Por: Paola Martín Moreno
Puedes tener los dientes blanquísimos y no por ello gozar de una óptima salud oral. ¿Alguna vez te has enjuagado la boca después de cepillarte y notado sangre en el lavabo? Asusta, ¿no? Lo mismo que sentir, literalmente, un hoyo en una muela –puede ser caries o algo más severo que requiera endodoncia–.
Estos son síntomas que no debes ignorar, como tampoco el mal aliento –a veces causado por restos de comida alojados entre los dientes–, los abscesos y el dolor en general. Recuerda que lo delicado de esto es el tiempo que las encías, el paladar y los dientes llevan enfermos, lo que puede provocar gingivitis, periodontitis u otra infección más delicada que, de no atenderse a tiempo, puede transferirse al torrente sanguíneo y causar incluso paro cardiaco.
Te recomendamos evitarte el mal rato y llamarle a tu dentista, así como seguir estos básicos de higiene bucal:
• Cepillarse los dientes y la lengua por lo menos dos veces al día.
• Usar hilo dental por las noches.
• Evitar enjuagues bucales que contengan alcohol.
• Dormir con guardas (evitan separación entre los dientes y mantienen la salud de las encías).
• Cambiar de cepillo cada dos meses.
Estos tips se publicaron originalmente en el número 7 de Revista Central (septiembre, 2012). ¡Este mes de marzo celebramos el 4º aniversario de nuestra publicación! Gracias por acompañarnos durante estos cuatro años de estar en todo. Recuerda que también tenemos app para iPad.