Cuando una pareja se compromete, ya sea en un pacto íntimo, frente a un juez, frente a dios, frente a las leyes de la naturaleza y con todos los que amas de testigo, se supone que esa promesa es un tipo de "juramento inquebrantable" como los que vemos en Harry Potter; sin embargo, Ashley Madison llegó para demostrarnos que no es así, que dentro de esa promesa de amor eterno se esconde el deseo de seguir experimentando, seduciendo y conquistado, nos demostró que el amor ni es para siempre ni puede darse a una sola persona... Sí, por cruel que suene, esta afirmación se sustenta con alrededor de 37 millones de usuarios.
Esta es la historia de Ashley Madison, desde su origen hasta las fatales consecuencias de su hackeo...
¿Qué es Ashley Madison app?
Darren Morgenstern, un visionario de los negocios, inversionista y otras cosas, descubrió un día que existía un área de oportunidad enorme dentro del espectro de la infidelidad... (y por esto no se le puede culpar). Así que en 2002 fundó la plataforma de citas Ashley Madison (llamada así porque se trataba, en aquellos años, de los dos nombres de mujer más populares en Canadá, país de origen de Morgenstern).
Ashley Madison era (sigue siendo) en esencia, una plataforma de citas como lo es Tinder, Grinder, eHarmony, Bumble, etc., con la diferencia de que este aplicación / plataforma estaba destinada únicamente a las personas casadas que querían tener una aventura. Ashley Madison prometía un universo de fantasías para desatar los deseos más culposos y profundos, con el plus de que, supuestamente, la compañía tenía un blindaje impenetrable en cuanto a ciberseguridad.
Para las mueres, el servicio era completamente gratuito, para los hombres, había que pagar una cuota mensual que les diera créditos suficientes para charlar con mujeres y concretar encuentros. Por muy inmoral e inapropiado que sonara, la plataforma creció rápidamente hasta alcanza los 32 millones de usuarios.
En 2007 Noel Biderman entró como CEO de Ashley Madison y se propuso una campaña de marketing más agresiva y expuesta. Saltó a anuncios publicitarios, maketing digital, entrevistas y todo tipo de publicidad en la que el eslogan era: "La vida es corta. Ten una aventura".
De forma inesperada la estrategia de Biderman funcionó y al poco tiempo Ashley Madison tenía alrededor de 37 millones de suscriptores en más de 15 países. Un éxito rotundo nacido del deseo y la represión social. Si lo reflexionamos, cualquiera caería con la promesa de una aventura absolutamente discreta con la seguridad de que tu información se encuentra protegida, como quien dice, un pase seguro para hacer lo que se antojase.
El hackeo que expuso a millones de infieles
Más allá del éxito obtenido, Biderman también se enfrentaba a las campañas en contra de su empresa por faltar a los valores morales y familiares de la sociedad, ante esta situación, Biderman navegaba como todo un experto asegurando que la mala publicidad era, al final, publicidad, y sin importar las críticas, Ashley Madison continuó...
Hasta que un grupo de hackers llamado "The Impact Team" (hasta ahora no se ha descubierto a los integrantes, incluso se especula que fue obra de una sola persona, quizás algún esposo o esposa con mucho resentimiento) entró a la base de datos y envió un ultimátum a todos los trabajadores: "Tienen 30 días para desmantelar Ashley Madison o toda la información se hará púbica". Era 15 de julio de 2015 y Biderman no iba a ceder ante las amenazas.
Ashley Madison contrató a un grupo de expertos y, durante esos 30 días de gracia, trabajaron día y noche para revertir el robo... no hubo manera, por lo que, justo al finalizar el plazo, The Impact Team subió la información de más de 30 millones de personas a la dark web, esta información iba desde fantasías sexuales explícitas, correos electrónicos, fotografías, direcciones privadas, nudes, información bancaria, y todo aquello que pueda llamarse "información sensible".
Poco tiempo después de la filtración de la información a la dark web el contenido se subió a portales públicos y se convirtió en una especio de catálogo abierto de infieles. Programas de radio, televisión y otros grupos de personas escribían un nombre o un correo en el portal de búsqueda y enseguida aparecían los resultados. Miles de matrimonios se destruyeron, carreras profesionales se arruinaron e incluso se registraron algunos suicidios...
¿Qué pasó con Noel Biderman y qué pasó con Ashley Madison?
Una de las cosas que se revelaron durante el hackeo fue la infidelidad el propio Biderman, quien durante la campaña de Ashley Madison asistía a entrevistas con su esposa mientras aseguraba ser un hombre fiel.
También se descubrió que, aunque la plataforma aseguraba borrar la información de los perfiles de manera definitiva pagando un extra de 19 dólares, en realidad no era cierto, ni eso ni que la empresa estuviera blindada contra los ciberataques...
La empresa terminó pagando poco más de 11 millones de dólares en demandas y compensaciones, Noel Biderman dimitió, pero Ashley Madison continuó. Según se asegura en diversas fuentes, la app cuenta ahora con 80 millones de suscriptores en todo el mundo.
Noel Biderman funge actualmente como director ejecutivo en Avenue Insights, una empresa enfocada en la creación de software diseñados para la recopilación de datos para pequeñas y medianas empresas.
En esta historia no se señala a nadie, solo se habla de la increíble incertidumbre e inquietud que invade a aquellos que, una vez comprometidos, se sienten tentados a experimentar con alguien que no sea su compañera/o de vida...
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.