Por: Sergio Rodríguez Blanco
Federico Kampf revisa los detalles del cuadro que ha pintado durante las últimas semanas. Le falta un día para terminarlo. En el lienzo, un hombre sentado sobre un tambor mira al infinito mientras lo observa Dalí desde un muro desgastado. Lleva taparrabos, adornos en las piernas y una playera con el letrero “This dream is over”. El pintor cuenta que realmente se trata de un indígena llamado Gabriel, que baila con su familia para los turistas en el Zócalo y busca chambas en el centro histórico. La última fue posar para esta pieza.
Kampf tomó 130 fotografías sólo de esta pose. Me muestra la que usó como referencia para Dignidad, el cuadro que estamos viendo. “Él escogió la playera. Yo le pedí que viniera de azul y cuando llegó, me sorprendió la frase en inglés. Supe que iba a dejarla en el cuadro. Yo quería pintar a alguien inconforme y no le tuve que decir nada: Ya salía fregado. El hombro caído y la panza me encantaron para la composición”, dice el artista que nació en Tepotzotlán, Estado de México, en 1981.
“En todos mis cuadros manejo dos o tres realidades porque no creo sólo en ésta. Dalí dijo que él no venía a México porque le asustaba algo que fuera más surrealista que él. Trabajo a partir de la fotografía. Primero tengo la imagen mental o la hipótesis del cuadro, después hago la foto, la resuelvo y me dejo llevar. Lo demás es pintar”.

Si quieres leer el resto de la plática que tuvimos con Federico Kampf, así como conocer obras suyas, lo puedes hacer en la edición de marzo de Revista Central. También tenemos app para iPad.