Temor, terror, pavor, pánico, espanto, horror, alarma, susto, sobresalto, recelo, aprensión, desconfianza, turbación, sorpresa, asombro, desasosiego, cobardía... ¿Cuál es el origen del miedo? Porque no importa cómo le llamemos, es miedo y nos paraliza el corazón en el presente (un presente del que no somos conscientes) y nos obliga a bajar la cabeza, el ánimo y prácticamente rendirnos a la fantasía que se nos presenta. ¿Cómo se origina esta situación tan repentina que tiene la fuerza suficiente para hacernos rendir? Todo depende de a quién se lo preguntemos.
El origen del miedo según la ciencia...
Para los neurólogos y científicos, todo se trata de la amígdala, pero no sólo esta pequeña glándula, como solía creerse, sino de las conexiones (y la fortificación de las mismas) que la amígdala forma con el hipocampo. Según han descubierto los científicos en estudios recientes, al vernos frente a un evento traumático, el primero en entrar en acción es el hipocampo, que evalúa el contexto particular que se está viviendo y lo decodifica; es decir, lo analiza para discernir si se trata de una situación peligrosa o no.
Después entra la amígdala, quien nos lleva a desencadenar el comportamiento y las acciones defensivas que realizamos cuando tenemos miedo, como huir o prepararse para la batalla. Las conexiones entre el hipocampo y la amígdala se van fortaleciendo dependiendo la situación y la salud de las personas, y esto puede llevarnos, según los científicos responsables de este experimento, a tener reacciones "exageradas" que nos producen limitaciones en la vida, como evitar situaciones, personas o actividades debido a esta memoria asociativa de trauma que hace que el cerebro se sienta en peligro.
Los científicos dicen que han encontrado la manera de debilitar estos lazos entre la amígdala y el hipocampo, lo que ayudaría enormemente a los pacientes con desorden de estrés postraumático. Porque para la ciencia, el origen del miedo está en el trauma y la memoria que el cerebro conserva.
El origen del miedo según el budismo...
Para los budistas el miedo es la imposibilidad que tenemos de vivir o habitar el presente. De acuerdo con el budismo, el miedo no es más que una ilusión sobre lo que fantaseamos que sucederá en el futuro. No conforme con eso, en la vida moderna hay otros factores que nos hacen vivir en la fantasía del futuro, la cual nos llena de angustia y no hace más que dejarnos aprehensivos cuando vemos que en el panorama solo se desarrollan guerras, desastres naturales, pandemias, delincuencia... Todo el panorama tiene un rostro feo que nos hace temer.
Según los budistas, la vida y el presente se encuentran siempre entre un principio y un final, lo que nos dice que poco a poco, segundo a segundo, nos vamos desvaneciendo... La vida se nos agota a cada segundo y habitar el presente es tomar esa consciencia de muerte, movimiento, impermanencia.
El budismo nos dice que en el centro del miedo viven la desolación, la angustia, la desesperanza; todos males que se derivan del hecho de vivir siempre de cara a la ilusión del futuro, de espalda al presente y con el cuerpo metido en el pasado. Todo momento difícil ocurre en el presente, y el presente siempre está muriendo. Aceptar lo perecedero de nuestra existencia es familiarizarse con el miedo... y vencerlo.
El miedo según Darwin y la biología...
"Acciones debidas a la constitución del sistema nervioso, con independencia de la voluntad y, en cierta medida, también del hábito, en las cuales se pueden encontrar patrones generales de gestos corporales identificables"; así describe Darwin el miedo en su libro La expresión de las emociones en los animales y el hombre. Esta definición de Darwin no es para nada negativa, pues siguiendo con su teoría de evolución de las especies, el miedo nos ayuda a adaptarnos y transformarnos según las situaciones, lo que se relaciona de manera intrínseca con la evolución y la supervivencia.
El único y más importante objetivo del cuerpo, el cerebro y todo nuestro ser es mantenernos a salvo y, biológicamente, reproducirnos. De modo que si nos encontramos frente a situaciones de peligro o frente a algo que nuestro cuerpo y cerebro detectan como peligroso, la respuesta inmediata es huir.
Las teorías "cerebrocentristas" le quitan peso a todos los factores que nos hacen sentir miedo, aunque, en realidad, el origen del miedo puede radicar en cualquier cosa, pues se sujeta a la experiencia y biología personal.
Fobos y Deimas, hijos gemelos de Ares, el dios de la guerra, y Afrodita, diosa del amor y la belleza; tenían como tareas principales mantener siempre vivo el miedo a la muerte (como dignos hijos de Ares), y a su vez, siendo hijos de la diosa del amor, su otra gran encomienda era alimentar el miedo a la pérdida de los seres queridos o deseados.
Si logramos vencer a estos hermanos gemelos, cuyo modus operandi es infiltrarse en el corazón y la mente, podremos superar el presente, que según como hemos visto, es donde de verdad habitamos y actuamos, lo demás es mera contingencia mental. Recuerda que la única que podía distinguir a los gemelos del miedo era su hermana Harmonía... ¿Tú qué crees que signifique?
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