Es ampliamente conocido que el consumo de alcohol durante el embarazo se encuentra completamente restringido en pro de la salud de la madre y del hijo. Y un nuevo estudio revela que incluso la ingesta antes de embarazo o sólo durante el primer trimestre puede ocasionar cambios en la forma del rostro del bebé, en su primera infancia y posterior adolescencia.
Esta alteración en el rostro del bebé puede ocurrir aún en casos en los que la cantidad de alcohol consumido sea menor a la de una copa de vino o una botella de cerveza.
Esta investigación apunta a que la forma de la cara de un niño es un indicador de la salud en desarrollo, algo que ya se sabía en el caso específico de los niños que desarrollaban algún trastorno del espectro alcohólico fetal, cuando el consumo excesivo de alcohol por parte de la madre a lo largo de todo el embarazo deja señales muy evidentes en el niño después del nacimiento.
De acuerdo con el profesor asistente y líder del estudio Gennady Roshchupkin en el Centro Médico Erasmus en Rotterdam, “la exposición de un niño al alcohol antes de nacer puede ocasionar significativos efectos adversos en la salud en desarrollo del bebé, y si la madre bebé de manera regular grandes cantidades puede resultar en un trastorno del espectro alcohólico fetal, que se refleja en la forma de la cara del niño”.
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Para poder estudiar este fenómeno más a fondo, los investigadores emplearon inteligencia artificial y tecnología de aprendizaje profundo para buscar patrones entre las formas del rostro de los niños y el alcohol que bebían sus madres, tanto en el embarazo como unos meses antes de la concepción. Para ellos realizaron escaneos en 3D del rostro de miles de participantes de 9 y 13 años.
Se encontró una asociación estadísticamente significativa entre la exposición prenatal al alcohol y la forma de la cara de los niños. Entre mayor era el consumo de alcohol por parte de las madres más cambios significativos había como la punta de la nariz hacia arriba, la nariz más corta, el mentón hacia fuera y el párpado inferior hacia dentro.
Esta es la primera vez que se observa de manera tan clara una asociación entre la exposición al alcohol y la forma facial de los niños, aún cuando la madre consumiera una muy baja cantidad de alcohol por semana.
En el grupo de niños mayores, la conexión entre la forma de la cara y el consumo de alcohol de la madre disminuyó sin que ello signifique necesariamente que no se encuentren afectados por otros problemas de salud.
Este estudio sugiere que las mujeres que desean quedar embarazadas pronto, deberán dejar de consumir alcohol varios meses antes de la concepción y por completo durante todo el embarazo para evitar resultados adversos en la salud de sus futuros hijos.
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