Esther Fasja, además de yogui, es una eterna estudiante, pedagoga y guía Montessori: “Soy amante frecuente de la naturaleza, sus colores y olores, y de convertirme en esta para reconocerme a través de los ciclos naturales, sus procesos y cambios”. Agrega que es una rebelde y seguirá rebelde, le encanta romper paradigmas y estructuras rígidas, disfruta las aventuras, emprender nuevos proyectos, arriesgarse continuamente a algo nuevo, comprometerse y lograr lo que se propone.
Hace 12 años, emprendió la aventura de crear un santuario. Se trata del centro holístico ANAHD, único en su ramo, ya que incluye todos los estilos de yoga, meditación y sanación.
Hace 12 años, emprendió la aventura de crear un santuario. Se trata del centro holístico ANAHD, único en su ramo, ya que incluye todos los estilos de yoga, meditación y sanación, es integral para el desarrollo del ser y cuenta con los mejores maestros y especialistas en el mundo. Algo más que lo distingue fuertemente es que imparten un estilo de yoga llamado naam yoga y la ciencia de la cábala a un nivel extraordinario.
“El 27 de octubre de 2019 cumplimos 11 años, y justo a los pocos meses, comenzó la pandemia de covid-19. Todo lo planeado y programado cambió. Llegó el momento de tomar decisiones, cerrar físicamente e ir hacia una nueva forma”, explica Esther Fasja.
Siempre han tenido como principio el servicio, entonces, a partir de esto, comenzaron a probar diferentes plataformas digitales. “Empezamos a hacer transmisiones en vivo a través de Instagram, Facebook y Zoom. Impartimos clases gratuitas, círculos de contención, contenido inspirador y esperanzador, con la voluntad y el corazón lleno de deseos de seguir sirviendo a los demás. Así, en paralelo, se fue gestando un espacio sagrado para la mujer, a fin de cubrir sus distintas necesidades”.
Los motivos detrás de su trabajo
Como maestra, Esther inspira a las personas a través de su caminar, de su verdad. “Lo que a mí me ayuda a vivir más plena, con más vitalidad y energía, es compartir mi estilo de vida como una de tantas formas de vivir, para que cada uno vaya encontrando la propia, a través de ciertas pautas o simplemente pretextos con los que trabajo y anzuelos que lanzo al estar frente a mis alumnos”.
Para ella, el yoga es unión, confrontación y abrir un espacio para conocerse más, conectarse con sus limitaciones, sus fortalezas y distintas formas en su cuerpo, su mente y, por ende, sus emociones.
Dice que otro de los aspectos más importantes para ella es ser alumna y maestra a la vez, ya que esto hace que cada día pueda encontrar nuevas posibilidades, historias, enseñanzas y retos a enfrentar.
Las claves del bienestar
Esther Fasja es amante de la vida sana, por lo que trata de ser y estar saludable al tener buenos hábitos alimenticios, también “descanso y hago pausas en mi día; llevo, lo más que puedo, el ciclo circadiano para dormir y despertar; trato de vivir plenamente cada momento y estar presente, y cuando puedo, salgo al aire libre, a meditar y trabajar con el estrés por medio de detenerme, respirar y darme cuenta”.
Otro de sus secretos es estar en silencio por ratos, “compartir con amigos en la medida que se puede, reír, estar feliz, ser positiva y conectarme lo más posible a la luz, sintiendo la magia de cada instante. Me rodeo de flores y plantas, me descalzo en el jardín, observo y escribo mucho”.
Aprendizaje y desarrollo para mujeres
La práctica del círculo de mujeres nació “de forma natural; nos dimos cuenta de que el 90 por ciento de nuestros alumnos son mujeres, así que decidimos crear diferentes clases y programas dirigidos especialmente a ellas”.
Su trabajo comenzó con una clase especial que llamó “Reuniendo a las Diosas”, para un grupo de mujeres en busca de un espacio acogedor, que las contuviera y donde encontraran un sentido de pertenencia en este mundo tan masculino y con ritmos tan vertiginosos; “eran mujeres de distintas edades fortaleciendo su cuerpo y su salud, vibrando en alto y creciendo emocional y espiritualmente”.
A partir de ahí, se fueron formando diferentes grupos de mujeres, todas ellas muy comprometidas con su práctica: “es increíble como cada una va tomando su lugar y entregando lo mejor para compartir a través de su propia luz”.
ANAHD se convirtió en una segunda casa de forma virtual, un espacio indispensable y esperado por todas, y dio paso a la idea de formar DEEP program, un programa integral de aprendizaje y de desarrollo de herramientas espirituales, emocionales y energéticas.
Cada DEEP tiene una duración continua de 12, 30 o 40 días seguidos de entrenamiento, y “cada uno es diseñado con diferentes temas para llevarte de la mano a tu desarrollo integral, combinando diversas herramientas, como los ciclos de la naturaleza, los astros, tu maquinaria orgánica y, a la vez, tu cuerpo sutil, mente y espíritu. En cada reto, somos más de 160 personas conectadas utilizando la técnica de naam yoga, la cábala y la meditación”.
El momento de reconectar y descubrir
Muy emocionada, Esther nos cuenta sobre “Woman, Release your Power”, que se llevará a cabo del 19 al 21 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer: “Decidimos enfocar toda nuestra energía y dedicar todo el mes a la mujer. Así creamos este congreso internacional online, que reúne a más de 28 expositoras, de siete países diferentes, en un fin de semana, hecho por mujeres para mujeres. Tendremos clases y ponencias sobre yoga, meditación, nutrición, sexualidad, crianza, ginecología, tapping, astrología, herbolaria, cuencos en vivo y mucho más para reconectar con la fuerza de la feminidad, explorar tu cuerpo y tu esencia y descubrir tu propia voz”.
Además, es un evento con causa, pues gran parte del dinero recaudado será donado para Fundación Mamá Sola y Fundación Origen. La primera apoya directamente a mujeres que crían a sus hijos sin la presencia del padre y la otra empodera integralmente a mujeres indígenas que sufren violencia o pobreza extrema o se encuentran en situación vulnerable. “El resto será para que nuestra escuela pueda sostenerse en esta etapa tan retadora”, concluye.
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