Este 2 de mayo se conmemora el Día Mundial contra el bullying, una fecha que busca hacer conciencia sobre el riesgo del acoso escolar y cómo impacta en la vida y rendimiento académico de niños y jóvenes en el mundo.
De acuerdo con el Gobierno de México y las consultas juveniles e infantiles del antes IFE (ahora INE), entre 2000 y 2003, 32% de los menores de 15 años afirmaron ser víctimas de maltrato en la escuela. Más del 15% aseguró ser insultado y un 13% dijo ser golpeado por sus compañeros.
Incluso, de acuerdo con un artículo publicado en 2024 , se calculó que 7 de cada 10 niños mexicanos ha sufrido de acoso escolar.
Sobre el bullying se nos ha alertado que los niños pueden enviarnos señales cuando sufren acoso, como evitar asistir a la escuela, “perder” sus artículos personales o presentar bajo rendimiento.
Pero, ¿cuáles son las señales que podrían delatar que nuestro hijo es un bully?
Consultamos con Araceli Franco Alcocer, psicoterapeuta y psicoanalista de TecSalud , quien nos reveló algunas señales que delatan que nuestro hijo podría acosar a sus compañeros.
Entendimiento al niño “bully”
De acuerdo con la psicoterapeuta Araceli Franco, la conducta del niño bully es un síntoma, la punta del iceberg de un problema de fondo y que se debe analizar.
Los niños que acosan pueden hacerlo a través de la violencia física e incluso a través de rumores.
Un bully es un menor que agrede, hostiga, intimida o maltrata repetidamente a otros niños, ya sea de forma física, verbal o social. Por ejemplo, a través de los rumores, los chismes, la exclusión.
“También puede agredir de forma psicológica como a través de la manipulación o el famoso ‘gaslighting’. Puede hostigar de manera digital e implica un deseo de querer lograr control y poder sobre otros”.

Cómo identificar que mi hijo es un bully
Existen algunos comportamientos que podrían alertarnos de que nuestro hijo acosa a sus compañeros en el salón de clases, por ejemplo que muestren poca empatía, que gocen con el sufrimiento de los demás, que sean muy explosivos e
intolerantes a la frustración.
“Suelen ser niños que tienen explosiones de ira, son iracundos, se muestran controladores, obviamente son poco empáticos y suelen hacer comentarios despectivos. Siempre intentan ser impositivos, imponerse; pero también pueden presentar una baja autoestima y mucha inseguridad que disfrazan a través de estas conductas”.
Si lo tratamos de metaforizar en una frase, sería algo como:
Si yo soy el que daña, no soy el que sufre
“Si esto lo llevamos a las situaciones escolares, nos puede arrojar información el que los padres empiecen a recibir muchos reportes del colegio, de otros padres o de otros niños. También se puede observar si habla con orgullo de haber molestado a alguien, que busca ser el líder en algunos grupos, busca imponerse con otros y, sobre todo, que no muestre remordimiento”.
El que un niño no sienta remordimiento por agredir a otro “tiene que ver con la dificultad o la incapacidad de ser empáticos”.
Los niños que suelen ser agresores también “presentan una muy baja tolerancia a la frustración, que la enmascaran con aparente valentía o imponerse al otro”.
“Tiene conductas muy competitivas, pero a la vez con una enorme dificultad para tolerar la frustración”.
Sobre por qué un niño es bully, Araceli Franco señaló que “no se puede generalizar, pero muchos de estos niños también han sido víctimas de acoso o de abuso por parte de adultos, adolescentes o de otros niños”.
Incluso podrían ser acciones que se viven y se ven en casa, pero se debe investigar para tener una certeza.

¿Qué hago qué hago si detecto que mi hijo es un bully?
Si se detectan que el niño es agresivo, trata de imponerse ante los demás e incluso suele acosar a sus hermanos, es importante que los padres se detengan a observar, entender y actúen contra este comportamiento.
“En un primer contacto los que deben hacerse cargo de la situación son los padres. Deben mantener la calma. Nunca con enojo, ya que es muy importante que los niños sientan un ambiente de confianza”.
“Después es importante hablar con él, evaluar cómo vive las situaciones que están ocurriendo y hacer preguntas como ¿no le duele?, ¿no se siente avergonzado? Después pasar al otro plano, de la empatía”, por ejemplo, ¿cómo se habría sentido si alguien te hubiera hecho eso?
Una vez hablado, es momento de hacerlo consciente del daño. “¿Qué significa hacerle daño a alguien? ¿Qué significa para ti que alguien te haga daño?”
Una vez que se tenga este acercamiento, la especialista señaló que es importante aproximarse a la escuela y “preguntar cómo son los patrones de relación de hijo, cómo se relaciona con sus compañeros, como es empático”.
Debemos “establecer límites muy claros y consecuencias muy claras ad hoc con la situación”. Por ejemplo, “te voy a dejar que leas un cuento sobre el respeto y trabajemos sobre situaciones de respeto; porque, finalmente, detrás de todo esto (el respeto) es un valor muy importante que tenemos que inculcar”.
“Pensar en actividades y consecuencias que favorezcan, no nada más quitarle la televisión y quitarle la pantalla”.
La psicoterapeuta señaló que como último paso los padres deben buscar ayuda con profesional para validar la situación.
“Hay que armar todo un equipo. Un equipo entre maestros y psicólogo escolar, psicólogo clínico, psicoterapeuta; además de un equipo interdisciplinario para poder entender la problemática que está presentando el niño. Entender el entorno y lo que está sucediendo”.
Si necesitas ayuda con un caso de bullying, puedes contactarte con la psicoterapeuta y psicoanalista Araceli Franco Alcocer al teléfono 8181 148844 o al correo araceli.franco@medicos.tecsalud.mx .
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.