Por: Brisa Granados
A los 23 años Arriaga tuvo una infección en la membrana del corazón, padecimiento que lo inspiró para escribir 21 gramos; de un accidente automovilístico que lo lanzó por un acantilado en su juventud, nació Amores perros, y en noviembre próximo dará a conocer Salvaje, una novela de más de 600 páginas que escribió durante seis años: “Entrelaza dos historias: una que se desarrolla en la Unidad Modelo, el barrio donde crecí, y la otra de un cazador que vive en Canadá. Quizá sea la obra que más dice de mí”.
Las calles y la caza son dos aspectos que han marcado la vida del escritor. A los 13 años perdió el sentido del olfato a causa de una pelea callejera, y, por otro lado, cazar es una de sus actividades favoritas. “Todo mi trabajo es sobre la caza y todos mis personajes se comportan como cazadores. Me gustan los animales y los que más respeto son los que cazo. ¡Ah! Y sólo cazo animales que me como”, ha declarado en varias ocasiones.
A los 10 años Guillermo fue diagnosticado con déficit de atención, pero lejos de olvidarse de sus metas, este trastorno lo motivo más. “Cuando eres niño sientes que estás fuera de lugar, que eres tonto. La gente te dice bobo, te peleas, eres agresivo, te expulsan de la escuela, pero subterráneamente desarrollas otras capacidades que ni tú mismo te das cuenta, como la intuición o poder captar rápidamente las cosas”. Desde entonces les decía a sus papás que haría algo importante en el cine y ¡lo cumplió! “Decía que quería ganar un premio en Cannes y ¡ya lo gané! Deseaba un premio Oscar y estuve muy cerquita. Deseaba que mis obras fueran traducidas al italiano y ahora están convertidas al chino, rumano, serbio, portugués, griego, polaco, ruso y muchos idiomas que no me imaginé. Me siento feliz y satisfecho de lo que he logrado”.
En el 2000 Arriaga reflejó en Amores perros la realidad de las calles de la Ciudad de México, pero 16 años después las cosas han cambiado. “No me preocupaba el tráfico, y la inseguridad es algo de siempre, pero que encima haya esta cosa ojete de ‘te voy a chingar con una foto multa’, me parece una mamada. Una ciudad caótica la perdono, pero una ciudad represiva no”.
Gracias a otra experiencia personal para escribir el guion de Desde allá, película que se ya se estrenó en nuestro país: “Tiene que ver con dos amigos homosexuales que murieron en circunstancias oscuras de homofobia. Uno seguía a chavitos, les pedía que se bajaran los pantalones, se masturbaba y les daba dinero. Sentía que no cometía pedofilia, que era como un artista que dibujaba un desnudo”.
Guillermo Arriaga asegura que los jóvenes tienen el compromiso de leer, cuestionar, ser críticos. “Un joven acrítico es alguien destinado a morir en vida. El mundo allá afuera está chingón: aprovéchenlo, disfrútenlo, les va a ir de poca madre”.
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