A lo largo y ancho del territorio mexicano existen miles de leyendas, algunas más conocidas que otras, pero que son del dominio público de una región, como el árbol vampiro.
Ahora toca el turno de contarte una escalofriante historia sobre el árbol vampiro de Guadalajara, una curiosa leyenda que atrae a creyentes y escépticos cada cierto tiempo al Panteón de Santa Paula, mejor conocido como el Panteón de Belén, en la colonia El Retiro de Guadalajara, Jalisco, pues el árbol sí existe en realidad.
Cabe mencionar, que el panteón está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ya que está considerado como “Tesoro Arquitectónico Nacional”, gracias a su patrimonio cultural.
El árbol vampiro, una leyenda urbana de 1880
Como sucede con las leyendas y mitos urbanos, no se sabe a ciencia cierta cómo surgió, ni de dónde provino la historia del árbol vampiro, no obstante, es reconocida por el impacto que causó en 1880.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), cuenta la leyenda que durante varias semanas aparecían cuerpos de perros y gatos muertos en el lugar cercano.
Seguro nos dirás, “eso ocurre seguido”, la diferencia entre estas muertes y otras de mascotas domésticas o callejeras, es que tenían un detalle peculiar en común, sus cuerpos no tenían una sola gota de sangre.
Pasaron los días y ya no solo eran animales los que se encontraban sino también cuerpos humanos, por lo que hubo pánico en la ciudad y la gente asustada comenzó a averiguar el motivo.
Lo que sucedió después fue un completo caos, se descubrió que un vampiro rondaba el Hospital Civil. Los ciudadanos se organizaron y realizaron rondas para capturarlo, de acuerdo con los dichos populares, lograron matarlo a finales de ese año con la típica forma en la que se cree se muere un vampiro, clavándole una estaca en el corazón, hecha con la rama de un camichín, un tipo de árbol propio de Guadalajara, conformado por varias raíces verdes juntas de manera irregular.
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El árbol que resurgió de la muerte
La gente sepultó al vampiro en el Panteón de Belén, y con la finalidad de que en caso que regresara de la muerte no escapara y siguiera cometiendo asesinatos, a su última morada le colocaron una loza de piedra grande y pesada.
Sin ninguna explicación, la tumba se rompió y los cuidadores del panteón observaron cómo surgió una rama viva de camichín, con el pasar de los años, creció y comenzó a envolver la tumba con su tronco y raíces.
La leyenda cuenta que cuando muera el árbol y se derribe, el vampiro saldrá para seguir con la ola de asesinatos para calmar su sed por años.
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