Por: Daniela Muñiz
La avena no sólo es buena para el desayuno, sus bondades van mucho allá, por ejemplo, es la mejor amiga de nuestra piel.
¿Por qué?
Gracias a las vitaminas y minerales que contiene, la nutre e hidrata, la suaviza, limpia, elimina de ella toda las impurezas y ayuda a su exfoliación.
Además resulta efectiva contra la irritación y como relajante natural.
Puedes disfrutar de sus beneficios en mascarillas faciales, cremas corporales o jabones. En esta ocasión te enseñamos cómo hacer tu propio jabón de avena casero.
¿Qué necesitas?
1 barra de jabón de glicerina (aproximadamente 200 gr.)
2 cucharadas de avena
1 cucharada de miel de abeja
Agua
¿Cómo se prepara?
1. Ralla el jabón de glicerina o córtalo en trozos muy pequeños.
2. Derrítelo a baño maría revolviendo constantemente.
3. Por otro lado, muele o tritura la avena para formar un polvo fino.
4. Añade al jabón derretido la avena y la miel de abeja. Mezcla bien para integrar los ingredientes hasta que se forme una pastita.
5. Retira la mezcla del fuego y viértela sobre moldes pequeños, previamente engrasados, para darle forma a los jabones. Puedes utilizar jaboneras, moldes para panqués o hacer una pieza grande y después cortarla.
6. Deja enfriar hasta que se solidifique.
7. Desmolda los jabones y comienza a utilizarlos.
¡Déjate consentir por las bondades de la avena!