Por: Beatriz Velasco
Héctor Cruzado tiene 40 años y oficialmente sólo estudió hasta la primaria. “Oficialmente” porque su aprendizaje es mucho más extenso y profundo que personas con grados de doctorado. “Yo era malo para quedarme quieto. Así que mis papás se encargaron de educarme en temas sociales. Me hacían que ayudara en causas sociales. Así me la pasé 20 años de mi vida. Fue mi formación. Ahí desarrollé gusto y habilidad por vender y recaudar fondos, porque cuando trabajas en una fundación tienes que conseguir donativos. También aprendí a trabajar en equipo y supe cómo ponerle metas a la gente”, recuerda.
Aunque se sentía comprometido profesionalmente dando consultorías, una noticia familiar lo cambió todo: “A mi esposa le detectaron cáncer de mama, por ahí de junio o julio del 2010. En ese momento empecé a leer mucho sobre cómo prevenir esta enfermedad, pues tengo dos hijas. Leí sobre la comida alcalina y me hizo mucho sentido, porque no era un tema de fe, sino de química”, menciona el empresario.
Fue por esas fechas que un amigo (ahora socio) le compartió su interés por lanzar un agua alcalina: “Me pareció increíble y le dije que si sabía cómo hacerla me encantaría producirla para mi familia. En ese momento, la verdad, primero pensé en mi familia y después en el negocio”, afirma uno de los socios fundadores de la empresa.
Que Zoe Water no tenga sabor no la hace un agua simple, de hecho, hay mucho chiste en su formulación: “Cuando empezamos a formular Zoe Water, una de las pruebas era que me gustara a mí y a mi esposa”, comenta y aclara: “Cuando descubrimos el proceso del agua alcalina, que está patentado, nos dimos cuenta de la diferencia. Y es que si piensas que México es uno de los países con mayor índice de obesidad en el mundo, pero se supone que somos de los que más tomamos agua embotellada, entonces no te hace sentido que te hidrates bien, pero estés obeso”.
La empresa comenzó en marzo del 2012 con cinco socios fundadores y una inversión de 75 mil pesos. Hace cinco años vendía seis mil litros al mes; hoy, unos 850 mil, los cuales distribuye en México, Estados Unidos y Colombia. Se trata de un logro tan grande como el tamaño de las empresas productoras de agua con las que compite en el mercado.
Parece que el camino fue sencillo, pero no ha sido ni fácil ni rápido: “Fue a finales del año pasado cuando realmente me di cuenta que Zoe Water ya era un negocio. ¡Pasaron cinco años! Creo que el éxito es resultado de que estás haciendo las cosas bien. No es un fin. Es la alegría diaria y constante. Apenas puedo decirte que ya entendí mi negocio”, comenta.
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Héctor Cruzado
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