Cultura

El perdón como arte: la historia de Lorena Junco Margain

Por: Kristina Velfu 25 febrero 2021 • 6 minutos de lectura

Víctima del error humano de un médico, la filántropa, promotora, coleccionista de arte y autora de "En camino a Casa Lotus" relata en este libro cómo vio afectada su salud y trastocada su vida, por lo que pasó mucho tiempo entre el rencor y el deseo de venganza… hasta que decidió perdonarlo y sanarse a sí misma.

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Lorena Junco Margain

A lo largo de su vida, Lorena Junco Margain ha sido una de las más importantes mecenas del arte en México. Actualmente vive en Austin, Texas, con su familia, lugar donde ha llevado importantes exposiciones de artistas contemporáneos mexicanos.

Su colección de arte incluye piezas de autores de la talla de Damien Hirst, Gabriel Orozco, Abraham Cruzvillegas y Richard Prince, a los que también ha ayudado a desarrollar sus carreras, comprando sus obras y promoviendo que su trabajo se exponga. Fue fundadora de la galería de arte Distrito 14 en Monterrey, con la que sigue colaborando en algunos proyectos.

A través de su colección, Lorena ha logrado lo que pocos coleccionistas consolidan: narrar su propia vida a través de obras de arte. Así tiene piezas luminosas y magnificentes adquiridas en los momentos felices y obras oscuras y desgarradoras que dejan testimonios de los momentos de dolor.

A través de su colección, ha logrado lo que pocos coleccionistas consolidan: narrar su propia vida a través de obras de arte. Así tiene piezas luminosas y magnificentes adquiridas en los momentos felices, y obras oscuras y desgarradoras que dejan testimonios de los momentos de dolor.

Ella ha enfrentado estas experiencias con mucha fortaleza y sabiduría, como narra en el libro con el que se estrena como autora: En camino a Casa Lotus. En este, entrelazando la narrativa con su colección de arte, deja testimonio del recorrido hasta perdonar al médico que se equivocó en el procedimiento quirúrgico al que se sometió por presentar una tumoración en una de las glándulas suprarrenales.

La historia comienza cuando el doctor humano (como llama Lorena al médico que le hizo este daño), en lugar de sacar el tumor de la glándula enferma, extrajo la glándula sana, error que ocultó hasta que le fue imposible seguir haciéndolo. Esto cuenta Lorena a Central, desde su casa en Texas, previo a la distribución de su libro.

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Lorena Junco Margain

El poder transformador del perdón

¿Qué fue lo que te pasó?
Después de tener a mi tercer hijo, no me sentía muy bien. Todo apuntaba a que era una depresión postparto, pero en realidad, tenía un tumor en una de las glándulas suprarrenales, que se encargan de un rol muy importante en nuestro cuerpo: el instinto de lucha o huida, así como la regulación del magnesio, el potasio, el cortisol, la adrenalina…

Desgraciadamente, el doctor se equivocó: sacó el lado sano y me quedé con el lado enfermo, donde estaba el tumor. Tristemente, lo escondió; y yo, al no saber de temas médicos, le creí cuando me dijo que tenía una condición bilateral y que eventualmente debería operarme de nuevo. Ahí comienza mi historia.

Llegué a pensar que estaba loca, pues me seguía sintiendo mal. En mi libro narro cómo fui conociendo mi cuerpo, documentándome y creyendo en mis propias sensaciones. Un día, en Brownsville, me desmayé, y tuvieron que llevarme al hospital. Allí me dijeron que tenía un tumor, y lo primero que pensé es que estaba generando tumores a lo loco.


A partir de descubrir que se trataba del tumor que debían haberme sacado, viví un proceso en el que transité desde la rabia, el odio y el deseo de venganza hasta el perdón.

Me di cuenta de que el mejor camino para mí era el perdón. Los milagros sí existen y creo que tuve el mío, porque hice el trabajo emocional de apostarle al bien.

A raíz de eso, tuve que estar en tratamiento durante dos años, en un estado muy delicado de salud, y me perdí del crecimiento de mis hijos.

Cuando mis abogados me dijeron que una vez que ganáramos el pleito legal contra el doctor que se había equivocado, me entregarían dinero en “reparación del daño”, pero permanecería censurada, decidí no aceptarlo e iniciar un proceso de transformación y verdadera sanación: perdonarlo.

Lorena Junco Margain

¿Cómo lograste perdonar a ese médico?

Una vez estaba en un aeropuerto y alguien muy alto se formó detrás de mí. Como el doctor humano es muy alto, sentí mucho miedo y me tapé la cabeza. Visceralmente, yo sentía que este señor era un asesino.

Mi mamá me dijo: “no debes tenerle miedo, él debería estar asustado de ti”. Entonces supe que no quería vivir así, con miedo y rencor, porque además, a raíz de esta circunstancia, tuve que dejar de hacer cosas que me gustaban mucho, como bailar, esquiar y ejercitarme, y cada vez que me veía impedida, me encontraba con mucho coraje.

En realidad, al doctor humano no le importaba nada de lo que me estaba pasando. Yo le valía.

Así me di cuenta de que el mejor camino para mí era el perdón. Los milagros sí existen y creo que tuve el mío, porque hice el trabajo emocional de apostarle al bien.

Este libro es un testimonio del poder transformador del perdón.

¿Cuál es el nombre de este doctor?

Decidí llamarlo doctor humano, porque no busco difamarlo. El error es humano, y el perdón, también. Prefiero solo dejar testimonio de que el error es posible. Muchas veces creemos a ojos cerrados lo que los doctores dicen, pero ellos también se equivocan.

¿Por qué tu libro se llama En camino a Casa Lotus?

Es una analogía. La flor de loto solo crece en aguas turbias y lodosas, pero cuando florece, no hay polvo en ella.
Yo comparto mi lodo y mi florecimiento, teniendo al arte como hilo conductor. Comparto los momentos difíciles que pasé y cómo salí adelante gracias a mi familia y mi decisión de perdonar.

El perdón es también un arte. ¿Para ti, en qué consiste perdonar?

En no tener ataduras. Es necesario perdonarse a sí mismo, por nuestras limitaciones, nuestras decisiones…

El momento de perdonar es liberador; dejas de ser víctima y sigues adelante. Y la escritura te permite ser responsable de todo lo que pones en papel y te hace pensar varias veces lo que sientes.

Tengo un cuadro de Richard Prince que dice: “Fui al doctor a que me arreglara un pie, me lo compuso y regresé sin carro”. Ese es el sentido del humor al que apelé para concentrarme mejor en el hecho de que estoy viva.

Lorena Junco Margain

¿Adquiriste alguna obra que acompañara este proceso?

Los artistas plasman lo que se vive en el mundo. No hay nada más potente que la narración de nuestra propia experiencia a través del trabajo de ellos.

El coleccionismo es una narración o una especie de diario de lo que yo estoy viviendo.

En esta experiencia, pensé que no la libraba, estaba despidiéndome. La obra que compré se llama “El sueño está muerto”, y es un cráneo explotando.

No hay nada más potente que la narración de nuestra propia experiencia a través del trabajo de ellos. El coleccionismo es una narración o una especie de diario de lo que yo estoy viviendo.

En mi libro, podrán ver a través del arte cómo voy registrando mi experiencia. Incluso, la portada es una obra de Allora & Calzadilla, compuesta por puras lijas que le dan a los migrantes para que dejen registro de su camino; algunas están todas dobladas por ir en la cartera, otras traen pintura de los edificios por donde pasaron…

Los artistas pidieron a los migrantes que regresaran las lijas (les pagaron las estampillas para devolverlas por correo), y con estas formaron la pieza. Yo me considero una migrante, y como esta pieza, mi cuerpo es testimonio de mi historia.

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El arte como hilo conductor

En camino a Casa Lotus estará a la venta en librerías de prestigio y por sistemas de ventas en internet a partir de marzo del 2021, en español e inglés.

Relata la historia de Lorena Junco Margain, quien como muchas personas, ha sido víctima de un error humano por parte de los médicos que la atendieron. Se trata de un recordatorio para quienes se encuentran en una situación similar de que es importante analizar con calma los diagnósticos y pedir otras opiniones.

Los doctores usan el método científico para aplicar sus procedimientos, pero en esa búsqueda, hay un margen de error y no son infalibles, por lo que es importantísimo contrastar resultados antes de tomar decisiones. Solo los pacientes saben cómo se sienten en realidad.

También es el testimonio de una coleccionista muy certera. Ella sabe que tanto coleccionar como hacer arte es una forma de trascender y narrar nuestra historia, entrar en consciencia del momento presente y aferrarnos a la vida.

* Kristina Velfu es periodista especializada en la difusión del arte y la cultura.
(Ig y Tw: @velfu)

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