Te has preguntado ¿desde cuándo celebramos el Día de Muertos?; o de ¿dónde viene esta festividad que es de nuestras favoritas del año? Como siempre pasa cuando intentamos rastrear los orígenes de cualquier situación, evento, cosa, costumbre, tradición... Siempre hay varias versiones, decidir cuál tomamos por cierta o genuina es nuestro trabajo.
No se trata de decidir qué si y qué no bajo criterios personales y subjetivos, más bien buscando qué teoría tiene información que se alinea con la tradición que seguimos honrando año con año en todos los rincones de México. Empecemos con la respuesta con más seguidores a la pregunta "desde cuando se celebra el Día de Muertos", y es la teoría de...
La fusión de rituales prehispánicos con costumbres católicas y su calendario de festejos
Para algunos, la tradición del Día de Muertos tiene una antigüedad de más de 500 años y se remonta al culto a la muerte que tenían culturas como los mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios que veneraban a los muertos a través de rituales y ceremonias que incluían comida, inciensos, flores, licores bailes y otras actividades.
Después de la Conquista, cultural y socialmente hubo la necesidad de empezar a empatar costumbres y tradiciones como parte del proceso de adaptación y avance de las culturas prehispánicas, así que, retomando las creencias de los pueblos originarios como el retorno transitorio de los muertos por un breve lapso de tiempo se unió a los rituales católicos funerarios y solemnes que se empataron con el calendario occidental, que al mismo tiempo coincidió con el final del ciclo agrícola del maíz, es decir, un momento abundante y de festejos por una buena cosecha.
En los pueblos originarios, dependiendo la civilización y su cosmovisión, lo primordial durante el Día de Muertos es colocar el altar u ofrenda (en algunas regiones los pisos del altar son muy significativos y tienen una jerarquía específica). Otro elemento insustituible son las flores de cempasúchil, reinas de este festejo gracias a su color, aroma y a las tradiciones de pueblos pequeños que llevan generaciones cultivando esta planta específicamente para estas fechas.
Tampoco puede faltar la comida (ésta también tiene sus reglas, dependiendo la región del país que visitemos); las velas para iluminarles el camino a nuestros ancestros, fotos de los difuntos, licores e incluso las familias se desplazan a los cementerios para decorar las tumbas. Si esta es la respuesta correcta a "desde cuándo festejamos el Día de Muertos", parece bastante creíble.
La tradición medieval europea y la iglesia católica
Esta tradición que tenemos hoy que nos dicta que el 1 de noviembre es el día de "todos los Santos"; es decir, canonizados, beatos y espíritus destacados para la religión católica; y el 2 de noviembre corresponde a los "fieles difuntos"; es decir, quienes ya reposan en Cristo pero no tienen esta cualidad de beatificación porque no cumplieron alguna penitencia, promesa o no tuvieron la oportunidad de limpiar su vida de pecados... proviene según una teoría, directamente del catolicismo medieval.
Para la ideología católica de aquellos años (porque el dogma religioso también evoluciona y se transforma) el 2 de noviembre, sobre todo, fue un regalo de indulgencia para los vivos y sus "fieles difuntos". Para la Iglesia es la oportunidad de que los vivos, con ayuda de rezos, oraciones, ofrendas y más protejan y contribuyan a que las almas de sus ancestros (aquellas que se encuentran en el Purgatorio por pecados o asuntos pendientes) asciendan al reino de los muertos.
Siguiendo esta historia, 1 de noviembre, Día de todos los Santos, se celebraba el 13 de mayo con el fin de conmemorar a los protectores de la Iglesia pero también para pelear contra el paganismo que se extendía peligrosamente, esto en el año 609. No obstante, no fue hasta el año 835 que el Papa Gregorio IV cambió la fecha de celebración al 1 de noviembre para que coincidiera con el término de la temporada de cosecha y otras actividades agrícolas y financieras. Así, una vez que todos los temas administrativos ya estaban controlados se tenían los recursos suficientes para destinarse a los peregrinos.
Mestizajes aparte, esta tradición de honrar a los muertos se realizaba desde diferentes culturas. En la cultura gaélica se celebraba una fiesta de Año Nuevo entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno y durante la noche vieja se encendía una hoguera de donde se tomaban antorchas para encender los hogares y guiar las almas de los muertos; algo similar pasaba con la cultura celta, en la que también usaban máscaras y disfraces para los bailes conmemorativos.
Por supuesto que todas estas costumbres han evolucionado, y al menos en México, mantenemos ciertas semejanzas con las antiguas celebraciones pero nunca perdemos el objetivo principal de celebrar el Día de Muertos, que es festejar una breve reunión de reinos energéticos en la que podemos agasajar y hacer felices a nuestros ancestros.
Celebramos la vida en medio de la muerte, y esa es una costumbre puramente mexicana.
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