Por Javier Andrés Mayorga Gordillo , Universidad de La Sabana
Llega el verano boreal y, en el hemisferio norte, millones de personas se preparan para salir de vacaciones con la esperanza de descansar, reconectarse con sus seres queridos y vivir nuevas experiencias. Pero lo que muchas veces se pasa por alto es que esas decisiones también dejan una huella: en el medioambiente, en los ecosistemas y en las comunidades que visitamos.
La buena noticia es que hoy es posible disfrutar del viaje sin perjudicar al planeta. Y mejor aún: podemos hacerlo desde el momento en que empezamos a planearlo.
Viajar de forma sostenible
Según el Sustainable Travel Report 2024 , el 83 % de los viajeros considera importante viajar de forma sostenible. Sin embargo, casi la mitad (45 %) dice sentirse abrumado por la cantidad de mensajes sobre sostenibilidad, muchos de ellos poco claros o difíciles de aplicar. Esta fatiga climática no se debe a falta de interés, sino a la ausencia de información concreta, accesible y confiable para tomar mejores decisiones.
Los viajeros quieren hacer lo correcto, pero necesitan orientación práctica. Al mismo tiempo, muchos hoteles y destinos quieren mejorar, pero no siempre saben cómo comunicarlo o implementarlo de forma efectiva.

Ni dejar de viajar ni sentirse culpable
Viajar de forma sostenible no implica dejar de viajar ni sentirse culpable. Se trata de hacerlo de manera más consciente , reduciendo nuestro impacto ambiental y contribuyendo positivamente al lugar que visitamos. Cuando las personas viajan con propósito, su experiencia mejora: se sienten más satisfechas, descansan mejor y generan vínculos más significativos con el entorno.
Para lograrlo, es clave tomar buenas decisiones en tres aspectos: el destino, el alojamiento y las actividades durante el viaje.
- Elegir destinos responsables. No todos los lugares están igualmente preparados para recibir turistas. Algunos han desarrollado políticas claras para proteger sus recursos naturales, evitar la masificación y trabajar con las comunidades locales. Una forma práctica de identificarlos es revisar si cuentan con certificaciones como Biosphere Destination o Green Destinations, avaladas por el Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC). Estas garantizan que el destino se toma en serio su compromiso con la sostenibilidad.
- Elegir alojamientos sostenibles. En el sector hotelero, muchas marcas están incorporando prácticas sostenibles. Pero no basta con que un hotel diga que es eco-friendly. Un análisis de 33 alojamientos verdes de la Región de Sabana Centro, en Colombia, mostró que la mayoría se enfocaba en acciones simples, como reutilizar toallas o reciclar, pero sin integrar una verdadera estrategia verde, y solo el 3 % cumplía con criterios altos de sostenibilidad.
- Por eso es importante buscar alojamientos que cuenten con certificaciones confiables, como Green Key, LEED o ISO 21401. También se puede revisar si están etiquetados como “Viajes Sostenibles” en las plataformas de viajes. Además, algunas permiten filtrar por prácticas reales en áreas como energía, agua, residuos y apoyo a la comunidad.
- Participar activamente desde el rol de viajero. Más allá de dónde vamos y dónde dormimos, lo que hacemos durante el viaje también cuenta. Usar botellas reutilizables, consumir productos locales, evitar el uso excesivo de agua y energía en el hotel, respetar la cultura del lugar o moverse en bicicleta o transporte público son gestos sencillos, pero muy efectivos.
¿Viajar bien o viajar mejor?
Un dato clave: el transporte aéreo sigue siendo el mayor emisor de turismo internacional, con más de 600 millones de toneladas de CO₂ proyectadas para 2030 . Por eso, si volamos es recomendable elegir vuelos directos e intentar compensar nuestra huella de carbono.
Un concepto que gana fuerza es el del slow travel: moverse menos pero vivir más intensamente cada experiencia. Los viajeros que priorizan la tranquilidad, la conexión con la comunidad y las experiencias locales suelen regresar con mayor bienestar emocional .
La sostenibilidad no es renuncia, sino una forma más rica y consciente de disfrutar el mundo.

Más allá de las buenas intenciones
En resumen, aquí van cinco recomendaciones para que, cuando viajemos, actuemos con conocimiento y no solo con buena intención:
- Infórmese sobre certificaciones reales. No todos los sellos son confiables. Busque alojamientos y destinos avalados por el Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC) o por estándares como la ISO 21401, que evalúan sostenibilidad ambiental, social y económica.
- Verifique la coherencia de lo que se comunica. Las prácticas sostenibles deben ser visibles, medibles y verificables. Un hotel serio publica resultados, no solo promesas: la confianza se basa en la transparencia , no en los eslóganes.
- Valore el impacto local del alojamiento. Prefiera alojamientos que generen empleo, respeten la cultura y trabajen con productores del lugar. La sostenibilidad también es equidad.
- Busque experiencias que enseñen. Un viajero sostenible no solo descansa, también aprende. Participe en actividades que promuevan el conocimiento del entorno y su preservación.
- Comparta con criterio lo aprendido. Su testimonio puede inspirar a otros. Difundir buenas prácticas ayuda a legitimar modelos turísticos responsables y transformadores.
Javier Andrés Mayorga Gordillo , Profesor de Branding y Comunicación de Marketing, Universidad de La Sabana .
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation . Lea el original .
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