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¡La Tierra está que arde!

Por: Redacción CENTRAL 31 agosto 2016 • 3 minutos de lectura

El calentamiento global es una de las más fuertes amenazas al planeta

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Foto: Getty Images

Por: Nat Rivera

En un mundo en donde la valía de un ser humano la determinan la cantidad y la marca de los objetos que posee, el riesgo más inminente es para el planeta, pues es el que recibe el impacto de la energía para producir todo lo que “necesitamos”; en consecuencia la temperatura aumenta sin que hasta el momento tomemos acciones efectivas para cambiar el rumbo que nos conduce al desfiladero.

La vida de la Tierra se estima en 4 500 millones de años, de los cuales el ser humano la habitado únicamente 200 000. La vida y el desarrollo humano ha sido posible gracias a la estabilidad en el clima (es decir, el promedio de las condiciones meteorológicas de un lugar por un periodo largo de tiempo, ya sean décadas o años). Al cambio de estas mediciones se le conoce como cambio climático (CC) y siempre ha existido. ¿Pero por qué nos preocupa ahora? Por la rapidez con la que sucede. Mientras que las eras de hielo tardaron miles o cientos de miles de años, el siglo pasado la temperatura promedio del planeta aumentó casi 1 °C y en los polos hasta 3. Es como si armaras una fiesta y en la primera media hora te destrozaran la casa. El derretimiento de los polos incluso podría cambiar el eje de rotación de la Tierra.

¿Desde cuándo lo sabemos?
Una investigación finalista del Pulitzer 2016, de la revista Scientific America, evidenció que las empresas petroleras como ExxonMobil (la más grande del planeta) conocían desde 1977 la repercusión climática de liberar gases de efecto invernadero de forma indiscriminada, pero sólo hicieron una cosa: invertir en desinformación. Según Greenpeace, Exxon ha derrochado cerca de 30 millones de dólares en difundir la idea de que el cambio climático es un invento.

Polo

¿La razón? No desean perder dinero, pues si comenzamos a invertir en energías alternativas (solar térmica o fotovoltaica, eólica, geotérmica, maremotérmica o mareomotriz, bioenergía o hidroeléctrica) dependeríamos cada vez menos de la industria del petróleo y de la energía generada a partir de compuestos fósiles. ¿Pero por qué hubiera sido importante actuar en ese momento? Porque el 50% del total de las emisiones que originan este problema se emitieron a partir de 1980.

¿De qué magnitud es el problema?
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que si continuamos emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera con las tendencias actuales, la temperatura promedio podría incrementarse entre 1 y 2 ºC en las próximas décadas; punto en el que podríamos ser incapaces de controlarla. Ello aumentaría la intensidad de los fenómenos naturales como sequías o huracanes, con el correspondiente costo humano.

¿Tiene solución?
“Lo que hay que aclarar es que sí podemos resolverlo, el problema es que la sociedad, el planeta no se ha puesto de acuerdo para solucionarlo. Es por razones puramente políticas o de inercia que no ha empezado la sociedad a tomar la solución en serio”, opina Mario Molina, científico mexicano que descubrió el agujero en la capa de ozono, lo que le valió el Nobel de Química en 1995, quien también considera que para “aminorar estos riesgos es necesario reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 50% para el 2050”, como lo indican los tratados internacionales que han firmado muchos países, entre ellos México.

Tan sólo en México, Greenpeace calcula que los costos económicos del impacto climático hasta el 2010 son al menos tres veces más que los costos de mitigación de 50 % de las emisiones.

Si quieres conocer más sobre las consecuencias del cambio climático y descubrir qué tanto ayudas al medio ambiente, lo puedes hacer en la edición de agosto de Revista Central. También tenemos app para iPad.

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