Sin lugar a dudas, varias de las obras más emblemáticas de Vincent van Gogh son sus girasoles, que son tan reconocidos como su Noche Estrellada. Su amor por esta flor desató una colección de aproximadamente 11 o 12 piezas, con 4 o 5 pintadas durante su estancia en París y 7 cuando residió en Arlés. Aunque Van Gogh aseguraba que no quería ser encasillado en sus pinturas de girasol, también se consideraba “dueño” de esta especie.
La más reconocida entre su colección está conformada por un jarrón, donde se puede ubicar la firma del postimpresionista, con 15 girasoles marchitos sobre un fondo en tono crema. En el presente, esta obra se encuentra en The National Gallery en Londres, que fue realizada en 1888, que él mismo definió haber realizado “con el gusto de un marsellés comiendo bullabesa”.
Esta declaración se enfoca en la sensación de Van Gogh al pintarlas, sin embargo, no existen registros del verdadero significado que estas piezas buscaban expresar en la compleja mente del neerlandés. Al repasar la historia, se cree que estas fueron creadas con la intención de rendir homenaje a su amistad con el artista parisino Paul Gauguin, pues fueron pintadas para embellecer el espacio donde iba a vivir su entrañable amigo.
Vincent van Gogh tenía el sueño de crear un estudio en Arlés, donde artistas podrían vivir en una especie de comuna en su reconocida casa amarilla y dedicarse enteramente a su trabajo. Gauguin aceptó la invitación, por lo que Van Gogh comenzó a adaptar su hogar en este recinto, con las icónicas flores como decoración principal para reconocer al pintor de París.

Esto se debe a que Gauguin expresó su admiración por los girasoles de Van Gogh, un hecho que encendió en el pintor de Países Bajos una felicidad enorme, pues vivió con dificultades para vender su obra en vida. Así, Vincent pudo experimentar con combinaciones de amarillo, una de sus tonalidades características alrededor de su trabajp.
Tus girasoles sobre fondo amarillo, que considero una página perfecta de un estilo ‘vincentiano’ esencial.
La amistad entre Van Gogh y el artista parisino fue compleja a raíz de las personalidades contrastantes de ambos pintores, comenzando con Gauguin, que era sumamente orgulloso e, incluso, un tanto arrogante. Al mismo tiempo, Van Gogh tenía rasgos obstinados e intensos, por lo que ambos podían llegar a chocar constantemente.
La estancia de Gauguin en la casa amarilla de Vincent fue un punto clave en la trayectoria de ambos, realizando varios trabajos de forma simultánea, además de aprender de la técnica del otro. Los dos artistas tenían muchas cosas en común que los unían, como los colores brillantes o el hecho de que ambos eran autodidactas.
La presencia de Gauguin en el estudio de Arlés duró apenas nueve semanas, cuando tuvieron una fuerte discusión, que llevaron a Van Gogh al límite, al grado de sufrir un colapso nervioso, y al parisino a abandonar el estudio. Entre las teorías sobre el incidente de la oreja del pintor neerlandés, se cree que fue en este episodio donde Van Gogh se mutiló, aunque esta es solo una versión del hecho.

Y a todo esto, ¿qué significaban los girasoles para Van Gogh?
De acuerdo a Julien Domereq, curador de la exhibición Kiefer/Van Gogh en la Royal Academy, durante una entrevista para la BBC, los girasoles representaban Arlés y, en general, la zona sur de Francia para el artista neerlandés. La inspiración de Vincent surge tras dejar la metrópoli parisina y llegar a este nuevo territorio, rodeado de naturaleza y colores vivos.
Para Van Gogh, el girasol encarna su idea del Sur.
Por otro lado, los girasoles también representan la fe y esperanza en algunas culturas, algo que, en el caso de Van Gogh, seguramente tenía muy presente, pues Vincent conocía muy bien sobre el arte después de dedicarse por tantos años a vender piezas y estudiar su historia.
Esto también lo recalca Domereq, que señala que esta flor puede representar un grito de ayuda por las constantes luchas del artista por su salud mental. Deforma simultánea, estas pueden revelar la gratitud de Van Gogh hacia Gauguin, tras aceptar formar parte de su apasionante proyecto.
(Los girasoles podrían considerarse) casi un grito de angustia (de Van Gogh) al mismo tiempo que simboliza la gratitud (a Gauguin) en el rústico girasol.

A pesar de que Van Gogh dejó el proyecto de los girasoles tras la llegada de Gauguin a Arlés, estos se convirtieron en el propio significado del artista neerlandés, al grado de que los asistentes a su funeral cubrieron con esta flor la tumba de Vincent tras su muerte, 29 de julio de 1890.
Fuentes:
- BBC, “The cryptic symbolism of Van Gogh’s Sunflowers – and what they really mean”
- An Eye for an Art, “Vincent van Gogh/Paul Gauguin”
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