Por: Beatriz Velasco
Fotos: David Franco para 13/Trece Producciones
Luis Carlos Ugalde sabe perfecto que hay muchas maneras de hacer política, y no todas son desde un curul o un cargo de elección popular: “Fui presidente del INE (cuando todavía era IFE), una institución política y pública que se dedica a regular a los políticos. Fui muy feliz. Ahora soy consultor y doy conferencias, entrevistas, platico con ustedes. Al hacerlo, también estoy haciendo política”, comenta.
Como buen analítico, Ugalde reconoce sus propias fortalezas: “Creo que puedo dar más escribiendo, reflexionando y haciendo análisis que siendo un político activo en campaña. Uno debe contribuir con su país en donde tiene más ventajas”.
Con ese mismo ojo casi clínico que se mira en el espejo, también mira su entorno; así, comparte su visión del país: “La economía ahora está en una relativa estabilidad, se ha mantenido un crecimiento modesto. La clase media se ha expandido en los últimos 20 años. Y estamos a la espera de lo que pase con el tratado de libre comercio, que muy probablemente se va a ratificar”, prevé.
Pero el panorama político es un poco más complejo: “Creo que hay más negativos que positivos. Digo que es como un adolescente, cuando era un bebé estaba muy bonito, pero llega a los 13 años, le sale acné y se vuelve insoportable. Empieza a fumar y emborracharse. No quiere ver ni a sus padres. La democracia mexicana está en ese periodo donde no sabemos si como adulto será un buen ciudadano o un ladronzuelo; pero este proceso de aprendizaje y transición está resultando en muchos vicios, como la corrupción, el abuso de poder, los malos gobiernos y la mala administración.
Esto genera mucha frustración en la gente”. En ese contexto, el plano social resulta implicado y afectado: “Nunca antes el tejido social había estado tan roto. Me refiero a la violencia activa y pasiva. Están afectando la salud pública y social de México. Imagínate que en los últimos 10 años han habido probablemente 250 mil o 300 mil homicidios por temas vinculados al crimen organizado. Son 300 mil familias que han perdido a alguien, que tienen sed de venganza, que están amargadas y que no tienen ninguna esperanza. ¿Cómo lidia un país con 300 mil familias que han visto la violencia en carne propia, la injusticia y la falta de respuesta del Estado?”.
Lo sorprendente es que, aunque el tejido social está evidentemente hecho trizas, la población es feliz: “Según la encuesta de bienestar subjetivo del INEGI, que se llama Bienestar autorre- ferenciado, 8 de cada 10 mexicanos expresan satisfacción con la vida. Y esto también lo reflejan otras encuestas de organizaciones como la ONU. Somos unos de los pueblos más felices del mundo. ¡Más felices que hace 20 años!”, subraya.
¿Y LOS CANDIDATOS?
“Hasta el momento sabemos que Andrés Manuel López Obrador tiene grandes fortalezas, que son la perseverancia, la austeridad y el proyectar que es gente del pueblo. Sus defectos son la incapacidad para escuchar, el desinterés para aprender y las soluciones mágicas que da a problemas complejos, las cuales pueden empeorar las enfermedades que él quiere tratar”.
Respecto al candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, Ugalde explicó: “Sus fortalezas son su agilidad física e intelectual y su capacidad de comunicación efectiva, pues habla un buen español. Sus deficiencias son que -de acuerdo a los grupos de enfoque– no proyecta una imagen de sinceridad y honestidad, además de su falta de experiencia”.
“De José Antonio Meade, sus fortalezas son que proyecta la imagen de un hombre sincero, tiene experiencia e inteligencia emocional. Pero, en primera, carece de entrenamiento para ser un pez en el agua en lo que significa hacer una campaña y, en segunda, trae toda la imagen negativa que tiene el PRI (esto tiene más que ver con el partido que lo postula que con él )”.
Sobre Margarita Zavala, candidata independiente, destaca: “Es una mujer honesta en el sentido global de la palabra, proyecta empatía con la gente y se ve decente, pero la falta de experiencia en el gobierno y como su esposo fue presidente de la Re- pública, carga con ese paquete, para bien o mal”.
Otra candidatura independiente avalada por el INE (pero cuestionada por la opinión pública) es la de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón: “La fortaleza de ‘El Bronco’ es muy parecida a la de López Obrador, se ve un hombre del pueblo y en un sentido genuinamente lo es, por eso tiene una gran habilidad para comunicarse de manera coloquial y dicharachera. Sus debilidades son la falta de experiencia y la falta de resultados como gobernador de Nuevo León, pues sólo ejerció durante dos años” .
LAS PRECAMPAÑAS
Esa imagen del país, en época electoral, se polariza y sus contrastes son aún más notorios. Ugalde considera que vivimos momentos de incertidumbre, preocupación, sorpresa y nerviosismo conjugado: “Ahora es como si estuvieras entrando a la montaña rusa y apenas el carrito está subiendo la primera pendiente. A principios de mayo va a venir la primera bajada. Pero, ahora, todo está por verse. Creo que va a ser muy intenso, para bien o para mal; va a haber cosas que desconocemos hoy; mucha información cierta y falsa; mucha competencia; mucha desconfianza en los números, lo cual es natural que ocurra, y, bueno, así son la elecciones”.
Aunque es experto en análisis de riesgo político y planeación estratégica, el asesor cree que aún es muy pronto para saber qué pasará el 1 de julio: “Sinceramente no sé, lo cual es una buena reflexión. Creo que nadie lo tiene escrito. Estamos como en la montaña rusa y quizá cuando lleguemos a la cúspide de la primera ronda, que será a finales del mes de mayo, podremos tener claridad de lo que pueda suceder”.
Lo que sí se aventura a pronosticar es el ambiente postelecoral: “El único riesgo en México es la tensión, incertidumbre, pasión, energía y pleito. Eso me parece una cosa muy lamentable. Porque en muchos otros países los políticos se pelean, se gritan y la gente se apasiona; pero una vez que gana alguien, todos dicen: es el presidente. En México no hemos logrado que ocurra eso”, considera.
LOS FACTORES EXTRAS
Para quien fuera presidente del antes llamado Instituto Federal Electoral (IFE), no hay elecciones iguales: “Todas las elecciones tienen algo que las hace distintas”. Y aunque para muchos son determinantes los factores redes sociales y millenials, el consultor político tiene una opinión distinta: “Las redes sociales no son determinantes. Quienes están en Twitter, en particular, ya tienen predisposiciones claras. Muchas veces son personajes que tienen estereotipos y estigmas, y solamente se meten a las redes para reafirmar sus propias visiones del mundo. Ahí pocas veces verás que dos posiciones total- mente diferentes logran entrar en una diálogo constructivo”.
Y aunque Facebook permite un diálogo democrático, no se puede considerar como espacio de debate: “La manera de ese espacio es para ser amigable y para mostrar felicidad propia, aunque no la tengas. Facebook es una plataforma de navegación de cosas bonitas y agradables, de tal forma que distorsiona la realidad. Es un espacio para sentirse bien, no vas a ver lo que la gente piensa en realidad. Las redes sociales sí son importantes, pero no son determinantes para definir al ganador”.
En relación a los millenials, el politólogo cree que están sobrevendidos: “Han sido santificados, pero si ves sus valores cívicos o su participación a encabezar un cambio, no hay nada. Se dijo que después de los terremotos del 19 de septiembre, por este comportamiento ejemplar de haber salido a ayudar, iban a encabezar un movimiento de cambio; pero esto no pasó y la fuerza se diluyó. Esto significa que los millenials, cuya taza de participación es siempre baja (participan aproximadamente sólo 53 por ciento de ellos en elecciones, frente al 65 por ciento del resto de la población), son un factor irrelevante”.
La observación va con moraleja para toda una generación: “Les recomendaría que dejaran de ser mediocres, egoístas y conformistas. Que dejen su inmunidad tecnológica en donde piensan que su entorno político no los afecta. Dicen que todo está podrido y no quieren contaminarse o que no les importan los políticos ni la políticas públicas, porque con su smartphone sobreviven solos. Esta actitud retraída cobarde, autocomplaciente, es muy irresponsable”, advierte.
Ante la apatía preelectoral y para evitar los conflictos post, Ugalde sólo hace una recomendación: “Hay que aprender a escuchar. El gran problema en la vida de familiares, amigos y políticos es que sólo quieren hablar, decir lo importantes que son y lo valioso de sus ideas. Cuando esto se convierte en una competencia de egos, tenemos un problema. Si no escuchas al otro, ni aprendes ni tienes forma de cooperar horizontalmente”, explica.
Contacto
Luis Carlos Ugalde
Web: http://www.luiscarlosugalde.mx
Twitter: @LCUgalde
Facebook: @luis.c.ugalde