El trabajo, las juntas, los deberes del hogar, la familia, las citas con el médico e incluso los hijos hace que tengamos cada vez menos tiempo para nosotros, la pareja y algo fundamental: el sexo.
Y es que la apretada agenda del día a día solo nos permite darnos el lujo de un “rapidín” de vez en cuando y, cuando pasa, muchas veces nuestra mente divaga impidiéndonos disfrutar de nuestra sexualidad.
Si este es tu caso, tenemos que decirte que no todo está perdido. Existe una práctica sexual conocica como Slow Sex que te hará disfrutar del sexo y darle un espacio en tu apretada agenda.
Karimme Reyes, sexóloga de Platanomelón México, platicó con Revista Central para explicarnos qué es el Slow Sex y cómo llevarlo a la práctica con nuestra pareja.
Qué es el Slow Sex
“El estrés afecta a la salud en todos los sentidos y nuestra sexualidad no está exenta de ello, por eso es que se empieza a hablar de esta nueva forma de tener encuentros sexuales: Slow Sex”.
“Con Slow Sex no nos referimos a que sea un sexo lento, sino más buen un sexo consciente, sin prisas, sin estrés y estar en que aquí y en el ahora”.
“Con el Slow Sex le decimos a las personas ‘hey, tranqui, no tenemos que ir corriendo, no tenemos que cumplir, no tenemos que llegar al orgasmo porque dicen que es la finalidad de un encuentro sexual’; al contrario, los encuentros sexuales son para disfrutarse el uno con el otro, para estar en sintonía, recorrer el cuerpo de la otra persona, hacer conciencia de lo que está pasando con la otra persona o las otras personas”.
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Cómo practicar el Slow Sex
Informándonos y platicándolo
“Primero informarnos sobre qué es el Slow Sex y qué es esta nueva práctica sexual. Estar informados nos ayudará muchísimo qué hacer. También se debe platicar con la pareja”.
Practicar
“Vámonos un fin de semana, dedicarnos un tiempo a nosotros. Salir de casa ayuda a romper la rutina. Aquí podemos aplicar el disfrute del cuerpo de tu pareja”.
Relajación
“No nos vamos a poner a meditar o hacer yoga; sino vamos a acariciarnos, a masturbarnos mutuamente, a probar un juguete nuevo, vamos a explorarnos y descubrir que hay más allá. Decir, oye, yo nunca te he besado los pies, te voy a dar un besito y si me animo a más, pues te chupo o no lo sé. Ir más allá, sentirnos como exploradores. Qué pasa si te vendo los ojos, qué pasa si paso 5 minutos acariciándote las nalgas…”
Estar en el aquí y ahora
“Alejarse del estrés, las preocupaciones. Si nos ponemos a pensar en lo que necesitamos hacer en el día, ya no estás en el encuentro sexual”.
Cómo hablar sobre Slow Sex con mi pareja
Antes de tomar cualquier decisión o querer explorar algo nuevo en la cama es necesario platicarlo con la pareja, ya que todo debe ser consensuado y en el caso del Slow Sex, también es necesario hablarlo con la persona o personas con quien se desea practicarlo.
“Puede convertirse en un tema complicado abrir la conversación, pero hay que practicar la comunicación asertiva y hablar desde lo que sentimos. Cómo la otra persona se siente con los encuentros sexuales”.
“Si estás agusto, si no te sientes cómodo o cómoda, si crees que los rapidines ya no son lo tuyo; o que a veces están bien, pero no siempre”.
“Hablar desde lo que sientes. Yo me siento… tal y lo expresas”.
“También, encontrar el momento para hablarlo. Sé sincero, ponlo sobre la mesa y siempre buscar el acuerdo. No podemos obligar a la otra persona a hacer algo, ni nos pueden obligar”.
Beneficios del Slow Sex
Al igual que el sexo y las prácticas sexuales, el Slow Sex tiene múltiples beneficios no solo en nuestra salud, sino también en nuestra relación de pareja.
“Habrá más conexión, más autoconocimiento y conocimiento de tu pareja porque podrás saber qué le gusta y qué no”.
“Otro beneficios es alejarnos del estrés, que trae muchos beneficios a la salud, nuestro cuerpo estará relajado y experimentar placer se activan neurotransmisores en nuestro cerebro y empezamos a liberar dopamina, oxitocina y nos hará sentir muy felices, relajados y con ganas de tener más”.
El Slow Sex es la práctica sexual que podría mejorar tu relación en la cama.
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