La guerra es una de las peores acciones de las que el ser humano es capaz. Pero no es simplemente que seamos capaces de pelear unos contra otros, lo peor de la guerra es que se sigue haciendo. En el año 2025, con la IA en pleno auge, las nuevas filosofías del mindfulness, la comida orgánica, la salud mental y otras cuestiones que llegaron al imaginario colectivo para mantener un estado mental óptimo, la guerra está causando estragos, dejando víctimas y poniendo otra mancha en la historia de la humanidad... A pesar de todo, entre los soldados de más bajo rango, quienes viven el horror de la guerra de frente, existen momentos de luz como la llamada "Tregua de Navidad"...
El gesto de cese al fuego por ta solo unas horas puede venir del enemigo más fiero, de las trincheras más escabrosas y del bando más cruel... Todo en aras de recuperar el aliento y de entender, aunque sea de manera superficial, la razón de la matanza que se esparce alrededor.
¿Qué sucedió el 24 de diciembre de 1014?
Habían pasado apenas cinco meses desde que la Primera Guerra Mundial (1914-1918) había estallado y se había hecho oficial. Los soldados más jóvenes, atrincherados en el fango del Campo Flandes, en Bélgica, pasando por territorio francés y un poco de la frontera con Suiza, esperaban con inocencia que el conflicto terminara antes de Navidad, así todos podrían volver con sus familias y podrían olvidar esos meses en Tierra de Nadie...
No obstante, estaban a años de que el conflicto empezara a enfriarse, los meses más cruentos estaban por delante y el ánimo se sentía confuso, perdido, desesperanzador...
En medio de la noche del 24 de diciembre de 1914, es decir, en vísperas de Navidad, los soldados ingleses empezaron a ver luces titilantes en el otro extremo del campo (hay testimonios que aseguran que las trincheras estaban a escasos metros una de la otra). Desconcertados, enfocaron la vista para descubrir qué pasaba, y lo que vino después fue un auténtico milagro de Navidad, pues los alemanes empezaron a entonar "Stille Nacht", a lo que los ingleses respondieron con "Silent Night"; aunque el lenguaje los separaba un poco, el mensaje de la canción "Noche de Paz" es universal...
Desconfiados y asustados pero con las manos cargadas de esperanza, los soldados atrincherados comenzaron a salir del fango para ver de frente a su enemigo, y descubrieron que se trataba de hombres iguales a ellos, hombres iguales a sus padres, hermanos, abuelos... Todos peleando a muerte contra un enemigo sin rostro hasta ese momento en el que ambas trincheras entonaban juntas villancicos y fumaban cigarrillos uno junto al otro...
¿Quién inició la Tregua de Navidad?
Las versiones varían, pero de acuerdo a las distintas fuentes y testimonios de la Tregua de Navidad, fueron los alemanes los que iniciaron el ambiente festivo al decorar los árboles de Navidad que habían recibido de parte del emperador de Alemania, Wilhelm II, en un intento de levantar el ánimo en los cuarteles.
Y de acuerdo con los registros, fueron los alemanes quienes después de cantar "Stille Nacht" gritaron: "Mañana no disparar, nosotros no disparamos". Y por algunas horas, ambos bandos se descubrieron como iguales, salieron de las trincheras para mirar de frente al enemigo, fraternizaron con él, fumaron la "pipa de la paz", intercambiaron obsequios (algunos soldados se dieron botones y cascos como muestra de buena fe) y le robaron una noche al horror de la guerra.
Ya que el frente abarcaba 48 kilómetros, hubo algunas zonas que no lograron relajarse del todo y seguían desconfiando. Para algunos sectores la Tregua de Navidad duró solo unas horas, para otros se extendió la mañana del 25 de diciembre, cuando ambos bandos, a sabiendas de que la paz era momentánea, levantaron a los soldados caídos, les dieron sepultura y reforzaron las trincheras. Para los más afortunados, la Tregua de Navidad se extendió hasta el 31 de enero...
Lo más destacado de esta noche de paz fue el juego de futbol del que se tiene registro en varias cartas que los soldados enviaban a sus padres (esto antes de que se impusiera la censura en la correspondencia). De acuerdo con los relatos de los soldados a sus padres, de algún lugar surgió un balón (hay cartas que dicen que fueron los alemanes quienes mandaron traer un balón del cuartel) y el futbol comenzó, no se trataba de coronarse como campeón, se trataba de confraternizar en medio de los cuerpos de los camaradas caídos en un breve remanso de sangre que le fue arrebatado a la guerra.
"Vive y deja vivir"
Cuando la Tregua de Navidad se hizo pública en los diarios ingleses y alemanes, los altos mandos de ambos bandos se sintieron indignados y preocupados, incluso amenazaron con la corte marcial a quien, en un futuro, se atreviera a proponer tal cosa. Hitler, quien entonces era mensajero del Cuartel General de Regimiento, se sintió horrorizado al ver el comportamiento de los soldados en el campo, y los acusó de "falta de orgullo alemán"...
Aunque la Tregua de Navidad jamás volvió a repetirse de manera oficial, o al menos no tan mediática como la de la Primera Guerra Mundial, entre las trincheras, donde los soldados permanecen con la cabeza gacha a la espera de la bala enemiga, entre los subtenientes y otros rangos inferiores surgió la ley: "vive y deja vivir", pues estos rangos inferiores habían dado órdenes de no disparar hasta recibir fuego enemigo...
La amenaza de "traición" y "crimen de guerra" a quienes volvieran a participar en otra tregua con el enemigo no fueron necesarias, pues la guerra y sus estragos fueron cubriendo el espíritu de los soldados, quienes con el corazón endurecido ya no tenían espacio para una Tregua de Navidad.
Se tienen registros de conflictos anteriores en los que la paz se hizo posible en Nochebuena, pero eso permanece en el anonimato del fango, la sangre y los cuerpos mutilados...
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