Escondido en el extremo sureste de Alemania, en la pintoresca campiña de los Alpes Bávaros, el histórico pueblo de Berchtesgaden es un pueblo encantador con arquitectura rococó. Se ubica en una región de espectacular belleza natural: montañas majestuosas, lagos cristalinos y naturaleza virgen
Uno de los lugares más bellos de Baviera es el Königssee de color verde esmeralda, un lago rodeado de empinadas laderas boscosas y los acantilados rocosos de la cordillera de Watzmann. En su orilla, las distintivas cúpulas rojas de la pequeña iglesia de peregrinación de San Bartolomé se reflejan en sus aguas cristalinas.
En este paraíso escondido nos encontramos con un hotel espectacular. El maravilloso Kempinski Berchtesgaden existe en otro mundo, donde el tiempo se detiene y nos incita a ponernos en contacto con la hermosa naturaleza que nos rodea.
El grupo hotelero de lujo más antiguo de Europa comenzó a introducir a viajeros a destinos fascinantes desde el año 1897. El nombre Kempinski lo lleva con orgullo una creciente colección de distinguidas propiedades en todo el mundo – desde edificios históricos hasta la arquitectura moderna más vanguardista, sus propiedades son el escenario de algunos de los mejores momentos de la vida.
Un espacio de relajación y a la vez de exploración y aventura, el famoso Kempinski Berchtesgaden es la combinación única de lujo absoluto, estilo bávaro moderno, excelencia culinaria y actividades recreativas que nos permiten formar parte del envidiable estilo de vida alpino de la región.
Aquí tuve el placer de disfrutar de creaciones culinarias elaboradas con productos regionales en el restaurante Johann Grill. El concepto gastronómico del restaurante gira en torno al ambiente que nos rodea –fue nombrado en honor a Johann Grill, el primer alpinista en escalar la cara este de la montaña Watzmann, la bellísima montaña que rodea el hotel.
La cocina se ha especializado en combinar tradición con ingredientes locales: algunas de sus delicias son quiche de puerros con crema agria de ajos silvestres y el carpaccio de carne con pesto de ajo silvestre, gel de chile tomate y verduras de primavera en escabeche. También podemos aquí disfrutar de manjares como la trucha bávara frita “estilo bratherring”, el “Wiener Schnitzel” frito en mantequilla clarificada y el filete de ternera de la región de Salzburgo con espárragos bávaros.
El restaurante Bergstuberl nos remonta al pasado, con su encantadora arquitectura tradicional. Aquí el menú cambia dependiendo de las temporadas, por ejemplo, en invierno podemos disfrutar una fondue tradicional y en verano de una cena ‘a la piedra caliente’.
El menú de verano que tuve el placer de conocer consta de una ensalada campesina de montaña, seguida de una piedra caliente con carnes a elegir, pescado fresco, verduras de temporada, guarniciones y salsas y dips caseros. A mi gusto freí en la piedra caliente de 300 grados todos los sabrosos ingredientes. Para el postre, probé el Kaiserschmarrn, recién horneado con ciruelas y helado de vainilla – un clásico de esta zona alpina.
En lo alto de los Alpes bávaros, Kempinski Hotel Berchtesgaden combina vistas panorámicas alpinas con la hospitalidad europea de lujo, invitándonos a conocer este tesoro oculto de Alemania.
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