Aunque sea tradición comer pozole el 15 de septiembre, este delicioso platillo es un gusto que los mexicanos consumen todo el año, pues se considera una comida completa, hablando de nutrientes, además de sanadora, pues no solo cura la resaca, también alimenta el alma y une a la familia, pero el origen detrás del pozole es bastante oscuro, según registros.
Antes de convertirse en una tradicional receta familiar, el pozole era un platillo ceremonial, cuyo inicio se remonta a la época prehispánica, donde los nahuas preparaban un guisado acompañado de granos de maíz cacahuacintle, llamado tlacatlaolli, cuya traducción del náhuatl al español es “maíz de hombre”, y es que el ingrediente principal en este cocido era la carne humana.
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El origen e historia del pozole
El ritual que culminaba en la preparación de este plato religioso ha sido documentado por varias fuentes, entre ellas, es bien conocida la de Fray Bernardino de Sahagún, en su obra titulada Historia general de las cosas de la Nueva España, donde agrega que se consumía en varias ceremonias, especialmente en la que honraba a Nuestro Señor el Desollado, Xipe Tótec, llamada Tlacaxipehualiztli.
Cocían aquella carne con maíz, y daban a cada uno un pedazo de aquella carne en una escudilla o caxete, con su caldo y su maíz cocido, y llamaba a aquella sopa tlacatlaolli.
De acuerdo con los registros de Bernardino de Sahagún, en el Tlacaxipehualiztli se sacrificaba a un guerrero enemigo; después de ser capturado, era amarrado por la cintura a una piedra ceremonial llamada temalacatl y debía enfrentar a los fuertes guerreros; después de morir, el prisionero era desollado y preparado para el plato ceremonial.
El historiador por la UNAM y chef en El Jolgorio de Cibeles, Rodrigo Llanes, describió para Verne que este prisionero debía ser capturado por un guerrero del mismo rango durante la batalla y era llevado al Templo Mayor, donde le sacaban el corazón, que soltaba una especie de esencia, que era lo que alimentaba a los dioses.
Cabe destacar que el muslo derecho siempre se otorgaba al Huey Tlatoani en señal de agradecimiento y como muestra de respeto, pues se dice que esta era la parte del cuerpo con mejor textura y sabor, de acuerdo a los escritos encontrados en la obra de Bernardino de Sahagún.
El guerrero que realizó la captura era galardonado con el muslo izquierdo y los brazos, aunque él no los podía comer, pues este guerrero se convertía en el padre del capturado, de acuerdo a las creencias prehispánicas.
En las culturas prehispánicas, era común la antropofagia como forma de ritual, sin embargo, después de la conquista, se sustituyó la carne humana por carne de puerco, que, según expertos, tiene un sabor muy similar.
Pozole viene del náhuatl pozolli, que significa espumoso, y tiene muchas formas de prepararlo, dependiendo de la receta y la región donde se lleve a cabo. Usualmente, es consumido con carne de cerdo, pollo, mariscos o vegetales, además del maíz cacahuacintle, jugo de limón, sal, rábano al gusto, cebolla, lechuga y orégano.
El pozole también es acompañado normalmente por tostadas con crema, chicharrón de cerdo y aguacate.
Tipos de pozole
- Pozole blanco: Este es el más típico y lo encuentras en cualquier parte de la república mexicana. Está preparado a base de maíz y cabeza de puerco.
- Pozole rojo: Oriundo del estado de Jalisco, esta preparación suele ser más picante, pues el caldo es hervido con chile ancho y guajillo.
- Pozole verde: Este es más raro encontrarlo y el caldo es preparado con tomate verde, pepita de calabaza y epasote. Tiene un sabor más dulce.
No importa cuando leas esto, además del festejo de la Independencia de México, seguro hay millones de personas en México saboreando un delicioso pozole, ya muy alejado de su oscuro origen e historia, pues ahora es un platillo que representa la tradición y la familia mexicana.
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