugar es un Área Natural Protegida y verdaderamente un oasis en medio del desierto–. Digno de ser visitado por lo menos una vez en la vida, necesario hacerlo múltiples veces para los amantes de la naturaleza… y sin duda muy especial si la visita está acompañada de un fenómeno astronómico tan espectacular como un eclipse solar total.
Las minas de mármol, el río San Marcos y las dunas de yeso fueron el escenario perfecto para el Festival ECLIPSO by Origenes, una iniciativa del hotel Hacienda 1800 que convocó a no más de mil personas a Cuatrociénegas para vivir una experiencia que por lo menos en México no se repetirá en 28 años: ver un eclipse solar total desde este paraíso.
Durante tres días, el grupo hotelero hizo lo que mejor sabe: atraer a turistas nacionales e internacionales para una experiencia que trajo a algunos de los mejores chefs del país, y una oportunidad única para hospedarse en glampings en el río San Marcos.
Enseguida, una crónica de lo que este evento tuvo que ofrecer:
Queda claro que el eclipse solar atrajo a miles de turistas a los estados del norte de México, entre ellos Durango, Sinaloa y por supuesto, Coahuila serían los estados estrella para el evento, pues el eclipse podría verse en su totalidad, contrario a otros estados como la Ciudad de México donde su vista fue parcial.
Con esta premisa tan seductora para los amantes de la astronomía… y también para quienes quizás veían por primera vez un eclipse solar total, pocas cosas podían mejorarlo… como acudir a Cuatrociénegas en torno a un festival que, hay que decirlo, fue tan único como el eclipse mismo.
Las minas de mármol
La experiencia comenzó el sábado 6 de abril por la tarde, el escenario: las minas de Mármol. Esta cantera quedó abandonada dejando atrás vestigios que son simplemente espectaculares. Lo que alguna vez fue un lugar idóneo para extraer mármol quedó en el olvido, sin embargo, ahora es un gran destino y parte de las actividades que puedes hacer en tu estancia en el hotel Hacienda 1800.
Allí encontrarás geniales panorámicas de las montañas, además, el sitio fue intervenido y en el centro de todo encontrarás una escultura de un tiranosaurio rex con arte huichol, y sin duda, un lugar para la foto perfecta de Instagram.
En el marco de ECLIPSO, éste fue el lugar para grandes espectáculos musicales de la mano de DJs como Joserrano o el DJ Giorgio.
En lo personal, destacó la participación de la Nación N’deé y sus tambores, junto con un grupo de mujeres que realizó su danza tradicional a la cual se juntaron varios de los invitados del evento. Asimismo, Juan Longoria, líder de la Nación N’deé, quien los representó en su presentación, también dijo que los fondos recaudados serían utilizados para ayudar a la preservación del grupo y de la zona, el se refirió al evento como “una acción que alimenta al espíritu”.
La noche continuó con presentaciones estelares como la de Los Randoms y el músico Scott Page cuya trayectoria musical está ligada con Pink Floyd, Toto y otros más, así como la experiencia sensorial de Yupica, en la cual las paredes de la mina de mármol fueron iluminadas en un espectáculo de luz y sonido muy especial.
Mientras que la comida estuvo a cargo de Anuar Yutani, que puso el nombre de Coahuila por todo lo alto con platillos propios de la gastronomía norestense, desde cortes de carne premium hasta platos típicos pero llenos de sabor como los frijoles con veneno.
Una parada en el Río San Marcos
Para nuestro segundo día, la visita al río San Marcos era obligada. Aquí se encontraban las 75 casas de campaña del glamping a pocos metros del río y sus diferentes pozas.
Este es el lugar en el que la mayoría piensa cuando se piensa en Cuatrociénegas, y no es por nada, este sitio ha sido lugar de estudios e investigaciones debido a sus condiciones únicas.
En Cuatrociénegas hay un ecosistema único con pozas que se alimentan de agua subterránea. Allí hay especies endémicas tanto de plantas y animales, como la tortuga de caja acuática –también conocida como la tortuga de Cuatrociénegas– que está en peligro de extinción. Pero también es super especial por los estromatolitos, que son estructuras de microorganismos que parecen piedras y datan de miles de millones de años, estas son las pocas formas de vida prehistóricas que sobreviven hasta nuestros días.
En este páramo histórico natural también pudimos hacer un paseo en kayak, aunque también estaban disponibles tablas para hacer paddle board… o simplemente nadar en este lugar mágico. También, era el sitio ideal para diversas clases de yoga y el temazcal.
Las dunas de yeso
Sin embargo, hubo un lugar especial en ECLIPSO fueron las dunas de yeso.
Estas dunas se formaron cuando el Mar de Tetis se secó, dejando a su paso una arena blanca y brillante que es muy suave, y peculiarmente fría a pesar de los intensos rayos de sol de Coahuila. Estas dunas son únicas en México… por lo que eran el lugar idóneo para ver el eclipse… pero no me adelanto demasiado.
Durante nuestro segundo día recibimos el atardecer en medio de esta arena fría, también acompañados de un set musical único. Allí se presentaron artistas como Eduardo Castillo, Satin Jackets y Stavroz. Pero si algo brilló en este segundo día fue la oferta gastronómica.
Los chefs Pedro Evia de Q78 gastromezcal; Juan Ramón Cárdenas de Villa Ferré y Don Artemio; Daniela Mier de Rizoma; Gabriel Meléndez de BRASSA, y Daniel Peña del Hotel Hacienda 1800 nos trajeron lo mejor de sus cocinas.
Desde los tacos de molleja de Meléndez o los de cabrito de Cárdenas que se deshacían en boca, hasta las frescas y deliciosas tostadas de atún de Mier, fueron la cena perfecta para esta noche donde el cielo sobre las Dunas nos regaló una vista inigualable del cielo estrellado.
Sin embargo, el espectáculo astronómico por excelencia ocurrió durante el tercer y último día de actividades de ECLIPSO.
Tras dos días previos de mucha celebración, buena vibra y claro, mucho glam, el lunes 8 de abril era quizás de los más esperados.
El día comenzó con un desayuno a cargo de los chefs Pedro Gentiloni y Berenice Sainz, allí probamos platillos sencillos pero llenos de sabor, desde unos tamales de pollo con acelga con una salsa inigualable, hasta unos tacos de barbacoa que era difícil resistirse a repetir.
Mientras que el escenario se reservó para un gong bath, el cual se trató de una meditación guiada con la ayuda de cuencos y un gong que pretendía llevarnos a un estado de tranquilidad y también de estar en el presente y poder disfrutar del eclipse.
Sin embargo, a pocos minutos del inicio del eclipse solar, subieron al escenario José Jiménez de AstroÁndalus y Lucía García de Noche Estelar, quienes nos dieron los mejores consejos previos a ver este evento astronómico, así como una explicación puntual de qué estaríamos viendo minutos después, siendo la antesala perfecta.
De pronto el momento llegó y la Luna lentamente empezó a cubrir el Sol. Poco a poco, el paisaje de las dunas de yeso comenzó a oscurecerse, y como si nos hubieran dado una orden, el silencio se posó en el lugar.
Con lentes solares en mano, las miradas se fueron hacia el cielo, que si bien estuvo nublado, ofreció algunas postales muy bellas y también una oportunidad única de ver el eclipse entre éstas. Al momento de la fase de totalidad, el silencio se rompió con vítores, una reacción natural, algunos otros con lágrimas en los ojos dada la belleza de un fenómeno astronómico. Así transcurrieron casi 4 minutos de totalidad hasta que la fase total del eclipse terminó y el entorno comenzó a iluminarse de nuevo.
En pocas palabras, los que estuvimos allí presentes acabamos de ver un eclipse solar total, algo que ninguno de nosotros podrá ver por lo menos en 28 años sin viajar fuera de México.
Pronto, la música regresó al escenario junto a la finalización de este eclipse, y así de mi experiencia en ECLIPSO, un festival que supo unir el amor por la astronomía, la naturaleza pero también el arte y el buen comer. Que deslumbró los sentidos y enriqueció el alma de todos lo que pudimos vivirlo en este lugar paradisiaco.
Fotos: Beatriz Esquivel Franco
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