Los accidentes en museos y galerías no son cosas nuevas, basta una búsqueda sencilla en Internet para encontrar videos de personas que por error o queriendo tomarse una selfie dañan, a veces de forma irreparable obras de arte de gran valor… y esta vez una obra de Jeff Koons ha sido la víctima.
La obra de Jeff Koons es muy reconocible gracias a que realiza obras de gran formato (y otras más pequeñas) que parecen ser globos inflados. Sin embargo, detrás de la simpleza y de sus formas (perros, conejos, tulipanes, entre otros) está una técnica que por algo lo ha hecho uno de los artistas más cotizados del arte contemporáneo… aunque también sea motivo de críticas y de muchos retractores.
Y es que el Balloon Dog (orange) ha pasado a la historia del arte cuando rompió, en 2013, el récord a la obra más cara de un artista vivo al ser vendida en 58.4 millones de dólares, un récord que ya ha sido roto incluso por obras del propio Koons, por ejemplo Rabbit, otra escultura en forma de animal fue vendida por 91.1 millones de dólares en 2019.
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La mujer que rompió la obra de Jeff Koons
El accidente con el Balloon Dog (Blue), ocurrió en Art Wynwood, una feria de arte en Miami, la pieza, creada en 2021 como una edición limitada, formaba parte de la exhibición de la galería Bel-Air Fine Art.
De acuerdo con el gerente de la exhibición de la galería, Cédric Boero, la coleccionista jamás tuvo la intención de romperla (un dato importante en un momento donde activistas han utilizado obras de arte famosas para mandar su mensaje), sino que durante un cocktail (generalmente de inauguración) cuando había un gran número de gente, accidentalmente empujó el pedestal, provocando que la obra se cayera y rompiera en pedazos. Aunque parezca una tragedia, algunos coleccionistas han ofrecido comprar la pieza rota.
Es por ello que ahora tenemos imágenes de la obra rota en el piso, pero ¿qué hacer cuando esto pasa?
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¿Qué pasa cuando una obra de arte se rompe por accidente?
En la mayoría de los casos, éste incluido, todas las obras de arte suelen estar aseguradas, por lo que ante su destrucción, es un seguro el que cubre todos los gastos.
En otros casos, en especial en el de museos al resguardo de instituciones públicas, son éstas las que deben correr con los gastos, sin importar si es una pieza invaluable o de menor costo. Aunque en su mayoría contratan seguros privados, en especial cuando se trata de obras de arte o colecciones en préstamo.
Así que… si un día te encuentras en esta situación, es probable que sólo te pidan tus datos (para el seguro) y continúes sin una deuda millonaria. Aunque en casos donde el daño no sea un accidente, es posible que las autoridades sean involucradas y en efecto se deba pagar el costo de la obra y/o que no puedas volver a visitar el museo o galería.
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¿De qué están hechas las esculturas de Jeff Koons?
Las esculturas de Jeff Koons podrán parecer globos de helio, pero están lejos de ello… aunque han probado ser igual de frágiles.
Por ejemplo, sus piezas más grandes, como los Balloon Dog que alcanzan alturas de 3 metros, los realiza con acero inoxidable pulido y con un efecto de espejo que después es cubierto con pintura que le da sus inusuales colores que recuerdan a los globos de helio.
Aunque el artista también ha experimentado con otros soportes para sus esculturas como la porcelana, tal es el caso de la escultura que fue rota recientemente.
¿El significado de las obras de Koons y por qué son tan caras?
Antes mencionamos que Koons tiene muchos detractores, que no ven gran valor en su obra, sin embargo, el artista ha logrado conseguir fama mundial, pero por sobretodo llevar su propuesta a varios puntos del globo.
En esencia, estas figuras forman parte de su serie Celebration, la cual creó en 1993, en sus formatos más grandes y con el paso del tiempo ha ido añadiendo otros a la colección.
De acuerdo con el artista, los perros inflables son una representación del aliento y la vida humana, entendidos como que los humanos necesitamos respirar para vivir. Al tratarse de objetos de la cotidianidad, el artista yuxtapone su valor común con lo monumental de su tamaño y materiales.
Por otro lado, existen otras explicaciones sobre cómo estas esculturas pretenden lucir como objetos muy livianos (globos) pero en realidad se tratan de obras de gran peso.
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¿Por qué el arte es tan caro?
Ahora bien, responder por qué las obras de Koons son tan caras es mucho más complicado de contestar.
Cuando se trata de valuar una obra de arte, todo empieza con la representación de un galerista. Los artistas emergentes encuentran una carrera fructífera y posiblemente de obras valuadas en miles de dólares o millones, una vez sus piezas empiezan a destacar y son elegidos para exhibiciones grupales hasta en solitario.
Al ser representados por grandes galeristas, empieza un juego de prestigio, el cual puede hacer que el valor de sus obras de arte empiece a subir… aunque se trate de la misma técnica o soportes. Incluso los soportes son motivo para asignar el valor monetario, no es lo mismo vender una pintura hecha sobre papel que sobre un lienzo, así como el tamaño de éstos.
Este fenómeno de legitimidad y prestigio está presente en todas las artes, en la que los artistas se vuelven canónicos o pueden vender sus obras en millones siempre y cuando el cúmulo de la comunidad artística así lo decida.
Por otro lado, es necesario considerar que cuando se trata de comprar arte, muchas veces esta actividad es vista como una inversión. Más allá de la experiencia estética, tener en tu colección obras de arte de gran valor representan la posibilidad de poder revenderlas a otros coleccionistas por una cantidad mayor a la de la compra inicial.
Sin embargo, esta actividad no quiere decir que necesariamente el artista, por ejemplo, en este caso Jeff Koons reciba los millones de dólares de las obras. Una vez una pieza está en manos de otra persona, un coleccionista que las usa como métodos de inversión será quien vea los beneficios de la venta, no el artista original.
Las obras de Koons, mediante mercadeo, su prestigio en el mundo del arte, y cierta seguridad de que sus obras pueden ser subastadas por grandes cantidades monetarias sin perder dinero, han logrado alcanzar precios que para una persona común podrían ser desorbitantes… sin importar demasiado cual sea su propuesta estética o su mensaje.
¿De tener el dinero, comprarías un Koons?
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