Redacción: Central
¿Empiezas a oler un poco mal aún poniéndote desodorante? no te preocupes, éste es un problema que afecta a muchas mujeres.
Los científicos no están seguros de la razón del fenómeno, sin embargo, creen que las hormonas tienen algo que ver. Éstas cambian a menudo y no es de sorprenderse que nuestro aroma cambie si tomamos pastillas anticonceptivas, nos embarazamos o comienza nuestra menopausia.
Una fácil solución es cambiar de marca, puede ser que tu cuerpo se haya adaptado a los químicos de un producto en específico o que requieras un tipo de protección diferente.
Recuerda que existen diferencias entre los antitranspirantes y los desodorantes. Si no te sirve uno, puedes probar con el otro. Los desodorantes se encargan de neutralizar bacterias y absorber olores o cubrirlos con perfume, mientras que los antitranspirantes evitan que sudes tapando los conductos endocrinos de las axilas. Éstos últimos se deben poner en la noche.
Otra opción es usar tu secadora para ponerte tu antitranspirante. Lo que sucede es que en las mañanas, con las prisas, comenzamos a sudar y cuando aplicamos el producto no hace el mismo efecto que si la piel estuviera seca. Así que considera secarte 10 segundos antes y 10 segundos después de aplicártelo.
Úsalo y deja de oler mal y sentirte incomoda.