Por: Nat Rivera y María Velasco
1. Las salidas de tu casa dependen de si el plan tiene comida o no. Tienes que reponer las calorías perdidas por moverte.
2. Apenas estás en el desayuno pero no lo disfrutas porque ya imaginas qué te empacarás en la comida.
3. Pides de diferentes cuentas de UberEats porque hacer un pedido a la vez es limitante.
4. Vives bajo la consigna: “si nadie me ve comerlo, no tiene calorías”, lo que te orilla a comer adentro de la chimenea.
5. Según tú sufres de metabolismo lento y engordas sólo por oler unos tacos.

6. Tienes una reserva de comida chatarra en la oficina y en el coche porque dios te libre de sentir hambre.
7. Sigues todas las cuentas de Tasty y babeas las 500 veces que ves el mismo video.
8. Vives solo y haces el súper de una semana para alimentar a una familia y te dura dos días.
9. Son las once de la mañana y tú ya ingeriste las calorías sugeridas para un atleta olímpico.
10. Actúas como si no pasara nada pero por dentro tienes hambre.

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