Viajar es uno de los grandes placeres de la vida, el cual nos invita a perdernos en paisajes desconocidos y mundos distintos. Pero viajar dentro de nuestra propia ciudad, volvernos partícipes de su encanto, es una experiencia esencial.
La colonia Roma es uno de los lugares de la Ciudad de México que nos transporta a otro tiempo con su historia y belleza, sus casonas de bella arquitectura de la belle époque y art nouveau y sus calles llenas del sonido de las aves.

Dentro de su ambiente bohemio y cosmopolita, donde el pasado y el presente convergen, se encuentra el hermoso Hotel Brick, rodeado de boutiques de arte, cantinas tradicionales, bares modernos, cafés y panaderías.
Construido con ladrillos ingleses, The Brick Hotel fue originalmente una gran casa para el primer gerente del Banco de Londres en México. Más tarde, se convirtió en el lugar to be para los ricos y famosos en la década de 1930. En su encarnación actual, como un hermoso hotel boutique, el edificio vuelve a cobrar vida con el sonido de los huéspedes que disfrutan de su historia única y su impecable hospitalidad.

Un oasis de calma
Hela Spa en el hotel Brick permite hacer un retiro espiritual dentro del bullicio de la gran ciudad.
El equipo de profesionales del spa se ha tomado el tiempo de seleccionar cuidadosamente experiencias inspiradas en tratamientos exclusivos del mundo y cuidados de la piel avanzados, con énfasis en todos los productos naturales que tienen menos impacto en el medio ambiente y beneficios asombrosos para la piel.

Con un servicio altamente personalizado y terapeutas capacitados que ofrecen una variedad de masajes, tratamientos faciales y envolturas corporales, es un lugar para dejar atrás las distracciones modernas y desacelerar el pulso.
Edén gastronómico
Brick también nos sorprende con su magnífica cocina. En Cerrajería –su restaurante insignia–, nos espera una cocina pura, fresca y audaz. Es una experiencia culinaria basada en ingredientes, recuerdos y técnicas.
El chef Armando Acosta nos deleita con sus intrigantes platillos. Su cocina tiene bases europeas y toques naturales, con producto local, sustentable y de calidad absoluta. Ofrece una reinterpretación de las técnicas que aprendió en las cocinas europeas por las que pasó, mezcladas con el cariño, las emociones, los colores y los recuerdos de la vida en México.

Una experiencia sin igual es la mesa del chef, donde el talentoso Armando nos presentó una serie de platillos espectaculares. Se destaca por su franqueza y audacia en la cocina y su ejecución. Las grandes escuelas por las que pasó le dieron las herramientas para alcanzar la perfección en las técnicas y le fomentaron la importancia de la disciplina, los productos locales y la selección exhaustiva de los mejores proveedores.

Pasando por Mugaritz, el chef entendió en su totalidad acerca de los procesos, el orden, la investigación y la libertad del pensamiento para la ejecución en cocina. El Celler de Can Roca le permitió ver lo invaluable e importante de la familia y lo que significa trabajar en equipo y en armonía creativa para una ejecución perfecta. Fue parte de la experiencia cuando este recibió su tercera Estrella Michelin.
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