LA MISIÓN DE PRISON ART
Se dedica a la generación de oportunidades para personas privadas de su libertad y exconvictas que se enfrentan a la complicada misión de conseguir un empleo honesto, digno y lejos del crimen y la ilegalidad.
“Tenemos dos principios: el primero, que las personas crean en sí mismas y tengan la seguridad de que son valiosas; el segundo, darles un trabajo bien remunerado”, comenta Jorge Cueto, creador y director.
David G. fue detenido en el bar en el que trabajaba como mesero. No había orden de aprehensión en su contra, y se fabricó un caso de cohecho –supuesto soborno–; así, sin pruebas, acabó enjuiciado y declarado culpable de homicidio calificado.
Recibió una sentencia de 41 años y seis meses de prisión; luego de siete años, un abogado logró determinar su inocencia y fue puesto en libertad.
CAMBIAR LA VIDA DE QUIEN HA VUELTO A NACER
La cárcel fue un injusto destino que obligó a David a encontrarse con una parte de él que no conocía. A lo largo de su encierro, se dedicó a pintar y a coordinar la publicación de una gaceta literaria semanal que servía de catarsis emocional para otros presos.
En el quinto año de su condena, se sumó a Prison Art como artista tatuador, gracias a lo cual pudo pagar el abogado que demostró su inocencia, y que hoy, ya en libertad, le permite mantener a sus dos hijos.
David lo resume a la perfección:
“Trabajar te reafirma como persona, te crea una identidad: piensa en Clark Kent, ese hombre tímido con lentes y traje de ‘Godín’ que, cuando se pone una capa, puede salvar al mundo; hacer lo que te gusta es como ponerte la capa que te permite lograr cualquier cosa. Superman pelea contra los malos; nosotros, contra el estigma”.
Conoce cómo Prison Art ayudó a otros exconvictos a superarse y a reintegrarse a la vida laboral en nuestra edición impresa de diciembre-enero 2020.
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Web: prisonart.com.mx
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