Besar a otra persona es sin duda alguna uno de los actos más íntimos que podemos hacer, su importancia en la cultura, predominantemente occidental, es tal que los científicos han intentado descubrir por qué la mayoría de los humanos nos besamos. Hoy te contaremos más sobre qué es el beso de Singapur y en qué consiste.
La ciencia de besarnos ha explicado algunos de los efectos que esta actividad tiene en las personas, e incluso que lo hacemos para poder elegir exitosamente a una pareja (por lo menos en el nivel más básico de la existencia humana). Pero lo cierto es que los humanos hemos encontrado todo tipo de besos, más allá del de piquito o con lengua.
Sin embargo, fuera de algunas culturas cuyos besos no necesariamente involucran la musculatura de su cara y el roce de labios, también han surgido “tipos de besos” para describir ciertas prácticas sexuales. Por ejemplo, en el pasado te hemos contado todo sobre el beso arcoíris, una práctica sexual que involucra, sí, besos, pero también fluidos corporales, así como lo puede ser el beso blanco por ejemplo, o partes del cuerpo como el beso negro.
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Pero,
¿Cuál es el beso de Singapur?
El beso de Singapur es uno que técnicamente se da con la vagina. Se trata pues, de contraer los músculos de la vagina, como si de Kegels se trataran, cuando el miembro masculino está en el interior, es decir, durante la penetración. Estos movimientos se traducen en una estimulación mayor durante el acto sexual.
¿Por qué se llama beso de Singapur?
El origen pareciera relativamente incierto, pero no lo es. La mayoría de las fuentes apuntan a que precisamente vino de Singapur, otros se lo atribuyen a las geishas de Japón (aunque culturalmente las geishas no incurrían en actos sexuales necesariamente), pero lo que sí es que lo relacionan con el Kamasutra.
Ahora bien, otros nombres del beso de Singapur es el pompoir, una técnica oriental que se identifica que nació en la India, pero se perfeccionó en Tailandia y está relacionada con el sexo tántrico. En ese sentido, el pompoir está presente en la novela The Singapore Grip de J. G. Farell, cuya traducción literal al español sería el agarre de Singapur… bastante parecido al nombre del beso.
Estos no son los únicos nombres, a esta técnica de contracción de los músculos tiene sus variaciones como el “kabzah”, también proveniente del sur de Asia donde las mujeres también contraen sus músculos abdominales para estimular a sus parejas, eso sí, en estas dos técnicas es común que la pareja se mantenga completamente quieta.
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¿Cómo practicar el beso de Singapur?
Una de las formas más sencillas para dominar esta técnica sexual es empezar por hacer kegels, además de que estos tienen el gran beneficio de fortalecer el piso pélvico de las mujeres (y por tanto contribuir a combatir la incontinencia).
Algunas formas sencillas de identificar los músculos del suelo pélvico es intentar apretar los mismos músculos que usarías si quieres aguantarte un pedo, otra forma sencilla es intentar detener la orina cuando vamos al baño, pero ojo, esto solo debe servirte para identificarlos y después poder ejercitarlos sin interrumpir otra actividad (como ir al baño).
Ahora bien, cuando se trata de la práctica sexual como tal, la técnica implica contraer los músculos en diferentes momentos de la penetración, por lo que es ideal que la mujer se encuentre arriba de su pareja. Sin embargo, no se trata de una actividad sencilla, pues el beso de Singapur requiere de mucha práctica y esfuerzo, así como de compenetración con la pareja sexual, de allí que esté relacionado con el tantra pues la técnica también está relacionada con el incremento en la intensidad y duración del acto sexual.
Sin embargo, no temas en experimentar con tu pareja mientras practican el beso de Singapur, ya sea probando diferentes puntos de apoyo o que te ayude a moverte encima mientras te concentras en contraer tus músculos, pero por sobre todo a siempre tener una buena comunicación y por supuesto, pasarla bien juntos.
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