El nombre Colette Steckel es sinónimo de joyería de autor, sí, pero también de vanguardia, emprendimiento y tenacidad. Su obra se caracteriza por crear joyas con historia y un gran legado emocional y cultural.
Podría decirse que no eligió ser joyera, más bien, como lo dijo en entrevista con Revista Central: “A mí la joyería me escogió. Yo nunca tuve ninguna duda de qué iba a hacer, nunca ni me lo cuestioné. La joyería me escogió a mí”.
Su pasión y amor por el arte de las joyas la ha llevado a destacar en el mundo por sus creaciones únicas y llenas de simbolismos que pueden resguardar más allá de recuerdos.
De pequeña le gustaba moldear el lodo, lo llenaba de “piedritas”, que convertía en “cositas” con brillo. Aquella niña curiosa y de manos laboriosas intuía lo que el tiempo años más tarde le confirmaría: su destino se encontraba en las piedras preciosas y los metales que mas tarde portarían famosas como Cher, Rihanna, Madonna, entre muchas más.
La pasión por las joyas que nació jugando
Proveniente de una familia de artistas, la creatividad era un don casi genético. Su padre, hombre de negocios, en uno de sus viajes a Brasil, le traía a su madre enormes geodas, que usaba para decorar una mesa.
Donde casi todos veían un artículo de decoración, Colette veía algo más, una oportunidad de crear. Así fue como desde pequeña inició a hacer pequeñas joyas. Tomaba un martillo del talle de su papá para romper las rocas de las geodas, que más tarde pulía con aceite de coche. “Yo era toda una profesional”, aseguró en la entrevista.

Salía a jugar y tomaba los hilos sueltos de las casetas telefónicas como material perfecto para hacer joyas: los pelaba con los dientes o con las pinzas de depilar y luego los trenzaba con piedritas que vendía a las amigas de su mamá.
Hasta que un día, se topó con su primer cliente en serio en Polanco, un señor llamado Merlín a quien le compró un berilo verde y es una anillo que aún conserva.
Lo ganado con sus ventas, lo ahorraba rigurosamente para comprar dijes de plata en Cocoyoc o más piedras preciosas a Merlín y las convertía en joyas que regalaba a su mamá.
Mis papás no concebían que yo iba a hacer esto, o sea, ellos pensaban que estaba jugando
De moños para el pelo a su primera tienda de joyería
En secundaria diseñó moños para el pelo que causaron sensación. Usaba listones de EE.UU. y telas de París. Un taller de moda francés se fijó en su creatividad y la invitó a colaborar en una pasarela. Después, organizó en Valle de Bravo una comuna artesanal para fabricar su línea de moños, lo que le permitió ahorrar y lanzar su primera colección de joyería con oro puro y peridotos, a los 20 años.
Casa Lamm le abrió las puertas para exhibir sus creaciones, con el paso del tiempo, vieron la luz colecciones como: jardín, flores , Edén, que marcaron el inicio de una carrera internacional. Su participación en el Couture Show, la apertura de tiendas en Los Ángeles y el nacimiento de su firma: Colette Jewelry by Colette Steckel.
No hay una colección mía que no tenga introspección. Yo solamente diseño cuando tengo un momento de introspección, para mí los viajes son muy importantes.
La colección Blue Drift , por ejemplo, nació en Estambul durante el Ramadán. Inspirada por la luz, el calor y la espiritualidad del lugar, pensó: “Todos tenemos alas, pero no volamos... nosotros mismos nos ponemos la llave”.
Santos y Cielos: legado familiar en una joya
Una de las colecciones más íntimas y significativas de Colette es Santos y Cielos . Inspirada en la cadena de su padre nunca se quitó y cuyos dijes creaban un sonido reconfortante que la hacían sentir segura y amada. La colección celebra el vínculo del legado familiar en donde mezcla reliquias de mercados europeos, medallas, anillos, porcelanas pintadas a mano. Su debut en París fue un éxito rotundo.

No es el consumismo lo que cuenta, no es cuántas joyas tengas, sino lo que te cuentan las historias de tus joyas
Colette invita a los clientes a traer sus propios recuerdos y reliquias para armar joyería de gran significado, uniendo los recuerdos de los familiares con detalles propios de la personalidad de cada uno, así en palabras de Colette se consiguen joyas que “no solo narran la historia de tus antepasados, sino que también, tu historia”.
Al concepto de Santos y Cielos se agregó Talismanes y Suertes, con símbolos más universales: cartas de tarot, ojos turcos, corazones, tréboles, manitas, etc. La propuesta espiritual se volvió más inclusiva, menos religiosa y más emocional.
Malinche: revalorizando lo mexicano

Inspirada en la historia de la conquista, Colette creó piezas en plata y oro de 24 quilates con piedras semipreciosas y preciosas, donde las cadenas fueron trabajadas para ser ennegrecidas y evocar así el paso del tiempo.
Traté de combinar nuestra cultura con la cultura española, cuando nos vienen a colonizar, hacer una fusión… Creé la colección para Malinche tratando de conservar los materiales y tratando de conservar lo ricos que somos en plata.
El concepto detrás de su colección es profundo: una fusión entre la riqueza artesanal indígena y los ornamentos colonizadores.
“Nuestros antepasados, eran mucho la obsidiana, era mucho el jade, eran muchos materiales más burdos. No, no andábamos buscando rubís. Nosotros buscábamos piedra, la tallábamos, barro… Los collares y las cuentas estaban todas hechas a mano. Era un material mucho más rústico”.
Lo que Colette rescata sobre Malinche es que “los mexicanos se están aceptando. Estamos revalorizando lo hecho en México, lo originario mexicano desde la comida hasta la moda, el arte que hay y que ha sido hecho aquí, ya no estamos buscando fuera”. Esta colección se exhibe y vende en un espacio dentro del Frontón México, en el marco del show Malinche .
El futuro de Colette Steckel y su joyería

Con base en México y el corazón en París, Colette prepara la apertura de su “casa” en nuestro país: un espacio íntimo, una tienda curada por ella que transmita su esencia. También trabaja en una colección más accesible, sin perder calidad ni sofisticación: “muy elevada, divina y con oro 24 quilates y plata”.
Pensada para nuevas generaciones, esta línea será versátil, funcional y duradera. Además, adelantó en exclusiva que su próxima colección será “como una sátira y una burla”, aunque por ahora se mantiene en secreto.
Para Colette Steckel, la joyería es introspección, expresión y conexión familiar. Es transformar memorias en piezas únicas de arte.
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