¿Qué le estamos enseñando a los niños que hoy estudian primaria y van a terminar la preparatoria en el 2031?, ¿les enseñamos biología? A lo mejor, el tipo de biología que se enseña ahora no les será hacer útil mañana… Esas y otras preguntas son las que se hace The Aspen Institute México desde que inició su interés por la educación, uno de los muchos rubros en los que se desarrolla esta organización dedicada a la promoción de diálogos abiertos y plurales sobre temas que importan a la sociedad.
La reflexión tras estas preguntas es aterradora: debido a la velocidad en la que las nuevas tecnologías avanzan, ni el que está a punto de graduarse como ingeniero en sistemas ni el que acaba de terminar su maestría en marketing digital están actualizados. No hay más que voltear a ver el teléfono celular para darse cuenta que ya hay una nueva versión del sistema operativo disponible, cuando apenas hace unas semanas lo habías renovado.
Entonces, ¿qué futuro laboral nos espera? Enrique Berruga, director ejecutivo del Aspen Institute México, señala que el reto es enorme: “Si no preparamos a nuestro niños con las herramientas que se requieren, no tendrán acceso al mercado laboral”.
La cuarta revolución industrial
Pero revisemos las estadísticas. Según el informe del 2018 del Foro Económico Mundial (FEM) sobre el futuro del empleo, dentro de los próximos cinco años iniciará un ciclo de transformación que impactará en la vida de las personas. Le llaman la cuarta revolución industrial, y se privilegiarán cuatro grandes tecnologías: el Internet móvil de alta velocidad, la inteligencia artificial, el análisis de big data y la tecnología en la nube.
En ese reporte, también se dice que 75 millones de trabajos podrían desaparecer; pero las nuevas tecnologías generarán más de 133 millones de nuevos empleos en el mundo. Además, señala que el 84 por ciento de las empresas ya consideran la contratación de empleados que sólo tengan habilidades relevantes en estas tecnologías, y un 81 por ciento más buscará automatizar sus labores, es decir, prescindirán del elemento humano.
Profesiones obsoletas
Pero entonces, ¿la única manera de enfrentar esto será desarrollando otras habilidades e integrándolas al sistema educativo? La preocupación no es si nos quedaremos sin empleo, sino qué nuevas profesiones habrá y para quién.
John Pugliano, autor estadounidense, escribió en su libro The Robots are Coming: A Human’s Survival Guide to Profiting in the Age of Automation que “cualquier trabajo que sea rutinario o predecible será hecho por un algoritmo matemático en cinco o 10 años”. Y aunque sus análisis han creado controversia, él insiste en que no desaparecerán los médicos o los abogados, por ejemplo; pero algunas de las funciones que ellos realizan sí, pues serán resueltas por un algoritmo. Es decir, los empleos se reducirán.
Otro dato interesante que menciona el escritor se refiere a los roles dentro de las empresas, pues considera que los mandos medios desaparecerán, es decir, los que están entre el directivo y el personal operativo.
Para la Universidad de Oxford, el panorama no es tan diferente al que plantea Pugliano. La institución realizó un estudio sobre las 700 profesiones que serán remplazadas por máquinas en 20 años y señala que se podrían perder más de 1,600 millones de puestos de trabajo.
Las carreras del futuro
De acuerdo con el FEM, las habilidades que deberán tener las persona para competir en los campos laborales en el siglo XXI son: pensamiento crítico, resolución de problemas, creatividad, comunicación, colaboración, alfabetización de datos y computación e informática.
El Movimiento STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) confirman estas habilidades como óptimas para elegir la carrera que los jóvenes deberán estudiar en el futuro. La asociación dice que la elección debe estar pensada en convivir y aprovechar las innovaciones para obtener mejores oportunidades laborales. Ellos recomiendan las siguientes carreras: ingeniería robótica, astrofísica, ingeniería ambiental, geofísica –el estudio de los fenómenos físicos que ocurren en la Tierra–, diseño industrial e ingeniería mecatrónica, entre otras en las que las oportunidades laborales están en áreas de automatización, manufactura, automovilísticas y mecánicas.
Por su parte, el Observatorio Laboral menciona que las carreras que tendrán mayor desarrollo en los próximos años serán las proecologistas, así como las de producción de alimentos orgánicos, ingeniería en producción musical digital o la medicina genética.
Si empezamos el sistema de entrenamiento de los niños de una manera diferente, en el 2030, se van a mover como pez en el agua. Es más, ellos serán los que inventarán los nuevos empleos
- Enrique Berruga, director ejecutivo del Aspen Institute Mexico
Los niños, jóvenes y los profesionales actuales debemos priorizar la especialización, pero encaminada a las nuevas tecnologías; que las escuelas e instituciones apuesten por la capacitación constante, tal y como hace Aspen Institute México, a través del concepto que la UNESCO desarrolló sobre el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida, un primer camino para enfrentar este futuro que ya es presente y que integra, entre otras estrategias, que el aprendizaje no termina una vez que concluye la educación formal, sino que puede y debe continuar a lo largo de la vida. Hoy más que nunca, esta frase tiene sentido y ya no es exclusiva de algunas profesiones. Sí, el futuro nos alcanzó.
Te puede interesar: La Ley Federal del Trabajo y la brecha de género
The Aspen Institute México
Esta organización de la sociedad civil fue creada en Aspen, Estados Unidos, en 1949, por Walter Paepcke, junto con un grupo de líderes visionarios, como José Ortega y Gasset y Albert Schweitzer, entre otros artistas e intelectuales. Surgió con la finalidad de fortalecer los valores y promover diálogos abiertos, plurales y apartidistas.
Luis Gerardo del Valle es el presidente del consejo directivo en México y el embajador Enrique Berruga Filloy es el director general ejecutivo. El consejo cuenta con personas reconocidas, así como mexicanos destacados: los rectores de la UNAM, del ITAM y de la UVM; el presidente de Coca-Cola, y empresarios como Ricardo Salinas Pliego, Luis Berrondo Ávalos y Eduardo Dondé y de Teresa.
The Aspen Institute busca resolver problemas en el mundo, tarea poco sencilla. Para eso se crearon seis dimensiones: educación y cultura; comunicación y sociedad; desarrollo económico y equidad; energía y sustentabilidad; justicia y ética, y salud y ciencia. La agrupación trabaja con jóvenes, para formar a los próximos líderes del país, y realiza diversas actividades, entre seminarios, eventos de difusión cultural y científica, foros de análisis, y programas educativos y formativos.