El caso de Hedy Lamarr es único sin lugar a dudas, nacida el 9 de noviembre en Viena, Austria, cuyo nombre verdadero es Hedwig Eva Maria Kiesler, Lamarr rompió muchísimos paradigmas desde su infancia, destacando como una niña superdotada en el colegio, lo que la llevó a eventualmente perseguir la carrera de ingeniería.
Su padre era un banquero exitoso y su madre era una pianista de Budapest, quienes eran de origen judío, pero se convirtieron al catolicismo, e hicieron todo para asegurar la educación de Hedwig desde los cuatro años, e incluso, antes de los once ella ya tocaba el piano a la perfección, dominaba la danza y hablaba cuatro idiomas.
A los 16 comenzó a estudiar artes escénicas, lo que la llevó a dejar la carrera de ingeniería eventualmente para dedicarse por completo a la actuación, convirtiéndose en la actriz más hermosa de Europa, de acuerdo a la prensa de sus tiempos, pero lo que la catapultó a la fama fue la grabación de la cinta Éxtasis en 1933.
En esta película, Hedwig se convirtió en la primera mujer en realizar un desnudo frontal completo en el cine comercial, además que dicha secuencia incluía un momento donde la actriz fingía un orgasmo, lo que atrajo la crítica de los círculos conservadores del continente, incluyendo al mismísimo Vaticano.
Tras el estreno de este polémico filme, Hedwig llamó la atención del magnate empresario Friedrich Mandl, quien pidió permiso a sus padres para cortejarla, lo que llevó a Mandl y a Hedwig a contraer matrimonio en 1933, pues los padres de la actriz también se habían indignado con ella por dicha escena y pensaron que la compañía del empresario podría ayudarla a “rectificar su camino”.
Mandl era un hombre muy celoso, que prohibía a Lamarr estar sola un solo momento, incluso solo permitía que la actriz se cambiara o se duchara solamente si él estaba presente y vigilando, además que la llevaba a todas sus reuniones de negocios, el cual era bastante prolífico para el millonario en esta época, pues vendía armamento para sus amigos cercanos, Adolf Hitler y Benito Mussolini.
En sus arranques de celos, Mandl trató de conseguir todas las copias de Éxtasis, utilizando buena parte de su fortuna en esta misión fallida.
Mientras Hedwig se encontraba bajo control total, aprovechó para retomar sus estudios en ingeniería, además que en las reuniones de su esposo aprovechaba su posición de “esposa trofeo” para preguntar a proveedores y clientes de Mandl sobre la tecnología utilizada por el ejército nazi, mientras tomaba notas minuciosas al respecto.
Cansada del control excesivo de Mandl y de desperdiciar su talento al fungir como “esposa trofeo”, en 1937 Hedwig Kiesler decide huir de las riendas de su marido tras aplicar un somnífero a su asistenta para ponerse sus ropas y hacerse pasar por ella, de acuerdo a la versión oficial escrita en la autobiografía de Hedy Lamarr, Ecstasy and Me.
La otra versión señala que Lamarr tenía un romance con su asistenta, quien fue de ayuda para planear el escape perfecto que implicaba que la actriz se deslizara por una ventana para subirse a un auto que se dirigió directo a París.
Durante su escape, conoció al productor de cine Louis B. Mayer, con quien firmó contrato para unirse a Metro-Goldwyn-Mayer, con la condición de que cambiara su nombre para no ser relacionada con la polémica Éxtasis, por lo que Hedwig se convirtió en Hedy Lamarr en honor a la actriz de cine mudo, Bárbara La Marr, al llegar a Hollywood.
En MGM realizó varias cintas, notablemente Sansón y Dalila, aunque rechazó papeles protagónicos en títulos que ahora son un clásico: Gaslight y Casablanca.
Tras protagonizar varias películas que no llegaron a ninguna parte, y en pleno estallido de la Segunda Guerra Mundial, Hedy utilizó todos sus conocimientos respecto al armamento nazi, lo que la llevó a formar parte del departamento de tecnología militar en Estados Unidos.
Un poderoso descubrimiento de la mano de Lamarr fue el hecho de que los torpedos del ejército estadounidense resultaban muy fáciles de detectar por los alemanes, y con esto en mente, la brillante actriz desarrolló un sistema de detección de proyectiles teledirigidos, que eventualmente se convertiría en el Espectro ensanchado por salto de frecuencia.
Este fue ideado a lado de George Antheil, compositor y aclamado pianista, cuyo sistema fue tomado del funcionamiento de las pianolas utilizando tambores perforados y sincronizados que saltaba entre 88 frecuencias distintas.
La creación de Lamarr y Antheil fue descartada en ese momento por los Aliados, debido a la falta de un sistema eléctrico que pudiera soportar esta tecnología, sin embargo, en 1957, la empresa Sylvana Electronics retomo la patente con los avances tecnológicos necesarios para soportar esta creación.
Aunque durante la Segunda Guerra Mundial fue imposible la aplicación del salto de frecuencia, durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962 fue crucial el uso del invento de Lamarr, que también fue parte importante durante la adyacente guerra de Vietnam.
Al principio, esta tecnología tenía exclusivamente un uso militar, pero esto cambió en la década de 1980, especialmente en la ingeniería civil, y su desarrollo eventualmente se convirtió en las bases para el Fax, luego con la ayuda de la tecnología satelital evolucionó al GPS, hasta transformarse en lo que hoy conocemos como wifi y Bluetooth.
Aunque el trabajo de Hedy Lamarr fue fundamental desde la década de 1940, la actriz e ingeniera no fue reconocida hasta 1997, al ser galardonada con el Premio Pionero EFF. Lamarr murió el 19 de enero del 2000 a los 85 años, después de haber cambiado al mundo de una forma inimaginable, a tal grado que su creación ha moldeado nuestra sociedad moderna.
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